Pablo Iglesias sigue ganando peso político en el Gobierno de coalición. El vicepresidente segundo ha capitalizado buena parte de la respuesta del Estado ante los síntomas de depresión económica provocada por la crisis del coronavirus.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado orden de "dejar hacer" al líder morado. La lectura que hace el líder del PSOE es que es preferible asegurarse una "calle tranquila" con Unidas Podemos como aliado ante la magnitud de la debacle económica que se avecina.
Iglesias vive sus mejores horas en la coalición de Gobierno. Podemos está influyendo en los decretos sociales del Ejecutivo ante la desesperación de algunos ministros del PSOE. Y la formación morada ha notado la manga ancha del presidente desde que empezó la emergencia sanitaria.
Calvo 'malmete' menos que nunca
Iglesias admite que un momento tan difícil como el actual debe servir para "rearmar" al Gobierno y salir más fuertes y unidos de la crisis. En Podemos incluso admiten que la vicepresidenta Carmen Calvo, poli malo del PSOE en el Consejo de Ministros, está malmetiendo menos que nunca. Y el propio Iglesias, según ha sabido este diario, zanjó sus desavenencias con el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, en una conversación privada. Iglesias y Campo se enfrentaron por la ley del sí es sí.
Todo responde a una estrategia política más o menos calculada. La cúpula del PSOE y sus principales estrategas creen que tener a Iglesias en el Gobierno es casi una bendición. El hundimiento a corto plazo de la economía española por el cierre total de su actividad anuncia meses muy difíciles, con millones de personas desempleados.
Es un escenario que previsiblemente puede incendiar las calles. El Gobierno negocia un rescate de la Unión Europea, que tendrá menos condicionalidad en forma de recortes, pero los tendrá. La lección extraída de la anterior crisis es que lo preferible para el PSOE es no tener oposición por su izquierda y blindar a Iglesias dentro del Gobierno para que ningún partido nacional de ese espectro capitalice el previsible estallido social.
"En el PSOE están dando a gracias a Dios de tener a Podemos en el Gobierno", dicen fuentes consultadas por Vozpópuli.
Es preferible el PP
Como todo en el PSOE, no hay una visión unánime del funcionamiento de la coalición. La vicepresidenta económica Nadia Calviño, que no es del partido, reniega del espacio que ha ganado Iglesias en algunas decisiones. También hay barones autonómicos que prefieren abiertamente un acuerdo de estabilidad con el PP y sacar a Podemos del Consejo de Ministros.
En ese sentido, recuerdan la experiencia pasada de José Luis Rodríguez Zapatero. El ex presidente socialista abandonó a todos sus socios de legislatura cuando la crisis financiera del 2008 ahogaba a España. Y en apenas dos tardes acordó con el PP la congelación de las pensiones y una reforma exprés del artículo 135 de la Constitución para consagrar la estabilidad presupuestaria y la prioridad en el pago de la deuda pública.
Pero los que defienden la presencia de Iglesias en el Ejecutivo recuerdan que la crisis tampoco le está saliendo gratis a Podemos. Y citan como ejemplo la defensa que la ministra de Empleo, Yolanda Díaz, ha hecho de los Expediente de Regulación de Empleos Temporales (ERTEs) como "dique" frente a los despidos. Los ERTE fueron uno de los principales mecanismos de flexibilización del mercado laboral en la reforma laboral del PP (2012). Una reforma que Podemos prometió a derogar, y que ahora utiliza.