Pedro Sánchez necesita al PSOE de los grandes triunfos de antaño, incontestables, y para eso necesita volver a una participación electoral media el 28 de abril "por encima del 70%" si quiere impedir el tripartito de derecha, señalan diversas fuentes socialistas consultadas por Vozpópuli.
En las elecciones generales de diciembre de 2015, en las que bajó de los 110 diputados de Alfredo Pérez Rubalcaba a solo 90, la participación rozó ese mítico porcentaje (69,67%), pero cuando seis meses más tarde, en junio de 2016, se repitieron los comicios y la participación cayó más de tres puntos, hasta el 66,48%, Sánchez bajó todavía mas: 84 diputados.
Y ahora no va a tener a Podemos a modo de colchón a donde se fueron sus votantes desencantados. Muchos de ellos han optado por volver a la vieja casa común de la izquierda, que diría Alfonso Guerra, pero otros se van a quedar en casa; de tal suerte que si Vox le hace sorpasso, lo cual no es descartable, según la mayoría de los sondeos, la de Sánchez podría ser una amarga victoria:
ElectoPromedio de encuestas (5A).
El @PSOE ?se toma un respiro y @populares ?se le acerca ligeramente. @CiudadanosCs ?sigue tercero, @ahorapodemos ? cuarto y @vox_es ?continúa justo por detrás.
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— EM-electomania.es (@electo_mania) April 5, 2019
Existe un viejo prejuicio en la política española que a fuerza de repetirlo ha terminado por instalarse, pero no es más que eso, un cliché: la participación beneficia a la izquierda; "depende -rebate una persona muy ligada a la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero-, en el Barrio de Salamanca (Madrid) con participaciones del 80% el 90% de los votos iban para el PP".
De hecho, lo que ocurrió en Andalucía el 2 de diciembre es que la izquierda de PSOE y Podemos se quedó en casa. En esta ocasión no va a ser así porque ha entrado un factor nuevo en liza que nadie sabe, a ciencia cierta, cómo va a afectar al resto de fuerzas: Vox.
Santiago Abascal ha llenado en sitios tan dispares como Barcelona, Santander o Leganés y eso ha hecho saltar las alarmas no solo en el PP, también en el PSOE
La concurrencia masiva de público a sus actos últimos -de Santander a Barcelona, pasando por Leganés- solo sirve a los expertos electorales que tanto la formación de Santiago Abascal como al propio PSOE, atrayendo a simpatizantes "que hace tiempo habían dejado de venir a vernos", les va a ir bien en las urnas el 28 de abril.
La lógica imperante en Ferraz es que con mas de un 70% de participación, y Vox y socialistas como principales beneficiarios de la movilización por lo menos en lo que va de precampaña, a PP y Ciudadanos les irá mal. "Y cuanto peor les vaya, más difícil les será reeditar a escala nacional el tripartito andaluz", señala una fuente socialista.
El gran problema de Susana Díaz es que su electorado se quedó en casa, "no que Vox tuviera 400.000 votos". De haber acudido en masa las tradicionales bolsas de voto en Jaen o Sevilla, "eso no se hubiera producido", pero desde mediodía se vio que eso no iba a ocurrir.
Así que Sánchez busca ahora, a igual movilización del votante de Vox, que sus víctimas el 28A sean Pablo Casado y Albert Rivera, a quienes Abascal robará voto, creen en Ferraz, pero no en suficiente cuantía como para quedarse con escaños que ahora son de Podemos en provincias de tres, cuatro y cinco escaños.
? @LluisOrriols : “En un context de fraccionament de la dreta, el sistema electoral perjudica al PP a circumscripcions petites. Però està en funció del vot a Vox. Podemos pot ser el partit més damnificat per aquest mapa.”#ElsMatinsTV3 ▶️ https://t.co/lnnXPqNcmL pic.twitter.com/b3BXvTurZr
— Els matins TV3 (@elsmatins) March 21, 2019