"Es un poco prematuro", confiesa rotundo a Vozpópuli el responsable del Euskobarómetro y catedrático de Sociología en el País Vasco, Francisco Llera, cuando se le pregunta por las posibilidades de victoria electoral de este nuevo PSOE de Pedro Sánchez, nítidamente identificado con la izquierda.
Tanto él como Narciso Michavila, responsable de GAD3, y el catedrático de Ciencia Política en la Facultad de Sociología de Granada, Juan Montabes, ven lógico que empiece su andadura intentando distanciarse del pasado pero avisan de que los cambios bruscos de opinión en asuntos como el Tratado de Libre Comercio con Canadá (CETA), los cuales la gente no alcanza a entender, trasladan al final una imagen de "mimetización" con Podemos peligrosa.
Los tres investigadores sí tienen claro que el PSOE "algo debe hacer" para recuperar los 2,2 millones de votos que se le fueron a Podemos en los últimos tres años. La cuestión es cómo hacerlo sin descuidar la franja de sus votantes socialdemócratas clásicos, el centro-izquierda.
Llera ve en el cambio con el CETA el típico "gesto con poco contenido" y con muchas contraindicaciones: "La gente no sabe de qué va el acuerdo, pero sí ve que, pasando del "sí" al "no" o a la abstención, el PSOE se aleja de la socialdemocracia europea para juntarse con radicales de uno y otro signo", señala el catedrático vasco. Algo similar, dice, ocurre con la famosa "segunda moción de censura" que Podemos dijo que quería para antes de Navidad y a la que Sánchez no dice que sí, pero tampoco que no.
"Es decir, en gran medida está todavía está en el eslogan y el gesto en los medios. Y eso tiene el problema que el electorado más clásico de la socialdemocracia puede interpretarlo de forma diametralmente opuesta al votante más joven, en el sentido de pensar que el PSOE está desubicado", señala Francisco Llera. Y formula la siguiente advertencia: "es un error pensar que el electorado más cabreado, el que se fue a Podemos o a la abstención, se va a fiar de tí a las primeras de cambio".
Narciso Michavila cree que para una parte de los votantes de la izquierda, Pablo Iglesias es hoy más "casta" que Pedro Sánchez y eso se refleja en las encuestas con una subida del PSOE
Menos crítico, Narciso Michavila, piensa que Pedro Sánchez lo está haciendo bien en temas como el referéndum de Cataluña o la abstención en la moción de censura de Podemos, pero, en cambio, sí coincide con Llera en que un cambio de postura tan brusco y poco explicado en torno al Tratado de libre comercio con Canadá puede haber sido "un error".
Al nuevo secretario general del PSOE le está beneficiando, señala en términos coloquiales, que "Pablo Iglesias ahora mismo es más casta que él para una parte de la izquierda. En la lógica de cierto votante, Pedro hoy es más pueblo que Pablo".
Por su parte, el catedrático de Ciencia Política en Granada, Juan Montabes, autor de numerosos trabajos demoscópicos en Andalucía, opina que "al menos temporalmente" el giro a la izquierda es necesario y eso se está reflejando en un crecimiento del PSOE en los sondeos "como dice Samuel Hunttington, con resultados sorprendentes". "La victoria de Pedro Sánchez ha generado una capacidad de renovación que se gratifica", reconoce.
¿Hasta cuándo? "pues eso entra dentro de la incertidumbre, de cómo los españoles entiendan los movimientos que vaya haciendo Sánchez hacia Podemos y hacia Ciudadanos". El catedrático andaluz ve ahora mismo a Sánchez como "el fiel de la balanza" de una relación triangular PSOE-Podemos-C's y, en ese sentido, admite que "gestos" como cambiar de posición en el Tratado de Libre Comercio con Canadá, un "guiño" al voto joven, "le llevan a alejarse del voto tradicional socialdemócrata europeo".
Y ahí sí ve Montabes un peligro que el líder socialista deberá compensar más adelante con acercamientos a Ciudadanos en el terreno de la lucha por la regeneración de la política, que es donde el PP y el Gobierno están más débiles.