Política

La voz de la Venezuela exiliada en el Parlamento español

La diputada naranja María Luisa Alonso ha hecho historia al ser la primera parlamentaria nacida en Venezuela que entra en el Congreso de los Diputados. Promete medidas legislativas para ayudar a sus compatriotas y pide al Gobierno que lidere acciones dentro de la UE

  • María Luisa Alonso (Cs) en la plaza del Ayuntamiento de Logroño donde vive.

María Luisa Alonso García (Caracas, 1975) se convirtió en mayo en la primera mujer nacida en Venezuela que entraba como diputada en el Parlamento español. Antes que ella hubo cuatro hombres que la precedieron: dos tíos del libertador Simón Bolívar en la primera parte del siglo XIX cuando el parlamentarismo español aún estaba en mantillas y luego, en democracia, dos figuras muy conocidas de la política reciente: Iñaki Anasagasti (PNV) y Txiki Benegas (PSOE).

Hija, nieta y bisnieta de gallegos -“los de verdad, los de Galicia”, subraya-, Alonso creció en la capital venezolana y cursó sus estudios universitarios de Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello, especializándose en Publicidad y Relaciones Públicas. En el año 2000, con 25 años y dos años después de que Hugo Chávez ascendiese al poder, vino a la Complutense a estudiar un posgrado en Comunicación y Gestión Política, y decidió quedarse en Madrid.

Hizo prácticas en la oficina de información de la Guardia Civil, luego encontró trabajo en una consultora de comunicación y encontró la ansiada estabilidad económica y laboral. Pasó 7 años en Madrid y luego se mudó a La Rioja, donde la pasada legislatura fue concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Logroño y ahora acaba de ser elegida diputada por esta comunidad autónoma.

Alonso (Cs) con el exalcalde de Caracas, Antonio Ledezma, su mujer y Manuel Rodríguez, de la Plataforma Ayuda Venezuela.

Alonso entró en 2014 en Ciudadanos, justo en el momento de la expansión del partido naranja fuera de Cataluña. “Me llamó la atención lo mismo que ahora: comparto los valores del partido en el tema de la igualdad de todos los españoles, el luchar por la regeneración democrática, la lucha contra la corrupción, la libertad de cada persona”, asegura en una entrevista a Vozpópuli.

Ella no militó en ningún partido político antes que en Ciudadanos, ni en España ni en Venezuela, pero en su país natal fue representante estudiantil y pudo conocer las intenciones políticas de Chávez a las pocas semanas de ser amnistiado tras su intento de golpe de Estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez.

"Chávez venía a romper con todo"

Corría el año 1996 y Chávez habló ante un grupo reducido de profesores y estudiantes en la Universidad Católica tras pasar cuatro años en una prisión militar. “Allí nos explicó todo lo que era su proyecto para Venezuela”, recuerda Alonso. “La reforma de la Constitución, cambiarle el nombre al país y todas las reformas legislativas que quería hacer. Cuando terminó esa reunión, los presentes teníamos claro que ese hombre tenía una determinación y que lo iba a conseguir. Su deriva más dictatorial o megalomaniaca no la vimos, pero sí vimos un hombre que venía a revolucionar todo y a romper con todo”.

Dos años después fueron las elecciones presidenciales que auparon al exmilitar golpista al poder con el apoyo del 56% de los venezolanos. Se había cumplido aquel mal augurio. Alonso, quien tuvo “el dudoso honor de conocer por su boca su proyecto”, no le dio su voto pues ya se temía lo peor.

“Cuando vine a España en el 2000, esas reformas de calado no habían tenido sus consecuencias pero el país ya está sumido en una crisis económica, social y de violencia en las calles bastante profunda. Me vine con 25 años, llegué a Madrid y una de las cosas que decidieron que me quedase es que tenía un futuro en libertad. Aprendí a vivir sin miedo como joven y como mujer”.

En Madrid hay personas que llegan pidiendo comida o una cama para dormir pero no vienen huyendo de cruentas guerras o epidemias, sino que en su mayoría son venezolanos

Por fortuna para ella, en 1993 había solicitado la nacionalidad española, al tiempo que sus padres la recuperaban tras varias décadas de vida en Latinoamérica, en la que sólo habían funcionado con el pasaporte venezolano al igual que cientos de miles de españoles que cruzaron el Atlántico por el hambre que había en la posguerra.

“Es una de las cosas que ahora me gustaría que hiciera el Gobierno de España, es decir que devolviera el favor a los cientos de miles de venezolanos que están viniendo a España”, reclama la diputada de Ciudadanos, quien aún tiene a sus padres en la Venezuela de Nicolás Maduro.

“Hay decisiones que con cierta edad, son complicadas de tomar. Son clase media que han luchado por lo poco que tienen. Mi madre es maestra y mi padre comercial. El piso, si lo venden ahora al cambio paralelo, sería muy poco dinero en euros. Además, Venezuela lleva años sin pagar las pensiones a los que están aquí, así que sería venirse con una mano delante y con otra detrás”.

Además, sus progenitores aún albergan la esperanza de que las cosas cambien en Venezuela. A la espera de que llegue ese día, Alonso tiene intención de llevar “la voz y el alma” de los venezolanos al Congreso de Diputados con medidas que ayuden al “éxodo” de venezolanos que arriba sin descanso a España.

Medio millón de venezolanos

A la petición al Gobierno para que facilite la nacionalidad española a los que huyen del hambre y el chavismo, se unen otras prioridades como atender a los pensionistas “en riesgo de exclusión social”, ya que Maduro no les paga desde hace años y no disponen de un subsidio español; los problemas burocráticos que tienen los menores recién llegados de Venezuela para empadronarse y estar escolarizados; o la falta de medidas legales para evitar el “expolio” del capital venezolano que está llegando a España de forma ilegal.

“El Gobierno de España tiene que ser valiente y liderar las acciones desde la UE. Lamentablemente, eso no se está produciendo”, constata la parlamentaria de Cs. Varias ONG cifran en medio millón el número de venezolanos que hay en España, de los que más de 150.000 se encuentran en situación irregular pues el INE contabiliza a 140.000 venezolanos con nacionalidad española, a 120.000 súbditos de este país que sólo disponen de pasaporte venezolano, a 70.000 españoles con nacionalidad venezolana o que fueron residentes en Venezuela y a 30.000 venezolanos con pasaporte europeo distinto al español.

En Madrid hay varios centros de ayuda social en los las personas que llegan pidiendo comida o una cama para dormir no vienen huyendo de cruentas guerras o epidemias, sino que en su mayoría son venezolanos. “Yo, que he visto a mis padres y abuelos en Venezuela, creo que España debería devolver el gesto por esos nexos de unión”, subraya Alonso.

En Venezuela hay una dictadura, se violan los DD.HH. y se tortura a los presos políticos. Y no es que lo diga la diputada María Luisa Alonso, sino un informe de la ONU"

La diputada naranja no ha vuelto a Venezuela desde hace seis años, cuando llevó a su hija, que entonces contaba con tres años, para que su padre pudiera conocerla. Ahora sabe que un viaje parecido a la “dictadura” de Maduro pondría en riesgo a sus progenitores.

“Pero eso no merma el que yo siga denunciando que en Venezuela hay una dictadura, que se violan los Derechos Humanos, que se torturan a los presos políticos y en Venezuela, sí que hay presos políticos. Y no es que lo diga la diputada María Luisa Alonso, sino un informe de la ONU, el de la socialista Michelle Bachelet, que ha sido demoledor y contundente, y que debería hacer recapacitar a los gobiernos socialistas europeos”.

Alonso insiste en que España tiene que asumir el liderazgo en la cuestión venezolana. Para ello, pide seguir “el ejemplo que tenemos en casa” y remontarse a lo vivido hace 40 años. “Hemos hecho la transición de una dictadura a una democracia plena que es ejemplo en todas las facultades de política del mundo y ahí podríamos aportar mucho. Estamos perdiendo la oportunidad para ayudar a Venezuela a que empiece una transición. La falta de liderazgo de España, como venezolana me indigna y como española me avergüenza”, concluye la diputada hispano-venezolana.

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