La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, abandonó España mediante un vuelo comercial en la mañana del lunes 20 de enero tras pasar varias horas en la terminal ejecutiva del aeropuerto de Madrid-Barajas y mantener una reunión con el ministro José Luis Ábalos en el avión privado en el que llegó a la capital de España, según la información a la que ha tenido acceso Vozpópuli y que anoche fue sugerida por el propio Ábalos en La Sexta.
Rodríguez pasó cerca de siete horas en la terminal ejecutiva del aeropuerto custodiada por la Policía, ya que tenía prohibida su entrada en España en virtud de las sanciones impuestas por la Unión Europea. Pero, en lugar de deportarla en el primer avión con destino a Caracas, la vicepresidenta de Venezuela recibió autorización para embarcar en un vuelo convencional para poder cumplir con su siguiente compromiso en Turquía y para ello incluso fue acompañada durante su periplo por el aeródromo madrileño.
Por tanto, la 'número dos' de Nicolás Maduro no estuvo recluida todo el tiempo en una misma sala, como inicialmente se había apuntado desde el Gobierno, sino que se movió por Barajas e incluso pasó un control de billete como cualquier otro pasajero justo antes de acceder a la puerta de embarque del vuelo que la sacaría de España.
Sin embargo, según las sanciones aprobadas en 2017 para castigar al régimen de Maduro, el Gobierno español tenía la obligación de deportar a la vicepresidenta de Venezuela al país de origen de su vuelo, ya que dichas sanciones prohíben el ingreso en territorio Schengen y el tránsito en cualquier aeropuerto comunitario, salvo que el país de turno pida un permiso expreso a Bruselas, algo que no consta en este caso.
El propio ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha reconocido este domingo que la vicepresidenta de Venezuela pisó el suelo del aeropuerto Madrid-Barajas para cambiar de avión. "La Policía determinó dónde podían hacer la escala. Yo no intervine ahí para nada. Lo hizo todo la Policía. Según la legislación, no se toca suelo español en una escala. Eso se hace cuando se pasa el control de frontera", ha dicho Ábalos en una entrevista en el programa 'El Objetivo'.
Un problema desde el aterrizaje
El ministro de Transportes también ha reconocido que Fernando Grande Marlaska, ministro del Interior, conocía su intención de acudir a Bajaras para recibir al ministro venezolano de Turismo, Félix Plasencia. Y que fue el titular de Interior quien le informó de que Rodríguez volaba a bordo del aparato y le pidió que se "asegurase" de que no tenía intención de bajarse.
Si el Gobierno conocía de antemano que Rodríguez volaba con destino a Madrid, el Ejecutivo podría haber incurrido en un nuevo incumplimiento de las normas de la UE, pues nunca debía haber autorizado su aterrizaje. Como tampoco debió permitir el tránsito dentro del aeropuerto ni que tomara un vuelo con un destino distinto a su lugar de origen.