"Las tramas de corrupción que afectan al partido del Gobierno suponen una mancha en la proyección internacional y en el prestigio de nuestro país". Esta frase no la ha dicho Feijóo o Abascal, sino el Pedro Sánchez del pasado. Concretamente, el del 26 de julio de 2017, cuando exigió la dimisión de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.
En aquel vídeo, Sánchez utiliza algunas otras frases premonitorias, ahora que el caso Koldo ha terminado de explotar tras las últimas averiguaciones de la UCO. "La ejemplaridad pública es innegociable y el mayor enemigo de nuestro estado es la corrupción", dijo en aquel mismo discurso.
En la comparecencia hay otras perlas interesante, dada la situación actual: "Un presidente del Gobierno debe ser un referente, sobre todo moral, para el conjunto de la sociedad. ¿Qué ejemplo está dando el actual presidente del Gobierno a nuestros hijos e hijas?".
Con Sánchez cercado por la corrupción, es premonitoria la frase que asegura que "si usted no pone fin a su agonía desgraciadamente acabarán agonizando las instituciones y nuestra democracia. Así que solamente le queda una salida honorable: presente su dimisión oficial ante el Rey".
Solo tiene un camino: dimitir. No arrastre a España en su caída, dimita. Sus circunstancias personales, por así calificarlas, no tienen por qué ser las circunstancias de España. Con usted la corrupción ya ha llegado a la presidencia del Gobierno de España. Por dignidad, y no la suya sino la de nuestra democracia, le exigimos desde el PSOE que dimita.