La decisión de la Mesa del Parlament de aprobar el voto delgado de Puigdemont abre la puerta al desbloqueo en Cataluña. Salvo que el Gobierno central recurra este paso, la mayoría separatista quedaría a tan solo un voto de la mayoría simple necesaria para investir un presidente en segunda vuelta. Los independentistas no necesitarían ya recurrir a los cuatro votos de la CUP, que se han pasado a la oposición.
Puigdemont sería el voto 65, con lo que los secesionistas estarían a solo un escaño de los 66 precisos para designar presidente. Si Toni Comín renuncia a su escaño, el problema quedaría resuelto. También puede ser inhabilitado por el juez Llarena, dado que hasta el momento ni se ha entregado a la Justicia ni ha decidido volver a España.
El expresidente catalán, que este martes ha recibido un revés desde la Fiscalía alemana, quedaría habilitado para ejercer su voto en la Cámara, al igual que el resto de los dirigentes del ‘procés’ que pueden votar desde prisión.
Roger Torrent, presidente del legislativo catalán, ha dado curso a esta reclamación de JxCat, con el apoyo de ERC. Es un paso que puede resultar decisivo para desbloquear el impasse en la Cámara y afrontar una investidura efectiva y sin contratiempos. Solo faltaría dar con el nombre del aspirante, algo en lo que ahora se afanan tanto ERC como JxCat con el objetivo del desbloqueo antes de Sant Jordi.