El PP está convencido de que el PNV arriesga mucho con la designación del desconocido “tecnócrata” vizcaíno Imanol Pradales como candidato a lendakari, tras “echar” a Íñigo Urkullu después de doce años en el vitoriano Palacio de Ajuria-Enea. Un Urkullu que llegó al cargo en las elecciones de 2012 y habiendo sido antes presidente del partido durante cinco años (enero 2008-diciembre 2013), es decir, con un alto grado de conocimiento previo; lo cual facilitó finalmente su elección por la población de los tres territorios: Vizcaya, Guipúzcoa y Álava.
Aquella situación resulta bien diferente a la de hoy, señalan a Vozpópuli fuentes de la Dirección Nacional del PP y de la propia organización popular en el País Vasco: “A Pradales no le conocen ni las bases del PNV vizcaíno, aunque lleve años en la Diputación Foral, no digamos el resto de los vascos. Así que Ortúzar (actual presidente del PNV) y los suyos tienen solo cuatro meses para revertir esa tendencia y con la Navidad de por medio”, si las elecciones son finalmente en marzo como parece.
Los comicios vascos tienen la peculiaridad de que los tres territorios forales eligen el mismo número de diputados al parlamento: 25 parlamentarios -en total 75-, independientemente del número de habitantes, 1.156.541 vizcaínos; 728.561 guipuzcoanos; y 332.851 alaveses, según el censo a uno de enero de este año 2023. Por tanto, el coste de un diputado vizcaíno en número de votos es tres veces mayor que el de un alavés.
La lectura que hacen Génova y el PP vasco es que el PNV presidido hoy por Andoni Ortúzar y dominado históricamente por el bizkaitarrismo, se ha visto abocado a acelerar la designación de Pradales en 48 horas tras la filtración descontrolada a los medios de comunicación de la ‘patada’ a Urkullu, precisamente para evitar que emergiera alguna candidata más conocida.
En este sentido, desde el PP argumentan que la apuesta de Alberto Núñez Feijóo por Javier de Andrés, ex diputado general de Álava, como candidato a lendakari en 2024 va a permitirles, como poco, volver a obtener un buen resultado en la provincia más española de las tres, si no ganar, por su alto grado de conocimiento entre la población. Lo mismo puede pasar con Bildu en Guipúzcoa, la provincia más abertzale de las tres vascas: que consolide su victoria sobre el PNV de las últimas citas electorales, precisamente por desconocimiento del candidato peneuvista.
La lectura que hacen la Dirección Nacional, y el propio PP Vasco, es que el máximo órgano del PNV, el Euskadi Buru Batzar (EBB), presidido por Andoni Ortúzar y dominado históricamente por el bizkaitarrismo, se ha visto abocado a acelerar la designación de Pradales en 48 horas tras la filtración descontrolada a los medios de comunicación de la patada a Urkullu, precisamente para evitar que emergieran otros posibles candidatos o candidatas en las asambleas de base. Y esa decisión, paradójicamente beneficia a los populares tras una larga travesía del desierto de derrotas que llevan acumulando veinte años, desde los tiempos de Jaime Mayor Oreja candidato.
Una mujer para un PNV “envejecido”
Una era Itxaso Atutxa, actual presidenta del PNV en Vizcaya, pareja del portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, y, sin duda la mujer con más poder dentro del partido; otra era la guipuzcoana Bakartxo Tellería, presidenta del Parlamento Vasco y a quien apoyaba oficiosamente la organización provincial liderada por Joseba Egíbar; por último, la tercera candidata en liza era la ex presidenta de la Cámara y actual eurodiputada Izaskun Bilbao.
La idea -revolucionaria en el PNV- de situar a una mujer como candidata a lendakari había prendido entre las bases de un partido a todas luces “envejecido” después de más de cuarenta años en el poder -exceptuando la legislatura en la que el socialista Patxi López fue lendakari con apoyo del PP (2009-2012)- y que no acaba de conectar con las nuevas generaciones del nacionalismo vasco que apuestan muy mayoritariamente por Bildu.
Ese ‘factor mujer’ es el que, en principio, ha impedido que personalidades como el propio Aitor Esteban o el hoy consejero de Interior y antecesor de Esteban en la portavocía del Congreso, Josu Erkoreka, hayan aparecido en las ‘quinielas’, pero ahora, tras la designación de Pradales no son pocos en el PNV quienes creen que una apuesta tan tecnócrata puede acabar mal.
Ese factor mujer es el que, en principio, ha impedido que personalidades como el propio Aitor Esteban o el hoy consejero de Interior y antecesor de Esteban en la portavocía del Congreso, Josu Erkoreka, hayan aparecido en las habituales quinielas periodísticas, pero ahora, tras la designación de Imanol Pradales no son pocos en el seno del partido quienes creen que una apuesta tan tecnócrata puede acabar mal. En el caso de Erkoreka, actual consejero de Interior, tiene en pie de guerra a la Erzantza y sufre tan fuerte desgaste como su jefe Urkullu.
Si Imanol Pradales (48) no acaba de atraer el ansiado voto joven y es superado en las elecciones por la candidata que designe Bildu, de tal manera que puede darse la circunstancia de ni siquiera llegue a sumar los 38 votos necesarios para la investidura con el PSE -el socialista Eneko Andueza ya ha dicho que no va a apoyar a Bildu- se le abre un complicado panorama al PNV de Andoni Ortúzar. Acabará necesitando los votos hasta del PP para evitar que la candidata abertzale, en calidad de ganadora, sea investida automáticamente después de dos meses.
Y, en ese momento, los peneuvistas no sólo necesitarán de los populares para seguir al frente de las Diputaciones de Álava y Guipúzcoa -Feijóo ordenó tras las elecciones de mayo cortocircuitar el paso a los de Arnaldo Otegi a la presidencia de ambas instituciones-, también para mantener el poder simbólico que da la Lendakaritza en Ajuria-Enea. “Ahora tenemos seis diputados en el Parlamento Vasco y probablemente paremos a nueve. Y con la elección de Pradales, igual más”, señalan las fuentes del PP consultadas.
Hermes
Eso, el PP apuesta por recoger las migajas. Sentido de estado.
Maurizio111
Mientras el melón esté al mando, las cosas allí van a ir a peor. Mejor para nosotros.