PP y Vox cerraron su acuerdo en Castilla y León con tal precipitación que ni siquiera concretaron el peso que tendrán las tres consejerías que ostentarán los de Santiago Abascal. Fuentes de ambos partidos indican a Vozpópuli que los equipos negociadores se reunirán "en los próximos días" para "trabajar en la estructura" del nuevo Gobierno de coalición. Aunque corre el runrún parlamentario de que el líder de Vox en la región, Juan García-Gallardo, se habría interesado en los departamentos de Agricultura, Familia e Industria en consonancia con los mensajes que lanzó durante la frenética campaña electoral, fuentes de ambas formaciones aseguran a este diario que el reparto aún no está cerrado.
Vox debutará en un Gobierno autonómico tres años después de haber puesto un pie por primera vez en las instituciones. Y lo hace de la mano de un PP en plena restructuración. Con el binomio Casado-Egea fuera de juego, Mañueco tenía manos libres para negociar. Feijóo, que venía de andar a la gresca con Vox, optó por rebajar el tono y allanar el camino a su compañero de filas. "Mañueco acaba de evitar un adelanto electoral", esgrimió tras conocer el pacto. Aunque bendijo el pacto, el presidente gallego aseguró que se estaba enterando por los medios de comunicación del número de consejerías que dirigirán los de Abascal. Ahora toca negociar cuáles.
No es lo mismo entregar a Vox un departamento en el que haya facilidad para alcanzar consensos como pueda ser Agricultura que otro dedicado a temas en los que ambos partidos hayan tenido discrepancias en los últimos años como podría ser el caso de Educación. Además, brindar a sus nuevos socios consejerías donde puedan emerger algunas de las medidas que más han enfrentado a Vox con el resto de formaciones -como la expulsión de los inmigrantes ilegales o el tijeretazo a las subvenciones públicas a lo que consideran "chiringuitos"- podría servir de munición para la oposición. Mañueco afronta su segundo Gobierno de coalición con la experiencia fallida del conformado con Ciudadanos.
Pacto PP-Vox 'in extremis'
El pacto entre PP y Vox se salvó 'in extremis'. La fecha límite para suscribirlo la marcó la sesión constitutiva de las Cortes castellanoleonesas, que arrancó este jueves a mediodía. Precisamente, una de las exigencias de Vox para apoyar la futura investidura de Mañueco era presidir la Cámara y, en principio, los 'populares' solo estaban dispuestos a ceder si Abascal y los suyos cejaban en el empeño de entrar en el Ejecutivo y facilitaban al PP gobernar en solitario. La falta de acuerdo llevó al PP a presentar a su propio candidato, mientras que Vox guardó silencio a la espera de que los 'populares' terminasen aceptando su propuesta. Finalmente, el cargo recayó en el procurador de Vox por León Carlos Pollán.
La fumata blanca estuvo precedida por muchas horas de tensión. García-Gallardo constató a última hora del miércoles lo que ya era un secreto a voces: las negociaciones habían encallado. Con el fin de presionar a Mañueco, Vox hizo públicos los 'sillones' pretendidos en las Cortes y en la Junta, además de la batería de medidas programáticas que querían cerrar. Eso sí, sin concretar qué consejerías tenían en mente. Una oferta que, a su juicio, era "justa" y no tenía por qué "molestar" a los votantes del PP. Y la misma que los 'populares' han acabado abrazando.
"El PP se empeña en negar a los votantes de Vox el mismo trato que dio a su anterior socio. Todavía está a tiempo de rectificar y aceptar esta propuesta o, en caso contrario, explicarle a sus votantes por qué no ha querido este gobierno para Castilla y León", aireaba García-Gallardo la noche antes de la constitución de las Cortes. Habían pedido presidir las Cortes y disponer de la secretaría tercera en la Mesa. También exigían la vicepresidencia de la Junta y tres consejerías. "Ni más ni menos [que Ciudadanos]",
Ante el órdago de Abascal y el riesgo de que el PSOE se hiciese con el poder de la Cámara, Mañueco decidió ceder ante un Vox avalado por 13 escaños que le allanan el camino a la investidura
La respuesta de Fernández Mañueco no tardó en llegar. El presidente en funciones de la región acusó a Vox de no haberse movido "nada" en las negociaciones. "Entiendo la democracia desde el diálogo, no desde la imposición. He ofrecido a Vox un acuerdo de gobierno en beneficio de las personas de Castilla y León. Desde nuestra posición inicial hemos cedido para propiciar el entendimiento, Vox no se ha movido nada", lamentó. "Seguimos ofreciendo un acuerdo donde Castilla y León gane. Si pensamos en lo que es mejor para los castellanos y los leoneses, será muy fácil que nos encontremos", advirtió.
Pero las palabras de Mañueco no parecieron ablandar a los de Abascal. El líder de Vox -que ha participado activamente en las negociaciones- volvió a manifestar su postura desde el Congreso de los Diputados tan solo horas antes de la constitución de las Cortes: si el PP no cedía, Vox votaría a sus propios candidatos y, por supuesto, no facilitaría la investidura de Mañueco.
Ante el órdago de su interlocutor y el riesgo de que el PSOE se hiciese con el poder de la Cámara gracias al apoyo de los procuradores de Podemos y Soria Ya -que terminó absteniéndose como UPL pero jugó a la ambigüedad hasta el último día-, el presidente en funciones de Castilla y León decidió ceder ante un Vox avalado por 13 procuradores que le despejaban el camino hacia la gobernabilidad.
Estado de las Autonomías
El dirigente 'popular' anunció el pacto minutos antes de arrancar la sesión constitutiva de las Cortes y se vio abocado a aclarar en su mensaje que se trataba de un acuerdo de legislatura "sobre la base de un programa al servicio de las personas de Castilla y León y que permita un gobierno estable y sólido con pleno respeto al orden constitucional y al Estatuto de Autonomía de Castilla y León".
Vox, siempre crítico con el Estado "fallido" de las autonomías, no solo no ha sacado este asunto durante la campaña castellanoleonesa, fuertemente marcada por los problemas del campo y de los jóvenes, sino que incluyó en su propuesta para un acuerdo base una medida que pasaba por pedir más financiación para Castilla y León.
"Acabaremos con la discriminación histórica a Castilla y León. Demandaremos una financiación autonómica justa, solidaria y acorde con el coste efectivo de la prestación de los servicios públicos en Castilla y León, para acabar con la infrafinanciación de Castilla y León por parte del Gobierno de España", reza la petición.
García-Gallardo aplaudió el acuerdo calificándolo de "sensato". "Sin ganadores ni perdedores", concluyó. "Hagamos entre todos, con voluntad de diálogo y de acuerdo, una legislatura provechosa para los ciudadanos. Servir a Castilla y León debe ser nuestra forma de servir a España", señaló. El documento incluye once ejes de gobierno y un total de 32 acciones. La primera de esas 32 acciones recoge la aprobación de una ley de Desarrollo y Competitividad Rural y otra de lucha contra la violencia intrafamiliar.