Dos de los empresarios procesados en el primer juicio del 'caso Imelsa' han admitido este lunes ante el juez que ayudaron al gerente de esta empresa pública y autodenominado "yonki del dinero", Marcos Benavent, a desviar fondos de esta firma.
Las declaraciones de José Estarlich, que fue administrador de la empresa pantalla Berceo Mantenimientos, y Francisco Javier Márquez Suárez, responsable de la empresa andaluza Cyan Animatica, han sido las dos únicas que se han escuchado en la primera sesión del juicio.
Estarlich, considerado testaferro de Benavent, ha admitido que este se ofreció a ayudarle económicamente porque su mujer trabajaba como su secretaria en Imelsa (la actual Divalterra, dependiente de la Diputación de Valencia).
"Conozco a Benavent desde 2009. Las cosas me iban mal en mi empresa y me propuso que fuese administrador de Berceo Mantenimientos y de otra empresa. No me da muchos argumentos, solo que él tenía un cargo público y no podía figurar", ha admitido.
"Berceo no tenía trabajadores, no realizó ningún tipo de trabajo real y toda la facturación era falsa. El dinero que facturábamos a Imelsa iba a las cuentas de Berceo y se utilizó, por ejemplo, para la compra de un chalet en Xàbia anexo a uno que ya poseía Benavent. Los quería juntar", ha agregado Estarlich.
Este procesado, que además fue contratado como personal de Imelsa sin acudir a trabajar, ha admitido que Berceo facturó a Imelsa más de 172.000 euros de forma totalmente arbitraria y sin fundamento alguno.
El responsable de Cyan Animatica, Francisco Javier Márquez Suárez, ha explicado cómo Rafael García Barat (administrador supuesto interpuesto por Benavent al frente de Thematica Events) se puso en contacto con él para la realización del espectáculo Metamorphosis, para el Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MuVIM), también dependiente de la Diputación provincial.
'Caso Imelsa'
El precio de sus servicios fue de unos 30.000 euros, y cobraron a Thematica 15.000 por adelantado. "Cuando acabamos pedimos el otro 50 % pero nos comentaron que no nos podían pagar, que facturásemos a Imelsa el resto", según Márquez Suárez.
"Desde Sevilla desconocíamos que era una empresa pública. Y nos pidió (García Barat) que, además de los 15.000 que nos faltaban por cobrar, facturásemos otros 41.000 que él supuestamente no podía facturar como intermediario -ha añadido-. Lo hicimos como un favor. Cuando cobramos todo García Barat nos facturó 41.000 euros y se los abonamos".
Este procesado se ha mostrado arrepentido, ha afirmado sentirse engañado y ha informado a la sala de que ya ha depositado la mitad de los 41.000 euros que cobró indebidamente a Imelsa.
El juicio se retomará el próximo miércoles con las declaraciones programadas de Marcos Benavent, José Antonio Toledo, Juan José Medina y Rafael García Barat.