La concentración de trabajadores contra el cierre de bares y restaurantes, prohibida por la Delegación del Gobierno, se ha convertido este martes en una manifestación incontrolada que ha llegado a congregar a casi 2.000 personas, ha recorrido y paralizado puntualmente el centro de Palma y ha terminado con una carga policial, según recoge EFE.
La convocatoria, promovida por empresarios y respaldada por las patronales CAEB y PIMEM, ya había reunido a medio millar de personas ante el Consolat de Mar a las 10.30 horas, 30 minutos antes de la hora fijada, y ha concluido en torno a las 15.15 horas, cuando los últimos manifestantes, medio centenar, han desistido de cortar el tráfico por segunda vez en Plaza de España.
La concentración inicial ha seguido los cauces habituales en las protestas ante la sede de la presidencia del Govern, con los congregados coreando consignas contra las medidas del ejecutivo y pidiendo la dimisión de la presidenta, Francina Armengol, que ha sido objeto de variados insultos.
A medida que llegaban más manifestantes la distancia de seguridad sanitaria respetada en los primeros momentos ha quedado olvidada, los gritos han ido subiendo de intensidad y unos pocos congregados han mostrado actitudes agresivas contra los policías que guardaban la sede institucional y algunos periodistas, en particular los de la radiotelevisión autonómica IB3, a los que han increpado.
Víctor Sánchez, el empresario que registró la solicitud de concentración denegada, ha explicado ante el Consolat que la protesta se amparaba en el derecho constitucional a la manifestación pacífica y ha criticado las medidas restrictivas que llevan "a la ruina" a asalariados y autónomos de la hostelería.
"No tenemos con qué pagar los recibos", ha subrayado el empresario, que ha lamentado la "criminalización" de los bares y restaurantes a pesar del esfuerzo que han realizado para aplicar todas medidas de seguridad sanitaria que se les han impuesto.
Ayudas directas
El presidente de Restauración CAEB, Alfonso Robledo, ha lamentado el cierre de los establecimientos a partir de este miércoles, porque a su juicio podrían haberse mantenido las terrazas abiertas, y ha exigido "ayudas directas" que palíen la situación de trabajadores "que no tienen para comer" por los retrasos de los ERTE.
Sobre las 11.20 horas, algunos de los concentrados que estaban en primera línea frente a la puerta de la sede central del Govern han promovido el corte del tráfico en el Paseo Marítimo, que se ha prolongado durante unos 15 minutos, y han instado después a marchar hacia el Parlament para continuar allí su protesta.
Aunque parte de los congregados han desistido, en torno a 1.500 personas se han desplazado hasta la puerta principal de la cámara autonómica, que han bloqueado y amenazado con ocupar.
A mediodía, la Policía Nacional ha reforzado el dispositivo para frenar la amenaza y se han producido momentos de tensión al encararse con los agentes algunos de los manifestantes. Mientras, la multitud aplaudía el estallido de petardos y el encendido de una bengala.
La manifestación, encabezada por líderes espontáneos tras abandonar la protesta el convocante original, se ha trasladado después a la plaza de Cort, donde las puertas del Ayuntamiento, como las del Consell, permanecían cerradas y custodiadas por la Policía. Algún manifestante ha lanzado huevos.
Cortes de tráfico
De allí, la protesta se ha desplazado hasta la Plaza de España, donde han cortado en tráfico de las Avenidas, primero de manera estática y circulando después por la calzada hasta la Rambla en dirección de nuevo al Consolat.
Tras una parada para gritar sus consignas ante el Tribunal Superior de Justicia, la marcha ha seguido su camino, cada vez con menos participantes pero aún con varios centenares de personas, hasta llegar de nuevo al punto de partida, donde se había vallado el acceso a la sede presidencial.
Un grupo más reducido, de un centenar, ha cortado de nuevo el tráfico en el Paseo Marítimo y ha caminado por esa vía, una de las principales de la capital balear, hasta la confluencia con las Avenidas al final del Parc de la Mar.
A esas alturas, los manifestantes ya estaban completamente rodeados por unos 40 agentes de la Policía Nacional, que durante todo el dispositivo han sido asistidos desde un helicóptero de coordinación.
Alrededor de las 15.00 horas, cuando trataban de reabrir el tráfico en la Avenida Alexandre Rosselló, varios agentes han realizado una carga con sus porras que ha sido respondida con insultos.
Poco después, los últimos manifestantes han llegado a Plaza de España y han desistido de cortar la circulación. Antes de despedirse, algunos preguntaban: "¿Mañana, dónde?", animando a continuar las protestas.