La política en Cataluña sigue discurriendo entre aguas turbias después de la tormentosa campaña electoral. Entre los altos cargos del socialismo catalán está calando la sospecha de que el escándalo urbanístico destapado el martes en el Ayuntamiento de Sabadell no responde ni mucho menos a la casualidad y está siendo administrado desde la sombra por el sector de CiU que teme que Artur Mas termine tejiendo con el PSC un acuerdo de legislatura en caso de que los republicanos descarten definitivamente colaborar con el futuro Gobierno, algo ayer empezó a tomar carta de naturaleza.
El 'número tres' del PSC le ha dicho personalmente a Rubalcaba que no tiene ningún trapo sucio que esconder en el 'caso Sabadell'
Alfredo Pérez Rubalcaba y el primer secretario del PSC, Pere Navarro, han hablado desde el domingo en varias ocasiones del papel que podrían jugar los socialistas en Cataluña ante el mapa político tan complejo que ha nacido de las urnas. De momento, ambos descartan la conveniencia de entrar en el Gobierno catalán porque consideran que no hay margen alguno para dar el paso mientras CiU siga abrazando el soberanismo e insista en convocar el referéndum. Y ello, a pesar de que el PSC avaló durante la reciente campaña la celebración de esta consulta y la necesidad de que fuera vinculante.
Los diputados del PSC que trabajan en Madrid comentan que Artur Mas agotará todas las posibilidades para implicar de una u otra forma a Esquerra Republicana en la tarea de Gobierno ya que es la fórmula más cómoda y, al mismo tiempo, más coherente para desarrollar la agenda soberanista que CiU incorporó a su programa electoral.
El ex ‘número tres’ del PSC, Daniel Fernández, ha explicado a Rubalcaba y a Pere Navarro que no tiene ningún trapo sucio que esconder y que nunca ha cobrado de constructores. Mientras el alcalde de Sabadell, Manuel Bustos, está imputado por el Juzgado de Instrucción número uno de esta ciudad, bajo la supervisión de la Fiscalía Anticorrupción, Fernández lo está por un presunto delito de tráfico de influencias a raíz de una conversación telefónica que mantuvo con la alcaldesa de Montcada, Maria Elena Pérez, en la que le recomendó el fichaje de la arquitecta Carmina Llumá, antigua alto cargo del Gobierno tripartito que presidió José Montilla. A Llumá se la consideraba mano derecha del ex consejero socialista de Política Territorial Joaquim Nadal y, según la investigación, podría estar involucrada en algún concurso público irregular.
El PSOE ha ordenado el cierre de filas con el PSC. Rubalcaba está feliz ya que el foco de atención sigue centrado en el desplome de CiU y en sus dificultades para formar Gobierno en Cataluña
De momento, en el PSOE se ha impuesto el cierre de filas con el PSC ya que se sospecha que detrás de la operación policial hay una trama política orquestada por un sector de CiU que busca condicionar la política de alianzas en Cataluña. Navarro dijo este miércoles que confía “al cien por cien” tanto en Daniel Fernández como en el alcalde de Sabadell. Estos apoyos discurren paralelos al abrigo que el propio Pere Navarro está recibiendo desde la sede federal del PSOE. A pesar de su fracaso electoral del domingo –pérdida de 52.000 votos y de ocho escaños- Navarro ha recibido el respaldo de Rubalcaba, satisfecho con el suelo tocado por el PSC en las elecciones del domingo: sus encuestas internas reflejaban la posibilidad de caer hasta 15 escaños. El líder socialista también está feliz porque el foco de atención sigue centrado en el desplome de CiU y en sus dificultades para formar Gobierno. Nunca soñó con este regalo.