El psiquiatra que evaluó a Francisco Javier Almeida, tras ingresar en prisión como presunto autor del asesinato y agresión sexual del niño de 9 años, ha asegurado este lunes en el juicio que "no tenía afectadas sus condiciones cognitivas y volitivas: sabía lo que hacía y quería hacerlo". Este médico ha testificado como perito forense en la sexta sesión del juicio con tribunal popular que se celebra hasta mañana, martes, en la Audiencia Provincial de Logroño, por unos hechos ocurridos en Lardero (La Rioja) el 28 de octubre de 2021, cuando estaba en libertad condicional por un asesinato y agresión sexual cometidos en 1998, por los que le habían condenado a 30 años de cárcel.
Tras ingresar en prisión provisional en Logroño, tres días después de los hechos, Almeida fue trasladado el 4 de noviembre de 2021 al centro penitenciario de Segovia, en cuyo Instituto de Medicina Legal le realizaron una evaluación psiquiátrica, que descartó que padeciese una alteración psicopatológica o algún trastorno mental. Según el psiquiatra que he declarado en el juicio, el acusado estaba "consciente y orientado", no presentaba "alteraciones en la memoria que dificultase recordar el pasado" y, además, podía "retener conocimientos nuevos y evocarlos".
Aunque no recordaba los hechos ocurridos en Lardero, sí que había consumido varias botellas de alcohol, pero en su evaluación no se detectó ningún cuadro de intoxicación etílica previa ni signos de adicción, ha puntualizado este perito. También ha dicho que Almeida no expresó “resonancia afectiva o afectación cuando le comunicaron los hechos”, pero ha matizado que "no es coherente" la memoria selectiva que tenía, ya que sí recordó que debía tomarse sus pastillas para la hipertensión.
"Está consciente, sabe las dolencias que tiene y quiere cuidarse. No se deja llevar por impulsos. Almeida es un persona normal que sabe lo que dice y lo que hace. Es capaz de elaborar un plan y ejecutarlo", ha subrayado.
Conductas de acecho previas
En la vista también han testificado como forenses un psicólogo y un criminólogo de la Guardia Civil especializados en comportamiento infantil, que tomaron declaración a la niña de 4 años que jugaba con Álex cuando presuntamente le raptó el acusado y a los otros dos niños de 12 años que habían visto a Almeida antes sentado en un banco del parque Entre Ríos. La niña más pequeña relató al día siguiente que, mientras jugaban al lado del merendero de sus padres, Álex se fue con un señor que antes se había acercado a ella para invitarle a ver una perrita, pero ella lo rechazó.
Estos agentes han explicado que la declaración de los dos niños mayores se hizo en la noche del crimen, con preguntas abiertas para "evitar inducir las respuestas y contaminar" sus testimonios. La niña de 12 años les confirmó que Almeida había tenido "conductas de acecho previas" a ese día, ya que observaba a sus amigos desde el parque, se lo encontraban por el barrio, les perseguía y, además, a ella le invitó a subir a su casa para que le ayudase con la mudanza y ver unos pájaros.
También les dijo a los agentes que un día que le vieron asomado a la ventada de su edificio, simularon hacerse entre ellos una foto para obtener una imagen del acusado. "No se confundieron de persona, lo describieron bien y coincidía con las características que dio la niña de 4 años, que fueron menos detalladas por su edad", ha resaltado uno de los guardias peritos. Han constatado que la narración de los tres menores fue "coherente y consistente" y, además, no detectaron en ellos "capacidad de fabulación ni afán de prejuicio hacia alguna persona"
Ibero
A los animales hay que controlarlos o encerrarlos...y si son alimañas, eliminarlas