El PSOE tiene la sensación de que Moncloa les ha metido un gol en plena campaña del 28-M. Fuentes socialistas consultadas por este diario no ocultan su malestar por cómo reaccionó el Gobierno a las listas electorales de Bildu con hasta 44 etarras condenados, siete de ellos por asesinato. Y es que el presidente, Pedro Sánchez, eludió responder cuando se le preguntó y tuvo que ser el portavoz en la Cámara Baja -y exlehendakari-, Patxi Lopez, quien se comiera el marrón. Se limitó a decir que no le gustaba, pero arrancó advirtiendo que no lo valoraría.
El núcleo duro del Ejecutivo impuso la ley del silencio, también a las ministras socialistas a las que se les preguntó por el asunto de marras. Ni Isabel Rodríguez (Portavoz y Política Territorial) ni Pilar Llop (Justicia) ni Teresa Ribera (Transición Ecológica) hicieron crítica alguna. Incluso la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, se escudó en que ETA era el pasado porque ha dejado de matar hace 12 años. Pero según pasaron las horas, la bola se hizo cada vez más grande. Y un día después de trascender las listas, la portavoz del PSOE y titular de Educación, Pilar Alegría, tuvo que publicar un vídeo para censurar la decisión de los 'abertzales' y defender la ética del PSOE.
En Ferraz lamentan que el Gobierno no fuera más contundente. Y, sobre todo, que no lo fuera desde el principio. "Al final llegaron tarde y mal, con un vídeo grabado", explica una destacada fuente socialista. Otra fuente con peso se muestra contundente: "Lo de Bildu es impresentable y una provocación". Así, a Alegría no le quedó más remedio que intentar zanjar la polémica: "Son unas listas que no nos gustan, que además reabren innecesaria e injustamente el dolor de las víctimas. En la utilización de ETA y del terrorismo dentro del debate político y con fines partidistas jamás se va a encontrar al PSOE".
Los barones
En el PSOE escuece tener que 'tragar', porque la banda terrorista mató a 12 militantes socialistas cuyos asesinatos nunca condenó: Germán González López, Enrique Casas, Vicente Gajate, Fernando Múgica, Francisco Tomás y Valiente. Fernando Buesa, Juan María Jáuregui , Ernest Lluch, Froilán Elespe, Juan Priede, Joseba Pagazaurtundua e Isaías Carrasco. El PSOE de Euskadi es un partido que ha sufrido el zarpazo del terrorismo en sus propias carnes. Por eso no se entiende que no hubiera mayor contundencia. Aunque para dureza la de algunos barones socialistas, como el aragonés Javier Lambán.
El presidente entiende las posiciones de los presidentes de su partido que más se revuelven con los coqueteos con ERC, Bildu y el resto de fuerzas soberanistas que tienen representación en el Congreso y que sustentan al Gobierno. Pero el presidente se escuda en el juego de alianzas que tiene que seguir. En plata: la mayoría en la que los socialistas se apoyan es la que es y su socio, encima, trabaja por arrastrarles a ese "bloque de dirección de Estado", que persigue como última parada del viaje una república plurinacional.
La tormenta en Euskadi
El problema es que el equipo de comunicación del presidente y del partido intentaron tapar el tema de las listas de Bildu a base de no hablar sobre él. Pero la jugada les salió mal, porque terminaron censurando esas listas y, por tanto dándoles repercusión, desde el PNV hasta dirigentes de Podemos Euskadi, que lo hicieron en contra del criterio de la dirección estatal morada. Es más, hasta el PNV afeó a los abertzales que eligieran a 44 condenados por ETA, por considerarlo "perfectamente evitable": "A Bildu todavía le queda mucho recorrido que hacer para reconocer el daño causado por la violencia", zanjó el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban.
Y es que en Euskadi la tormenta por las listas fue perfecta. Las reacciones de condena llegaron de prácticamente todas los partidos. Hubo un comunicado conjunto del PNV y PSE-EE que gobiernan juntos, en el que denunciaban la "humillación" que suponía para las víctimas y pedían la retirada de los miembros de ETA de las candidaturas. También fue duro el líder del Partido Popular en Euskadi, Carlos Iturgaiz, que reclamó al presidente del Gobierno y al PNV que "rompan sus alianzas" con Bildu si los abertzales no retiran los perfiles de los terroristas de webs como la de Galdakao y otros seis municipios vascos más.
En verdad, Moncloa anda nerviosa a medida que se acercan las elecciones, con la campaña electoral ya en marcha. En política, las palabras dicen mucho más de lo que están destinadas a decir. Y si hay un termómetro para medir el estado de ánimo del Gobierno, ese es la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Este jueves, tras trascender el segundo expediente sancionador de la Junta Electoral Central (JEC) a la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, por vulnerar supuestamente la neutralidad de los poderes públicos en esa sala, el Ejecutivo echó el freno. En Moncloa se han instalado los nervios por los avisos del órgano que vela por la transparencia y la objetividad de los procesos electorales. Y para muestra un botón. Puede que la tibieza contra Bildu tuviera algo que ver.
