España

El PSOE asume que no tiene perfiles duros que quieran defender la labor de Pedro Sánchez

Fuentes socialistas reconocen que llevan cuatro años con una política de comunicación "demasiado prudente" y que han descuidado fomentar la agresividad entre los suyos

  • El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el último Comité Federal -

Falta menos de un mes para que España vote la composición de las Cortes Generales que tendrán que elegir al nuevo presidente del Gobierno. Y el PSOE asume que se enfrenta a la batalla electoral sin perfiles duros que quieran defender la labor de Pedro Sánchez al frente de Moncloa durante los últimos cinco años. Fuentes socialistas con despacho en Ferraz reconocen que llevan años con una política de comunicación "demasiado prudente" y que han descuidado fomentar la agresividad entre los suyos para confrontar con el PP.

El partido está huérfano de un político vehemente como lo fue Alfredo Pérez Rubalcaba, por poner un ejemplo que asumen los propios socialistas como tal cuando se les pregunta. Y los que pueden tener ese perfil, como el exministro de Transportes José Luis Ábalos o la exportavoz parlamentaria Adriana Lastra, han decidido no vincularse de nuevo a la figura del presidente pensando más en el día siguiente a las elecciones generales y en la nueva etapa que se abrirá en el PSOE.

El PSOE lleva gobernando desde 2018, pero transmite la sensación de ser el partido que aspira a ganar el Ejecutivo, no a revalidarlo. Casi nadie se 'mata' por un proyecto que varias fuentes dentro del partido dan por amortizado por mucho que el presidente no se vea fuera de la política dentro de unas semanas. Sánchez llegó a la secretaría general del PSOE por primera vez en unas primarias celebradas en 2014. Y volvió a ella en 2017 tras su derrocamiento en el Comité Federal del 1 de octubre de 2016. Y ya hay quien le ve como Alexis Tsipras en Grecia: al frente de la oposición pese a haber gobernado.

El favor de Zapatero

En Ferraz se aplaude el entusiasmo desmedido del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero haciendo campaña por Pedro Sánchez. "Está desatado", sintetiza una fuente de la Ejecutiva del partido. Mientras, nadie en el Gobierno ni en la propia Ejecutiva, empezando por el propio presidente, se lanza a morder con la fuerza de Zapatero. El exsecretario general se ha convertido en el único gran apoyo de la coalición y de su capitán.

Sánchez no tiene ese perfil, aunque lo intentará de aquí al 23 de julio en el tour mediático que le ha cocinado Moncloa para pinchar "la burbuja de mentiras y maldad", como él mismo dijo el domingo en La Sexta, del "antisanchismo". No obstante, quienes conocen al líder socialista apuntan que carece de esa pasión a la hora de comunicar los mensajes al gran público. Pero al menos intentará por tierra, mar y aire 'humanizarse'. No por casualidad, durante su entrevista con Jordi Évole, Sánchez quiso proyectar su lado más cercano. Por eso reconoció haber llorado durante la pandemia, haber ido al psicólogo "hace tiempo" y haber sufrido por los "ataques injustos, irreales y desproporcionados" a su mujer.

La ausencia de voces potentes a favor de Sánchez se ha hecho especialmente estruendosa en las comunidades autónomas. Fuentes socialistas reconocen ahora una falta de movilización en los territorios de la que ya alertaba Ferraz tras la convocatoria anticipada del 23 de julio, precisamente por los resultados del partido en las últimas elecciones municipales y autonómicas.

El 'oro' de los pactos entre PP y Vox

El problema en las comunidades es que la debacle del 28-M ha dejado muy tocadas las estructuras del partido. La pérdida de poder ha dejado a muchas personas en la calle, lo que hace prácticamente incompatible la implicación de parte de las bases con la campaña nacional. A cambio, según reconocen desde la dirección del partido, Sánchez se ha visto favorecido por el “ruido” al que se enfrenta el PP por los pactos con Vox. “Era uno de los objetivos del adelanto electoral y se está cumpliendo”, dicen desde el PSOE.

Más que por acción, los socialistas confían en recoger los beneficios de estas negociaciones, en algunos casos como el de Extremadura “estrambóticas”, y de la elección de perfiles que está haciendo el partido de Santiago Abascal. “Esta estrategia de reventarlo todo que tiene Vox va a desgastar a Feijóo”, aseguran. Es más, el PSOE detecta un cambio de tendencia. Los socialistas, según fuentes del partido consultadas por este diario, creen haber cortado en la última semana el trasvase de electorales al PP que se situaba en el 9%.

Ferraz considera que esta variación se debe a la dinámica de pactos entre los populares y Vox tras las elecciones municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo. El optimismo parece abrirse hueco en el partido aunque las perspectivas de que los socialistas alcancen al PP son remotas. En la sede federal hay toda una maquinaria engrasada para intentar predecir qué ocurrirá el 23-J. Y fuentes socialistas explican que manejan datos internos que sitúan al PP con 140 escaños y a ellos por encima de la barrera de los 100. Pero lejos de inquietarles, el partido fía todo al potencial electoral de Sumar. La clave para el PSOE es que el recién creado partido de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, sea tercera fuerza y 'robe' el cuarto escaño en liza en las provincias medianas a Vox. Esa es la gran batalla.

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