¿Es España un país de salidos? El Partido Socialista quiere dar respuesta a esta pregunta mediante la puesta en marcha de un estudio a nivel nacional liderado por el Ministerio de Sanidad. Para el PSOE, el acceso a contenido pornográfico que facilitan las nuevas tecnologías está ahondando en la "adicción al sexo" de los españoles. Un enganche al cibersexo que preocupa a la bancada socialista, que defiende este martes en la Comisión de Adicciones del Congreso de los Diputados que se tomen cartas en el asunto. Como ya advirtieron Las Supremas de Móstoles: "Eres un enfermo, eres un enfermo, eres un enfermo del cibersexo...".
En la exposición de motivos de la Proposición No de Ley (PNL), los socialistas argumentan que "las Tecnologías de la Información y Comunicación ofrecen al usuario un escenario ideal para la exploración de la sexualidad que, al igual que en otros ámbitos, ha producido modificaciones en la conducta sexual del individuo. Entre las consecuencias negativas, además de contribuir a la cosificación de la mujer y a la reproducción de estándares machistas, ha fomentado la adicción al cibersexo, provocada por la facilidad de acceso, la rapidez, la variedad y la percepción de mayor seguridad, potenciando la falta de control".
El texto señala que "un mayor estudio destinado a la detección precoz de los casos problemáticos, así como patológicos con necesidad de tratamiento de este tipo de adicción comportamental, especialmente entre la población más vulnerable como la población infanto-juvenil, contribuiría de forma importante a solucionar el problema o posible trastorno".
El grupo parlamentario socialista defiende su punto de vista con varios estudios, entre ellos uno elaborado por Mead & Sharpe en 2018 (Pornography and sexuality research papers at the 5th International Conference on Behavioral Addictions. Sexual Addiction & Compulsivity). Este estudio señala que el 87% de los pacientes que acuden con conducta sexual compulsiva es por masturbación y consumo de pornografía. Diferentes estadísticas, citadas en la PNL, estiman que la prevalencia de esta problemática se encontraría entre un 3-5% (según la Society for the Advancement of Sexual Health), o incluso hasta el 12% en el caso de los varones (Långström y Hanson, 2006).
El comportamiento sexual compulsivo no fue considerado enfermedad mental por la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta hace tan solo 5 años, en 2018. En la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) se define "como un patrón persistente de incapacidad para controlar los impulsos sexuales intensos y repetitivos que llevan a un comportamiento sexual repetitivo". Los síntomas pueden incluir "actividades sexuales repetitivas que se convierten en un punto central de la vida de la persona hasta el punto de descuidar la salud y el cuidado personal u otros intereses, actividades y responsabilidades; numerosos intentos fallidos por reducir significativamente el comportamiento sexual repetitivo; y un comportamiento sexual repetitivo continuo a pesar de las consecuencias adversas o del que deriva poca o ninguna satisfacción".
Este patrón ha de producirse de manera prolongada en el tiempo (6 meses o más) y afectar verdaderamente a la vida del individuo para ser considerado un problema de Salud Mental, como reza la PNL. La Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-2024, como se menciona en el documento, incluye en su ámbito de actuación las denominadas "adicciones comportamentales" o "adicciones sin sustancia". Según esta estrategia, las adicciones sin sustancia han irrumpido de manera notable en los últimos años y su presencia ya se está dejando notar en las demandas asistenciales. Sin embargo, en el texto se hace hincapié, principalmente, a la adicción al juego de apuesta (presencial y online), los videojuegos y otras adicciones relacionadas con las nuevas tecnologías.
Adicción a la compra compulsiva
No es la primera vez que el PSOE aprovecha la ola de actualidad en la que se encuentra la Salud Mental para hacer propuestas novedosas. Hace un par de ellos, en la misma Comisión del Congreso, los socialistas defendieron que era necesario llevar a cabo un estudio nacional sobre el trastorno de compra compulsiva, un trastorno que no está recogido en ningún manual de psiquiatría, como denunció en este periódico el presidente de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), Néstor Szerman.
El psicoanalista José María López Laso apuntaba en dicho artículo que se parte de una base psicopatológica errónea en la que, en vez de buscar el fondo del problema, la enfermedad que subyace, se cogen los síntomas y se habla de un trastorno para cada uno de ellos. "Es como si hablásemos del trastorno de la tos, del dolor de tripa, de la fiebre, en lugar de gripe o covid", apunta. Con las adicciones ocurre de igual manera: "Hay adicción a las compras, a la comida, a la cocaína... Detrás de ellas hay problemas que se olvidan por fijarse en los supuestos trastornos concretos".