El expresidente de la Generalitat Quim Torra ha mostrado sus dudas sobre la mesa de diálogo sobre Cataluña que debe retomarse en septiembre: "No es que sea escéptico, es que no puedo creer en ella", ha señalado, instando a su sucesor, Pere Aragonès, de ERC, a elegir entre dirigir la independencia o ser "muleta" del Gobierno de Pedro Sánchez.
Lo ha afirmado en la 53 Universitat Catalana d'Estiu (UCE) en Prada de Conflent (Francia), en un encuentro también retransmitido telemáticamente y en el que ha participado junto a la presidenta del Parlament, Laura Borràs. Torra ha dicho que "Cataluña no está en condiciones de sentarse en una mesa de diálogo" de la que no se sabe ni la metodología ni qué se negociará, ha advertido.
"Ir a hacerse una foto cada tres meses no me parece que sea algo que el independentismo se pueda permitir", y ha añadido textualmente que servirá para normalizar esta situación de dependencia con España.
A Sánchez sí le conviene
También se ha preguntado "qué puede ganar la parte catalana" y cuál es la fuerza de Cataluña en esta negociación, y ha dicho que el Gobierno de Pedro Sánchez acepta esos encuentros por conveniencia táctica.
"Le puede ir bien porque no tiene nada que perder, da una imagen internacional de cierto fin del conflicto, y por cuestiones tácticas de supervivencia del presidente Sánchez", ha concretado.
Ha añadido que el independentismo "está en un momento de confusión" y que la mesa de diálogo es uno de los elementos que más confusión aportan.
Papel de Aragonès
Sin citar explícitamente a su sucesor, Pere Aragonès, Torra ha asegurado que el presidente "debe escoger: dirigir la separación de Cataluña o hacer de muleta del Gobierno".
El expresidente ha recordado que en Cataluña hay "una concepción muy presidencialista desde Francesc Macià" del papel del presidente de la Generalitat, pero que la institución está formada por el Parlament, el Govern y la propia Presidencia.
Además, ha señalado que la presidencia tiene una "fuerza moral", que tiene el compromiso con la confianza que los votantes han depositado en el cargo, y que por eso no puede incumplir sus promesas.
1 de octubre
Torra considerado que el 1-O fue uno de los dos momentos en que Cataluña ha intentado su separación de España, junto con el 14 de abril de 1934, y ha lamentado que ninguno de los dos tuvo "las consecuencias queridas". Ha puntualizado que la declaración de la República Catalana realizada por Macià en 1934 fue un acto de las élites, mientras que el 1 de octubre de 2017 fue obra del "empoderamiento popular".
"La cárcel y el exilio, para mí de manera inexplicable, ha provocado que se haya echado a perder todo lo que se defendió en 2015 o antes del 1 de octubre", ha lamentado, y ha asegurado que para él es inexplicable que haya habido este cambio de parecer entre algunos políticos independentistas.