España

El PP reformará en solitario la ley electoral para frenar al 'ciclón' Podemos

El Gobierno teme un desastre en las municipales. El 'zarpazo' de Podemos en el CIS ha sido un aviso serio mayor de lo esperado. La elección directa de los alcaldes puede ser la única alternativa para salvar el gran número de ayuntamientos del Partido Popular que ahora están en peligro.

En los cuarteles generales de PP y PSOE han recibido el último barómetro del CIS con una profunda preocupación. El 'zarpazo' de Podemos ha resultado mucho mayor de lo esperado. Aquellos 'friquis' de Arriola, el gurú del PP, se han convertido en la tercera fuerza del país y van camino de ser la segunda. 'Han venido para quedarse', comentaba ayer un veterano del PP en conversación con este periódico. Y su crecimiento llegará todavía muy vivo a las autonómicas y municipales. He aquí el punto de preocupación. Podemos arrastra el 28 por ciento del votante de IU, casi un 17 del PSOE y otro tanto de UPyD. Araña en todas las siglas y en todos los caladeros. Menos en los del PP que aunque le arrebató cien mil votos en las europeas, el CIS sólo constata una fuga del 3 por ciento de sus votantes.

De Podemos a Ganemos

En el Partido Popular existe un mal disimulado temor a que Podemos llegue a gobernar numerosos municipios merced a distintas alianzas con otros partidos, tanto de izquierdas como nacionalistas. El partido de Pablo Iglesias estudia presentarse a las municipales bajo el paraguas de la marca Ganemos, al estilo de la formación que lidera Ada Colau, líder antidesahucio, en Cataluña y que irá de la mano de la CUP, que lidera un diputado de origen zamorano famoso por el incidente de Rato y la zapatilla, para tomar el control de la alcaldía de Barcelona. Podemos será Ganemos para hacerse con el control de alcaldías por toda España.

Piensan algunos estrategas del PP que esta riada que ya se anuncia podría en parte contenerse con la elección directa de los alcaldes, sugerencia anunciada semanas atrás por Mariano Rajoy dentro de su plan de 'regeneración democrática'. La propuesta implica una reforma de la ley electoral para que gobierne siempre el partido más votado, bien con segunda vuelta o con un número mínimo de puntos de ventaja sobre el segundo. Se acabaría así con pactos de gobierno y otras componendas.

Una reforma en marcha

Rajoy le lanzó esta sugerencia a Pedro Sánchez en su encuentro en la Moncloa pero el líder del PSOE se mostró muy poco partidario de atenderla, pese a que ha figurado en el programa de su partido en varias oportunidades. También beneficiaría al PSOE en determinados municipios de los que podría ser desalojado por acuerdos postelectorales impulsados por Podemos o Ganemos.

Dolores Cospedal se ha puesto al frente del plan de regeneración del PP y, en particular, de esta posible reforma de la ley electoral. Se trata fundamentalmente de sacarla adelante mediante negociación y consenso, tal y como ayer mismo recordaba Alfonso Alonso, portavoz parlamentario del PP en el Congreso. "Estamos abiertos a la negociación y al consenso. Nadie puede tener miedo de este sistema que implica que al final se haga lo que quieran los ciudadanos", señaló Alonso en RNE.

Tratamiento de urgencia

Caso de que no se llegue a un acuerdo, el Gobierno no tendría dudas en sacar adelante en solitario esta reforma. Y lo haría para que entrara en vigor antes de mayo, es decir, antes de las autonómicas y municipales según comentaron ayer a este diario en fuentes del partido. "Estamos hablando de una iniciativa plenamente democrática, que tanto el PSOE de Zapatero como nosotros mismos llevábamos en el programa", argumenta esta fuente. En el PSOE piensan que no son ni las formas ni el momento y que resulta demasiado precipitado retocar la ley electoral en vísperas de unos comicios.

De momento en el PP están dispuestos a cumplir sus propósitos con o sin apoyos de otros grupos parlamentarios. El partido de Rajoy pondrá en marcha en septiembre una campaña para presentar mociones en todos los ayuntamientos de España en favor de que sea elegido el candidato más votado. Y una vez concluida esta fase, se pasaría al Congreso y de ahí a la modificación de la ley. Rajoy quiere diálogo y consenso, mencionan estas fuentes, pero quizás no haya más remedio que tirar por el camino de en medio.

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