España es un país cada vez más envejecido, pero no está preparado para cubrir las necesidades de tantas personas mayores. Que existe un aumento en el número de camas en residencias es un hecho, pero no se cubre el mínimo que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Faltan, en total, 76.350 plazas para cubrir la necesidad que existe en nuestro país, aunque España cubre el 83,8% de las plazas totales.

El problema es que respecto a antes de la pandemia, el número de plazas ha crecido un 2%, pero el aumento de personas mayores de 65 años es del doble: desde 2019, hay un 4,4% más de personas de la tercera edad. España ha pasado de tener 9,1 millones de personas en esta franja de edad a casi 9,5 millones, por lo que el problema, lejos de mejorar, se agrava cada año que pasa.

A esto hay que sumar que ahora, con el fin de la pandemia, el ritmo de nuevos ancianos debe aumentar, ya que el covid hizo verdaderos estragos entre la población con edad más avanzada. En condiciones normales, el número de personas con más de 65 años debería haber sido superior.

De hecho, para que España pudiese mantener el problema como lo tiene actualmente, debería duplicar el ritmo de creación de plazas en residencias, un hito que en estos momentos está lejos de realizarse, teniendo en cuenta que la generación 'baby boom' está comenzando a jubilarse.

Los efectos de esta carestía ya se notan en prácticamente toda España: las listas de espera cada vez son más largas. En Murcia, hay 1.500 ancianos apuntados para poder acceder a una plaza, mientras que en La Rioja son 1.150 los mayores que han solicitado una cama y que todavía no la han recibido. En esta comunidad, el número de peticiones ya está por encima de los niveles prepandemia.

La realidad es que España, para satisfacer la demanda de la OMS, necesita crear casi 77.000 plazas de forma inmediata, aunque tendrían que ser más para poder cubrir la creciente cifra de personas que engrosan, cada vez más, las listas de espera. Tan solo Aragón, Asturias, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y La Rioja cumplen con este ratio, ofreciendo más de cinco plazas por cada cien habitantes por encima de los 65 años. El resto incumplen la norma, destacando la Comunidad Valenciana, Andalucía y Baleares, que necesitarían prácticamente duplicar su número de plazas actual para cumplir con los requisitos recomendados.

La comunidad que más plazas necesita en términos brutos son Andalucía y Comunidad Valenciana. La comunidad gobernada por Juanma Moreno necesitaría generar 31.507 plazas para llegar al mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. En estos momentos, solo cubre el 58,7% de las plazas recomendadas para cubrir las necesidades de los más mayores.

Por su parte, en la Comunidad Valenciana deberían existir 23.549 camas para igualar el ratio: tan solo llega al 53,7% de las recomendadas por la OMS. Baleares, por su parte, cubre el 57,8% de las plazas. Galicia también se encuentra lejos: cubre el 59,9% de las plazas totales, teniendo que poner 14.088 nuevas camas. Su problema tiene el hándicap añadido de poseer una de las poblaciones más envejecidas de España, lo que hace que crear nuevas plazas tenga un carácter más urgente.

Madrid y Cataluña, que son las comunidades más pobladas tras Andalucía, no llegan al ratio, pero se aproximan mucho: en la capital tienen cubiertas el 87% de las plazas que recomienda poseer la OMS: le faltarían 7.992 camas para llegar al objetivo. En la Generalitat, por su parte, necesita 10.722 plazas y tiene cubiertas el 85,7% de las plazas necesarias para dar un buen servicio.

Otras que tampoco cumplen, pero se quedan muy cerca son Murcia (tiene 10.415 y necesitaría 12.341 plazas), Cantabria (posee 6.211 plazas y necesitaría 6.753) y Navarra (tiene 6.161 y su ratio se sitúa en 6.730), por lo que estas pueden ser las próximas en alcanzar las cifras recomendadas para la OMS.