El rey Juan Carlos I hizo uso del dinero de su cuenta suiza en España gracias a Dante Canónica. Según detallan documentos de la investigación, el abogado fue el encargado de introducir grande sumas de dinero en efectivo a través de la frontera del Aeropuerto de Madrid-Barajas.
Tal y como explica El Confidencial, Canónica fue la persona encargada de traer el dinero a España desde Suiza. De esta forma, la familia real tuvo acceso a los 64,8 millones que el rey de Arabia Saudí habría entregado al emérito.
Los documentos indican que a pesar de que las cantidades que el testaferro del Rey traía de Suiza superaban los 10.000 euros, Canónica nunca declaró tal cantidad a la Agencia Tributaria. La normativa fiscal prohíbe introducir más de esa cantidad en efectivo desde cualquier país que no sea miembro de la UE. De hecho, tal y como publicó también El Confidencial, las retiradas de efectivo de la cuenta suiza del emérito fueron constantes durante cuatro años.
La forma de actuar era siempre la misma: el abogado iba a las oficinas de Mirabaud en Ginebra, retiraba el dinero que necesitaba el rey Juan Carlos I y posteriormente viajaba a Madrid para entregarle el dinero en mano. De hecho, según detalla el diario que publica la información, dichas entregas quedaban registradas en un sistema de contabilidad interno muy rudimentario: el Rey, al recibir el dinero de Canónica, firmaba un recibe sin membrete con la fecha y el importe, simplemente para que este quedara registrado.
Fasana también introdujo dinero en España
Pero Canónica no habría sido el único en encargarse de esta operación. Arturo Fasana, socio del abogado y gestor financiero, también se encargó de traer el dinero de la cuenta suiza del emérito a España. Recientemente se ha publicado que Fasana entregaba efectivo al Rey en el dúplex de lujo que compartía con su amante Corinna Larsen en la localidad suiza de Villars-sur-Ollon.
Y aunque estas operaciones, las de introducir el dinero en España desde Suiza, se solían repetir cada dos meses, El Confidencial indica que hubo fases en las que la periodicidad de las mismas fue semanal.
