Reyes Maroto está inquieta. La ministra de Industria y candidata socialista a la alcaldía de Madrid quiere precipitar su salida del Ejecutivo para dedicarse por completo a la campaña, según fuentes consultadas por este diario, que señalan la "inminencia" del adiós de Maroto al Consejo de Ministros. Hasta ahora, la titular de Industria ha podido compaginar sus actos como miembro del Gobierno con los de partido, pero el tiempo apremia.
El 28-M está a la vuelta de la esquina. Y los roces entre su equipo y el secretario general del PSOE-M y candidato a la presidencia de la Comunidad, Juan Lobato, van en aumento, según fuentes conocedoras de la interna de la candidatura. Por eso, Maroto quiere 'olvidarse' del trabajo del ministerio, que ya ha renovado a buena parte de sus cargos intermedios. Pero, como inciden en Moncloa, solo el presidente del Gobierno decide cuándo pulsa el botón de la renovación del Ejecutivo.
Lo cierto es que Lobato, que niega a Vozpópuli cualquier tipo de desavenencia con Maroto y su entorno, "quiere controlar" la campaña, mientras que la titular de Industria "va más por libre". En ello también inciden los secretarios generales de las agrupaciones, que machacan a Maroto con que debe ser dueña de la campaña. "Tú, tú y tú", le vienen a decir. Tras Maroto trabaja su jefe de gabinete en Industria, Juan Ignacio Díaz Bidart; un hombre de su absoluta confianza (casi el único de quien se fía) y que ya se enfrentó a Luis Arroyo, el consultor que eligió Ferraz para dirigir la mejor campaña contra el alcalde José Luis Martínez-Almeida. Pero las desavenencias entre ambos fueron tan grandes que el presidente del Ateneo de Madrid se apartó casi antes de haber arrancado.
La salida de Arroyo, un 'error'
En el PSOE se percibe como un error la apuesta total de Maroto por Bidart que la ha llevado a no escuchar al resto pese a que sigue queriendo que Arroyo la aconseje. Y Lobato, que también quiere controlar lo que ocurre con la ministra, situó a Enma López como responsable de campaña; algo que en el PSOE-M se ha visto como un movimiento destinado a dar visibilidad a la carrera política de esta técnica de Hacienda que comparte profesión con su secretario general. No por casualidad el nombre de López se barajó como número uno de la lista en lugar de Maroto. López es una fiel aliada de Lobato en la federación socialista más convulsa.
Bidart, con más de dos décadas de militancia en el PSOE-M, no piensa separarse de Maroto. Tiene intención de seguirla hasta el fin del mundo. Toda una declaración de intenciones. Por eso, será difícil que ningún gurú electoral interfiera en los planes de la ministra de Industria, quien ha diseñado una campaña muy personal para explotar su perfil y su imagen de política solvente.
Maroto está convencida de que su actuación en el ministerio es su mejor carta de presentación y que los madrileños sabrán valorarlo. Su campaña está centrada en los 21 distritos. Casi habrá 21 campañas diferentes en las que se hablará de barrios para reivindicar ese orgullo de Madrid que se ha impuesto en los últimos años. Maroto busca conectar con el cuerpo que dio la victoria a Manuela Carmena en 2019. La idea es trasladar que solo la ministra es la heredera del 'carmenismo' y por eso se vio con ella. En el PSOE son conscientes de que Carmena arrasó más allá de la M-30, los distritos que la auparon a Cibeles. Pero que fracasó por sus promesas incumplidas en estos lugares. Por el momento, Maroto no duda en seguir aprovechando el altavoz mediático que le proporciona Moncloa para seguir dándose a conocer. Ya entró en campaña en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, pese a ser el lugar menos indicado.
En Ferraz hay quien señala el carácter "difícil" de Bidart. Es más, fuentes de Industria apuntan a que se le ha ido mucha gente técnica quemada del ministerio. Pero él se define como un político puro que conoce bien cómo funciona el poder, curtido en la política municipal (fue candidato a la alcaldía de Torrelodones). Y defenderá a Maroto, una candidata que asume el coste político de presentarse en Madrid -donde apenas hay opciones de arrebatar el poder al PP- tras el lío del PERTE del automóvil.
Una "desconocida"
Como ya contó este diario, el PSOE de Madrid está decepcionado. El 'aterrizaje' de la ministra de Industria en la pista de la candidatura para la alcaldía de la capital de España "al final ha sido un poco bluf" para destacados socialistas. No es que la candidata no les parezca buena. En eso inciden todas las fuentes. Pero hay dos aspectos que no han desatado la euforia en el partido y que les hacen conscientes, según explican en privado, de que el gran objetivo es competir por la segunda plaza. Por mucho que la gestión del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, no haya despuntado.
El primero de todos es la "gestión de expectativas". El sentir en el partido es que se inflaron tanto; se tuvo tanto tiempo al secretario general, Juan Lobato, hablando sobre la candidatura en Madrid; y se escribieron tantos nombres como posibles -desde el poeta Luis García Montero hasta el comunicador Jorge Javier Vázquez-, que la elección final ha dejado fría a buena parte de la dirección y de la militancia, en parte, por esperada.
Aunque en la sede regional del PSOE-M, a escasos metros de Ferraz, son conscientes de que Lobato maniobró para que la llegada de Maroto no le eclipsara. Él tampoco goza de una gran popularidad y también trabaja para darse a conocer a los madrileños. En el PSOE madrileño están preocupados por el bajo nivel de popularidad entre los ciudadanos de Maroto y Lobato. "No tienen el grado de conocimiento que todos quisiéramos", zanja un diputado regional del PSOE. Pero con ellos irán a la guerra si no se destrozan antes.