La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil investiga si la trama del 3% vinculada al PP valenciano blanqueó el dinero negro presuntamente obtenido de mordidas en centenares de contratos públicos a trvés de la utilización de lingotes de oro. Los investigadores dispondrían de indicios que apuntan a una conexión entre la red valenciana y una trama del oro desmantelada en febrero de 2014 con más de un centenar de detenciones, la mayoría en la Comunidad Valenciana, según publica este jueves el diario El País.
Junto a la fiscalía, la UCO trata de identificar las vías de blanqueo presuntamente empleadas para lavar los fondos obtenidos de comisiones cobradas por adjudicaciones de Ayuntamientos, Diputación de Valencia y Administración autonómica, instituciones involucradas en la red Taula. Los indicios apuntan a la existencia de conexiones internacionales, según fuentes cercanas al caso que instruye el Juzgado número 18 de Valencia consultadas por el citado medio.
¿Nexo entre Oro Direct y Rus?
Oro Direct, empresa del ciudadano de origen búlgaro Miroslav Schopoffuno -uno de los principales detenidos en aquella operación lanzada hace ahora dos años por la policía y la Agencia Tributaria-, pasó de facturar 11 millones de euros en 2008 a hacerlo por importe de 1.000 millones en 2012. Los indicios que los investigadores tienen ante sí señalan a que en esa etapa Schopoff, actualmente imputado en la Audiencia Nacional junto a otras 140 personas por supuesto blanqueo de capitales a gran escala, mantuvo una relación muy estrecha con el expresidente de la Diputación de Valencia Alfonso Rus, uno de los protagonistas de la Operación Taula.
El exdirigente popular, que no comparece en público desde enero, cuando pasó 72 horas detenido, ha negado haber cometido irregularidades y ha afirmado que su imputación responde a un “montaje”.
La diferencia entre la facturación real y la inflada era la cantidad económica en negro que quedaba blanqueada
Schopoff montó su firma en 2006, dedicada a la venta de lingotes en España como forma de inversión. El negocio se disparó coincidiendo con la llegada de la crisis al ampliarse a la compra de joyas de particulares, que se desprendían de ellas o las empeñaban. Solo en Valencia, pasó de haber 44 comercios de este tipo en 2010 a 230 en 2012. Después, las alhajas eran enviadas por avión a Suiza y fundidas en lingotes. Parte de estos eran distribuidos después en España y otros se exportaban desde Suiza a otros países.
Entonces, la policía y Hacienda apuntaron que esta red pudo aprovechar el auge del oro para emitir facturas falsas de compras por importe de cientos de millones de euros, cuando las adquisiciones eran mucho menores. La diferencia entre la facturación real y la inflada era la cantidad económica en negro que quedaba blanqueada. Ahora, son los investigadores de Taula quienes indagan si este mecanismo fue utilizado también por la red del PP valenciano.