España

La UCO encuentra el vínculo en Bankia entre Rato y el testaferro encarcelado

La detención del administrador de la sociedad 'pantalla' supuestamente utilizada por el expresidente de la entidad para cobrar comisiones ilegales se produce después de que la Guardia Civil descubriera que el primero ejercía de "asesor de Presidencia" de la entidad y que se ofreció a las empresas que ganaron el contrato de publicidad a cambio de una comisión de dos millones. Su declaración ante el juez que le ha enviado a prisión añade nuevos datos en el cerco judicial al político.

  • Rodrigo Rato, imputado por el caso Bankia, las tarjetas black y el caso Rato.

Los indicios empiezan a acorralar a Rodrigo Rato en el caso que lleva su nombre. La detención el pasado domingo de uno de sus presuntos testaferros, el empresario Alberto Portuondo Coll, en el aeropuerto madrileño Adolfo Suárez-Barajas cuando estaba a punto de coger un vuelo rumbo a México se produce después de una investigación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que destapa los estrechos vínculos que existieron entre el arrestado y el político cuando éste era presidente de Bankia. De hecho, la investigación ha demostrado que Portuondo ejerció el papel de "asesor de la Presidencia" de la entidad cuando se concedieron los millonarios contratos publicitarios que reportaron supuestamente al exvicepresidente del Gobierno una abultada comisión. Fuentes del anterior equipo directivo del banco han reconocido a este diario que el empresario arrestado era visto con frecuencia en la 'planta noble' de Bankia, de la que desapareció con la llegada de José Ignacio Goirigolzarri.

Según la investigación de la Guardia Civil, Rato se embolsó 834.000 euros de comisión por los contratos publicitarios. El empresario ahora detenido, 1,19 millones

Según la investigación de la UCO fue ese puesto de "asesor" del propio Rato el que permitió a Portuondo influir de manera decisiva en la decisión del expresidente de Bankia y su equipo de conceder el millonario contrato publicitario a dos empresas, Zenith Media y Publicis Comunicaciones España, que hasta entonces habían facturado al banco cantidades casi testimoniales. Según las fuentes consultadas, fue Portuondo el que acudió a ellas y les ofreció sus 'servicios' de mediación para que se hicieran con millonarios contratos que sólo a la primera le permitieron facturan 40 millones entre 2011 y 2012. El precio por sus gestiones: una comisión de 2 millones de euros. Con el supuesto visto bueno de ambas, el empresario influyó en el reducido equipo directivo que iba a tomar la decisión y, en especial, en Rato, que llevó la voz cantante a la hora de decidir la adjudicación.

Para camuflar la millonaria comisión que ambas empresas le debían pagar tras conseguir los contratos, Portuondo supuestamente utilizó Albisa Inversiones y Asesoramiento SL, una empresa creada en 2007 y de la que era administrador único. Casi sin actividad y con escasos gastos en personal, el objeto social que figuraba en el registro mercantil, "realización de estudios de mercado y encuestas de opinión pública", parecía perfecto para camuflar una elevada remuneración de difícil justificaciónCon la misma facturó a Zenith y Publicis sendos cobros de 1.244.000 euros y 778.000. En total, algo más de dos millones de euros por unos servicios que en realidad eran inexistentes, según la investigación.

800.000 euros para Rato

De esa cantidad millonaria, las pesquisas apuntan a que el empresario ahora detenido se embolsó la mayor parte. En concreto, 1,19 millones de euros. El resto, acabaron presuntamente en las cuentas de Rato como pago a su decisiva participación en el 'pelotazo' gestado por su "asesor". Para abonárselos, Portuondo volvió a utilizar la misma empresa, Albisa Inversiones y Asesoramiento SL, que pagó las facturas por servicios inexistentes que le giró Kradonara 2001 SL, una sociedad considerada clave en la estructura patrimonial del expresidente de Bankia. Ligada en un inicio al bufete de abogados Plaza, de Sotogrande (Cádiz), investigado también en el sumario, y más tarde a María Teresa Arellano, su secretaria y persona de máxima confianza, en los órganos directivos de esta empresa no ha aparecido el nombre del exvicepresidente del Gobierno hasta el pasado mes de mayo, aunque su propietaria es una empresa británica controlada de Rato. Hacienda señala a la misma como la mercantil que el político supuestamente utilizó durante años para compensar irregularmente ingresos y gastos y así reducir su tributación.

La mitad del dinero que cobró Rato como comisión acabó invertido en un hotel de Berlín a través de la empresa Bagerpleta GmbH, de la que el político era administrador

De este modo, el "asesor de la Presidencia" de Bankia pagó a Kradonara 2001 SL 474.000 en 2011 y de 360.000 al año siguiente. En total, 834.000 euros que fueron la comisión de Rato. De ese dinero, las pesquisas de Hacienda que destapó hace unos días El Mundo han podido concluir que la mitad acabó invertida en un hotel en Berlín a través de la sociedad alemana Bagerpleta GmbH, de la que Rato fue administrador hasta el mes de abril. Un movimiento económico que ha llevado a la Fiscalía Anticorrupción a pedir recientemente que el caso deje de ser instruido por los juzgados ordinarios de Plaza Castilla y pase a la Audiencia Nacional al considerar que se ha producido blanqueo en el extranjero, delito para el que es competente este último órgano judicial. Se espera que en las próximas días o semanas, Fernando Andreu, el juez que lleva el 'caso Bankia' donde Rato está imputado por partida doble, tome la decisión de asumirlo o de derivarlo para su reparto a los otros magistrados de Instrucción.

Mientras llega ese momento, el competente sigue siendo el Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid o, como ocurrió el domingo con el arresto de Portuondo, el de guardia en Plaza Castilla. Fue de hecho éste el que dio la orden de ingreso en prisión del asesor y testaferro de Rato por riesgo de fuga y de destrucción de pruebas después de que la Guardia Civil le entregase un completo informe junto a las diligencias de detención sobre la supuesta implicación del empresario. De hecho, su captura fue una ardua investigación ya que el administrador de Albisa ya no reside en España, sino que desde hace tiempo vive en México, donde las fuentes consultadas aseguran que ha montado una empresa de comunicación. Fue un viaje de 15 días a España de vacaciones lo que abrió la puerta a su caída.

Localizado por el billete de avión

De hecho, las pesquisas se centraron en un primer momento en localizar donde se alojaba aprovechando la obligación de los establecimientos hoteleros de informar sobre la identidad de sus huéspedes. Sin embargo, el hecho de que los mismos estuvieran casi llenos por el periodo estival hizo que muchos no estuvieran 'al día' en la transmisión de esta información a las Fuerzas de Seguridad del Estado, entre ellos en el que supuestamente se alojaba Portuondo. No ocurrió lo mismo con las compañías aéreas, que si transmiten de modo inmediato la identidad de los viajeros que utilizan su servicio. De este modo, la UCO averiguó que el testaferro tenía un billete para regresar el pasado domingo por la mañana a México. Cuando se disponía a facturar el equipaje, fue detenido.

El empresario ha sido acusado de blanqueo y corrupción entre particulares, delito este último que es el que ha provocado su encarcelamiento

Una vez arrestado, Portuondo se negó a declarar ante la Guardia Civil. Sin embargo, y según revelan fuentes jurídicas, sí lo hizo en el Juzgado ante el magistrado que le enviaría finalmente a prisión por blanqueo y corrupción entre particulares, delito este último que es el que finalmente ha provocado su encarcelamiento. Siempre según estas fuentes, el empresario aportó datos que refuerzan los indicios contra Rato por el cobro de la comisión de 834.000 euros por los millonarios contratos publicitarios de Bankia. De hecho, apuntan que el paso "lógico" sería que el político fuera ahora llamado a declarar para decidir, entre otras cuestiones, si se le mantiene en libertad. Sólo el laberinto jurídico en el que se mantiene el caso, aún a mitad de camino entre Plaza Castilla y Audiencia Nacional, puede retrasar un citación que todo el mundo considera ya como irremediable. Y todo ello en medio del polémico encuentro que mantuvo con el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en el despacho de este último.

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