Como quien pesca en río revuelto, los colaboradores de Rubalcaba han registrado en el Congreso casi una treintena de preguntas con las que pretenden que el Gobierno desnude los efectos más impopulares de su política de reformas. La ofensiva se produce a poco más de una semana del 38º Congreso, en el que las fuerzas entre el ex vicepresidente y Carmen Chacón están muy igualadas. Rubalcaba pretende concurrir a la cita de Sevilla con la demostración de que ha hecho oposición a Mariano Rajoy desde el minuto uno de la legislatura, poniendo el acento en las contradicciones de su política económica.
La búsqueda de estas contradicciones tiene que ver mucho con la ambigüedad calculada que destilan Luis de Guindos y Cristóbal Montoro en las últimas semanas a la espera de ver si Alemania, sobre todo, accede a relajar el calendario del programa de estabilidad al asumir que el ahora vigente se elaboró bajo unas previsiones de crecimiento que se han dado la vuelta como un calcetín. De crecer el 1,3 a decrecer el 1,5%, como acaba de vaticinar el Banco de España, se pasa a una secuencia de un ajuste suplementario que puede rondar, como mínimo, los 15.000 millones de euros. Un atracón de recursos difícil de digerir para una economía como la española que tiene 17 centros de decisión regionales, 8.116 municipales y solo uno estatal.
En estas aguas turbulentas que transcurren por Madrid y Bruselas, con parada obligatoria en Alemania y el BCE, los socialistas le han preguntado al Gobierno cuál es el escenario macroeconómico que dibuja para este año y el que viene y cuáles van a ser las previsiones de crecimiento, de ingresos, de gastos no financieros y de ratio de deuda pública. Es decir, le exigen que avance el nuevo cuadro macro y suman a este requisito la presentación urgente de los Presupuestos estatales para este ejercicio, pues consideran que dejarlo para la última semana de marzo, después de las elecciones andaluzas, es una ventaja política para el PP de Javier Arenas que el país no se puede permitir.
En esta ofensiva parlamentaria que antecede al 38º Congreso socialista, los leales a Rubalcaba le solicitan también al titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, que haga una disección completa de las partidas presupuestarias que se verán afectadas como consecuencia del ajuste de casi 9.000 millones aprobado hace tres semanas por el Consejo de Ministros en un acuerdo de no disponibilidad. Fomento es con 1.612 millones de recorte el departamento más afectado por el tijeretazo y el interés de los socialistas se concreta en conocer las obras públicas que se caerán de los planes del Ministerio que dirige Ana Pastor.
El PSOE espera como agua de mayo la nómina de febrero, pues en ella los contribuyentes verán por primera vez las consecuencias de la subida del IRPF recientemente decidida por el Gobierno.
El registro de todas estas iniciativas en el Congreso es la antesala de la acometida que los socialistas protagonizarán este jueves contra el ministro de Hacienda en la que será su primera rendición de cuentas de la legislatura ante el Parlamento.