La 'pena de telediario' o 'pena de banquillo' es el daño que sufre la reputación de una persona o empresa cuando están envueltas en un procedimiento jurídico cuando se convierten en el foco de portadas en los medios de comunicación. En los últimos años, este fenómeno no ha hecho más que crecer lo que ha dado lugar a la proliferación de agencias de comunicación especializadas en casos jurídicos y que luchan por mantener la reputación de sus clientes ante los juicios paralelos creados por la opinión pública.
Vozpópuli habla con Roberto Ruiz Ballesteros, socio director de Ballesteros Comunicación, que como experto en medios y casos jurídicos conoce de primera mano cuáles son los retos y necesidades que nacen alrededor de causa judicial, incluso antes de que la persona investigada se siente ante un juez. El asesor de comunicación, junto a otros dos profesores de la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad Complutense de Madrid, ha realizado un estudio sobre los efectos de este fenómeno social, "poco estudiado", en varias causas judiciales que se convirtieron en noticia en 2023, a través de las noticias recogidas por el informativo de Televisión Española.
Entre los procedimientos que contaron con más notoriedad en el informativo de la televisión pública destacan el 'caso Negreira', el 'caso Rubiales' y el 'caso Daniel Sancho', entre otros. De este estudio se pueden sacar varias conclusiones de las cuales cabe mencionar, por ejemplo, que la "fácil identificación de un presunto culpable facilita la mayor repercusión del caso y, por tanto, la existencia de víctima y pena de telediario'. Un escenario que cumple el caso de Daniel Sancho, el cual se convirtió en el tema más repetido en los programas de televisión durante el pasado verano.
Otra de sus conclusiones pasa por la existencia de temas "más proclives a generar una pena de telediario", este es el caso del ámbito deportivo, condición que cumplen el 'caso Negreira' y el 'caso Rubiales'. Pese a las diferencias que presentan cada caso, existe un punto en común, la pérdida de reputación (la mayoría de las veces difícilmente reversible).
Ballesteros explica cómo el debate público puede afectar al propio procedimiento judicial y que, "provocan, por ejemplo, que no se pueda desimputar a una persona porque está bajo sospecha pública". "Hay asuntos en los que se ha impuesto una opinión pública masiva contra algunas personas imputadas, en estos contextos, es muy complicado que los jueces tomen determinadas decisiones porque saben, son conscientes que van contra la opinión pública masiva", comenta asesor de comunicación.
¿Qué herramientas existen para luchar contra la pena de telediario?
En consecuencia, el trabajo de las consultoras de comunicación es conocer "ritmos y reglas" de lo que se conoce como "juicio paralelo" y para hacer que se oiga también la voz de aquellas personas condenadas por el público antes de tiempo y mostrar sus argumentos de defensa más allá de lo jurídico. "Al igual que una causa judicial cuanta con sus propios tiempos de instrucción, declaraciones y actores como el juez y el fiscal, el juicio paralelo tiene sus propios actores, que son los medios, los influencers... Entendemos que cada uno de los casos merece una estrategia diferente y tiene que haber un especialista que ayude a la persona que sufre el daño a defenderse en ese contexto y con esas reglas", señala el entrevistado.
La pena de telediario supone una "desproporción absoluta" entre el delito que se imputa y la carga mediática, algo que se intenta evitar en el Código Penal, donde "hay unos delitos establecidos y hay unas pernas proporcionales al delito, en los medios, te toca una pena superior al rango de la supuesta atrocidad cometida". Por ello, Ballesteros plantea la posibilidad de que desde el Estado se promueva algún tipo de retribución.
Reparación pública
En esta línea, Sumar anunció el pasado martes que el paquete de medidas de regeneración democrática pactado con los socialistas incluye una modificación legal para reparar públicamente a aquellas personas en un proceso judicial cuyos casos no acaban en juicio, pero sobre las que se han generado "ciento de titulares" contra su honor. Por el momento, no se conocen más detalles de esta propuesta y de qué manera podrá materializarse en un futuro.
Algunos expertos ponen sobre la mesa la opción de que, al igual que las dilaciones indebidas en un procedimiento judicial provocan una reducción de la pena final, la pena de banquillo también debería poder contabilizarse y provocar una reducción de la pena final. Asimismo, Ballesteros defiende que se pueda proporcionar a la víctima de esta pena de telediario una compensación económica que tenga en cuento, por ejemplo, las ofertas de trabajo que pueda perder un artista o los clientes que puede perder una empresa.