España

Sánchez Galán endosa el caso Villarejo al área de Seguridad: "Ni ordené ni autoricé nada"

"Ni ordené ni autoricé nada". Así de contundente se ha mostrado Ignacio Sánchez Galán en su comparecencia en la Audiencia Nacional tras su imputación en la causa por los encargos

  • Sánchez Galán a su llegada a la Audiencia Nacional, el pasado 18 de enero.

"Ni ordené ni autoricé nada". Así de contundente se ha mostrado Ignacio Sánchez Galán en su comparecencia en la Audiencia Nacional tras su imputación en la causa por los encargos a José Manuel Villarejo. El presidente de Iberdrola ha declarado a puerta cerrada durante poco más de dos horas para descartar cualquier responsabilidad por los contratos con el comisario jubilado, que ha delegado en el departamento de Seguridad de la compañía.

Así lo confirman a Vozpópuli fuentes jurídicas presentes en la cita de este martes en la que también estaba llamado el exdirector de Iberdrola en España Fernando Becker. Al respecto Sánchez Galán -que solo ha respondido a las preguntas del juez, Fiscalía y su abogado- ha aseverado que él está en la cúspide de la compañía y que no tiene responsabilidad en los contratos de la mercantil. El empresario ha asegurado que fue él el verdadero espiado por el comisario jubilado y ha pedido a los investigadores del caso Tándem que indaguen estos hechos que ha denunciado ante la Audiencia Nacional.

Sánchez Galán ha llegado a la sede judicial pasadas las 10.15 horas y ante una gran expectación mediática. Sin embargo, ni a su llegada ni a la salida ha pronunciado palabra sobre estos hechos. Dentro del juzgado sí ha respondido a las cuestiones planteadas por el instructor Manuel García Castellón que le imputó el pasado mes de junio tras más de dos años de investigación por los contratos de Iberdrola al comisario jubilado. En este tiempo han ido recabando pruebas que, según sostiene, implican a la cúpula de Iberdrola en la orden de contratar al Grupo Cenyt.

De un lado, se amparan en un informe redactado por el exdirectivo de Iberdrola José Antonio del Olmo que denuncia un sistema de pagos irregular a Villarejo y, de otro, en los audios de la causa. “Presi’ ‘Don Ignacio’ ‘jefe’ o ‘gran jefe’, fueron algunos de los apodos con los que el policía bautizó a Sánchez Galán. Se trata de dos asuntos clave sobre los que ha sido preguntado este martes el presidente de Iberdrola. Así, en relación al que fuera jefe de Funciones Corporativas, Sánchez Galán ha explicado que pudo haber denunciado esta supuesta irregularidad a sus superiores jerárquicos y no lo hizo, motivo por el cual sospecha que este papel es falso.

Del Olmo se ha convertido en uno de los grandes enemigos de la eléctrica a tenor de la aparición del documento en el que denunciaba "facturas anómalas" al Grupo Cenyt para costear el primero de los encargos. Este exdirectivo, que ha terminado imputado en la macrocausa, expuso entonces que se utilizó a Casesa (empresa proveedora de seguridad de Iberdrola) para pagar el proyecto Arrow a Villarejo y no dejar constancia de ello. Dijo, además, que fue un asunto "confidencial" y que solo unos pocos directivos estaban al tanto de la operación (Sánchez Galán, Becker, Antonio Asenjo y Francisco Martínez Córcoles, todos ellos imputados en el procedimiento).

Fuera de su competencia

El presidente de Iberdrola ha dicho que él no tuvo nada que ver ni con gestiones con Casesa ni con las contrataciones al comisario jubilado porque nada de esto está en su ámbito de competencia. Sánchez Galán ha explicado que cada departamento actúa con independencia y que sus decisiones son autónomas. Su trabajo se ciñe a supervisar la estrategia de la multinacional vasca y buscar inversiones. Por ese motivo ha delegado este asunto en Asenjo y en el propio Del Olmo ya que, según ha recordado, él sí autorizó las facturas en su condición de controller.

También ha tenido que enfrentarse a las grabaciones que obran en la causa de Villarejo con el entonces jefe de Seguridad, Antonio Asenjo. Las conversaciones se centran principalmente en la gestión del proyecto Arrow (espionaje al Ayuntamiento de Arcos de la Frontera y movimientos vecinales por su negativa a instalar una central de ciclo combinado) aunque también le implicó en otros espionajes como el proyecto BlackBoard, del que fue víctima Manuel Pizarro.

El Supremo y ACS

Al respecto el magistrado García Castellón ha preguntado si él era 'el Señorito' al que se refería Villarejo en sus audios, pero el empresario ha dejado claro que no iba a entrar a especular sobre conversaciones en las que no ha participado. Lo que sí ha confirmado es que él no está detrás de ninguna orden para espiar a Manuel Pizarro o a Florentino Pérez, ambos potenciales enemigos de la vasca. Sobre estos supuestos seguimientos ilícitos ha dicho que no solo no está detrás sino que los reprueba en tanto él también habría sido víctima de los mismos.

Sobre el supuesto intento de asalto a Iberdrola por parte de ACS ha recordado que la compañía rechazó la entrada de la firma que preside Florentino Pérez en el consejo y, no solo eso, sino que el Tribunal Supremo les dio la razón zanjando por tanto cualquier viso de polémica. Sin embargo, el caso Villarejo ha vuelto a aflorar la enemistad entre Sánchez Galán y Florentino hasta el punto que la guerra se ha extrapolado fuera del procedimiento y tiene ya sus derivadas en otros juzgados, donde la firma ha denunciado a ACS por competencia desleal.

Su encuentro con Asenjo

Otro de los puntos que también se ha abordado es la reunión que mantuvo Sánchez Galán con Asenjo tras la salida de este último de la compañía. Los investigadores sospechan que pudo llegar a un acuerdo con su jefe de seguridad tras el estallido de esta causa y que implicaba una salida pactada a cambio de que no le perjudicara ante una eventual imputación en la causa. Sánchez Galán ha restado importancia a esa reunión y ha dicho que es habitual en él recibir a empleados de la firma en su casa ya que tiene despacho allí y que, además, en caso de Asenjo se suma que estaba enfermo.

También ha explicado que Asenjo no fue la única persona que se trajo a Iberdrola tras su nombramiento como consejero delegado primero y, posteriormente, como presidente. Según ha dicho, entregó varias decenas de currículums a Recursos Humanos y este departamento tuvo la última palabra. No obstante, ha dejado claro que apostó por Asenjo porque el entonces jefe de seguridad de la compañía, Marcos Peña, le generaba dudas. Cabe recordar que Peña (que estaba citado para este mismo partes en Plaza Castilla en una causa impulsada por Iberdrola) ha sido señalado por estar detrás del famoso informe de Del Olmo y por mediar para que acabara visado por su amigo, el notario Luis Ramallo.

Antes que Sánchez Galán ha comparecido Fernando Becker. El exdirector de Iberdrola España sí ha reconocido que visó cuatro facturas que se las remitió la dirección general financiera y ha explicado que lo hizo porque venían del área de Seguridad. No obstante, ha dejado claro que nunca supo del contenido de estos trabajos ya que no era competencia suya y que nunca despachó de estos asuntos con Antonio Asenjo.

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