España

Sánchez oculta el coste de los cuatro viajes que hizo en sus vacaciones pandémicas de 2020

El verano empezaba a dar los primeros síntomas de aparición en 2020, cuando Pedro Sánchez ya había abarrotado sus discursos de “moral de victoria”, afirmando una y otra vez que

  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Senado -

El verano empezaba a dar los primeros síntomas de aparición en 2020, cuando Pedro Sánchez ya había abarrotado sus discursos de “moral de victoria”, afirmando una y otra vez que habíamos “derrotado al virus”.No nos dejemos atenazar por el miedo, hay que salir a la calle, hay que disfrutar de la nueva normalidad recuperada”, mencionó en una de sus intervenciones.

El presidente tomó al pie de la letra sus palabras, y el 5 agosto de 2020, con una incidencia acumulada de 72 casos por 100.000 habitantes y en pleno ascenso de casos, Pedro Sánchez puso rumbo a al Palacio de La Mareta, en Lanzarote. En total, Pedro Sánchez llevaría a cabo cuatro viajes en esas vacaciones y, de acuerdo a la resolución del Consejo de Transparencia a la que ha accedido Vozpópuli, se opone a revelar los detalles sobre el coste que supusieron.

La Presidencia del Gobierno solo explica cuántos viajes se llevaron a cabo y en qué fechas. Las vacaciones pandémicas de Sánchez transcurrieron de la siguiente forma:

  • 5 agosto: el presidente pone rumbo desde Madrid a Lanzarote, donde se alojará en el Palacio de La Mareta.
  • 12 de agosto: Sánchez hace un viaje de ida y vuelta a Palma de Mallorca para mantener el tradicional almuerzo veraniego con el Rey Felipe VI en el Palacio de Marivent.
  • 14 agosto: el presidente deja La Mareta para pasar el resto de sus vacaciones en Rota.
  • 21 agosto: desde Rota viaja a Madrid, pero volvería a dejar la capital para pasar un tiempo en el Palacio de Las Marismillas, en Doñana. En esta fecha la incidencia de casos ya era de 150 y el nivel de riesgo era alto.

La reclamación interpuesta  al Consejo de Transparencia sobre estas vacaciones presidenciales data de agosto de 2020 (ha pasado más de un año) y sigue sin ser resuelta.

La reclamación solicita información sobre el número de efectivos que ha integrado el dispositivo de seguridad con indicación del coste; la relación desglosada de personas integrantes del personal de servicio adscritas a la referida estancia vacacional (chófer, pilotos de aeronaves, cocineros, jardineros, personal de limpieza...) con indicación del coste; y el número de desplazamientos aéreos hasta y desde la residencia vacacional, con indicación del medio empleado y el coste total.

De todas estas cuestiones, Presidencia solo responde al número de desplazamientos aéreos llevados a cabo. Respecto al coste de los mismos, el equipo de Sánchez remite al Ministerio de Defensa: “En cuanto a la indicación del medio empleado y el coste total, debe dirigirse al Ministerio de Defensa, departamento titular de las aeronaves oficiales”.

El Ministerio de Defensa nunca llegó a responder, alegando que no se había recibido el oficio pertinente por parte de la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno. El Consejo de Transparencia ha resuelto contra el Ministerio de Margarita Robles y le ha instado a dar información sobre el coste que tuvo dichos vuelos.

Respecto al número de efectivos que compusieron el equipo de seguridad de Pedro Sánchez en su estancia en La Mareta, Presidencia alega que es una información confidencial pues “podría comprometer la seguridad del Presidente del Gobierno, ya que se podría deducir información clave sobre el dispositivo su seguridad”. En este punto, Transparencia da la razón al presidente.

El Palacio del Emérito

En cuanto a la pregunta sobre el personal de servicio que atendía  a Sánchez en el Palacio de Lanzarote, Presidencia señala que el reclamante debe dirigirse a Patrimonio Nacional, “organismo público competente, titular de la Residencia de La Mareta”.

Este recinto, de 10.000 metros cuadrados, cuenta dos dormitorios con terraza, dos baños, una piscina, amplios jardines, canchas deportivas, helipuerto y acceso directo al mar. Fue construido en los 70 por el rey Hussein de Jordania. En 1989, el rey jordano cedió la residencia al rey Juan Carlos I y las instalaciones pasaron a formar parte entonces de Patrimonio Nacional.

Solo la limpieza del recinto tiene un coste cercano a los 70.000 euros anuales, de acuerdo con el contrato al que ha tenido acceso este diario.

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