Para lograr que los agentes sociales, y especialmente las centrales sindicales, aceptaran retrasar la edad de jubilación de 65 a 67 años, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero planteó una serie de contrapartidas que culminaron en un acuerdo a tres bandas en enero de 2011. Tenía lugar el hasta ahora último pacto para reformar las pensiones. Ahora bien, colectivos jurídicamente desamparados, cuando no explotados, como el de las empleadas del hogar o el de los becarios iban a ver mejorado su estatus a más tardar en 2012.
Concretamente, los 150.000 becarios que, según los sindicatos, hay en la actualidad pueden cotizar desde el 1 de noviembre de 2011. O podían. Porque una ley de diciembre pasado del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, cuando el PSOE ya había sido derrotado estrepitosamente en las elecciones del 20-N, excluyó de este derecho a los estudiantes que realizan prácticas externas universitarias. En términos numéricos, apartó a uno de cada tres becarios de poder cotizar.
“El trasfondo de esta decisión parece residir en el hecho de que determinados colectivos empresariales y universitarios entendieron que la cotización asociada a las becas era muy costosa”, señala Carlos Bravo, responsable del área de Seguridad Social de CCOO. El coste es el siguiente: 34,51 euros a cargo de las empresas y 6,01 euros a cargo de los propios becarios, bastante menos que la media de las cotizaciones sociales.
Como denuncia Bravo, el equipo de Mariano Rajoy ni se ha molestado en revisar la cuestión. “El nuevo Gobierno del PP sigue atrapado en la misma red de presiones de empresas y universidades sin que haya subsanado el problema”. Esta pata de la reforma de las pensiones tiene un precedente exitoso aunque efímero: entre noviembre –cuando entró en vigor el Real Decreto- y diciembre -cuando el Ejecutivo socialista en funciones prohibió cotizar a quienes obtengan una beca a través de la universidad- se acogieron a la medida 41.000 beneficiarios. Una cifra que ha caído estrepitosamente.
Además, el Real Decreto sobre la reforma del sistema de pensiones tiene efectos retroactivos hasta el 31 de diciembre de este año. Así, cualquiera que haya sido becario puede cotizar presentando ante la Seguridad Social un certificado expedido por el empleador probando que el beneficiario trabajó en esa empresa o institución. Posteriormente, firmará con la Seguridad Social un convenio individual. El máximo que se podrá cotizar son dos años: un año de beca cotizado equivale aproximadamente a 500 euros, pago que se puede realizar a tocateja o fraccionado.