La Policía Nacional ha desarticulado este domingo 25 de agosto una organización criminal al completo que se dedicaba al narcotráfico de cocaína. Una rama de la organización utilizaba una empresa de fruta como pantalla para introducir la droga, procedente de Colombia, en el puerto de Málaga. Después, otra rama liderada por la familia de un ex sicario colombiano trasportaba los estupefacientes hasta Toledo. Allí, los delincuentes transformaban la cocaína impregnada en cajas de cartón desde un laboratorio clandestino bajo el tendido de una plaza de toros en una finca rústica de La Puebla de Montalbán.
La operación de desmantelamiento ha resultado con la detención de 28 personas, trece en Toledo, ocho en Madrid, cinco en Málaga y dos en Colombia. Tras numerosos registros en Madrid, Toledo y Málaga, la Policía Nacional ha intervenido 47 kilos de cocaína, 20 de cocaína base, 3.000 litros de precursores líquidos y 300 kilos de sólidos, tres armas de fuego, 20 vehículos y más de 245.000 euros en efectivo.
La investigación se inició en agosto de 2022. El Oficial de Enlace de la Policía Nacional de España en Colombia notificó a los agentes nacionales la posible contaminación de un contenedor. Este contendor tenía destino al puerto de Málaga y estaba operado por dos empresas relacionadas con el comercio de frutas. En la operación de desmantelamiento, la Policía Nacional ha trabajado conjuntamente la Policía Nacional de Colombia, el servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria y la Oficina Europea de Policía (Europol).
Un ex sicario que vendía sus servicios en España
Tras el aviso derivado de Colombia, la Policía advirtió varias reuniones entre los hijos de un ex sicario y la empresa de importación de frutas —con sede en Málaga—. Dicho criminal lideraba un negocio de cobro y sicariato y vendía sus servicios a cárteles colombianos en España. En los últimos años, el ex sicario transformó su "oficina" en la organización ya desarticulada.
En el transcurso de la investigación, los agentes observaron que la organización operaba como una familia mafiosa perfectamente jerarquizada. El cabecilla de la familia lideraba el grupo y transmitía sus órdenes a los siguientes miembros de mayor jerarquía —sus propios hijos y su sobrino venido de Colombia—. Ellos, a su vez, comunicaban estas directrices a los trabajadores encargados de las labores más expuestas como transportes de sustancia estupefaciente y de dinero obtenido de la venta de la misma.
El método de la organización criminal
El procedimiento que seguían los criminales, como observaron los agentes en un momento de la investigación, iniciaba con la llegada al puerto de Málaga de un cargamento de fruta dentro de cajas de cartón contaminadas. Los dueños de la empresa malagueña y miembros de la organización alquilaron una nave industrial donde procedían al cambio de estas cajas por otras nuevas. Los delincuentes contrataron a una cuadrilla que, durante tres días totalmente aislados del exterior, realizó dicha labor.
Después, las nuevas cajas de fruta se trasladaron hasta Mercamadrid para continuar su actividad comercial. Mientras tanto, las contaminadas con cocaína fueron transportadas a un trastero en la localidad madrileña de Leganés, donde permanecieron ocultas bajo fuertes medidas de seguridad.
Una vez recibida la droga, los miembros de la red en Madrid acogían a los encargados de la extracción y procesamiento de la droga, que llegaban a España por un corto periodo de tiempo, el necesario para hacer su trabajo. Uno de ellos era un experimentado 'cocinero' que había trabajado para el Clan del Golfo.