Que la sexta ola del coronavirus sea, en términos de contagios, la mayor de todas, la que ha pulverizado todos los registros y récords, es algo que a nadie se le escapa en estos momentos. A mediados de diciembre esta ola exhibía una enorme tendencia al alza. Desde el 20 de diciembre de 2021, se registraban aumentos diarios de la incidencia acumulada del virus de alrededor de 90 puntos y más tarde se han marcado récords de hasta 266 puntos en un solo día.
Ante esa escalada de contagios en unas fechas tan cercanas a Navidad, los gobiernos autonómicos decretaron sus restricciones, cada uno según sus propios criterios, al igual que se ha hecho desde la segunda ola del coronavirus en otoño del 2020.
Las medidas más restrictivas se tomaron en Cataluña (toque de queda, limitación de reuniones sociales y cierre del ocio nocturno) y Murcia (cierre de toda actividad no esencial a las 01.00 horas). Comunidades como Madrid, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Extremadura no aplicaron ninguna restricción nueva. Otras, como Andalucía, Aragón, Asturias o Canarias hicieron obligatorio el pasaporte covid para acceder a derminados espacios. Por su parte, el Gobierno central impuso el uso obligatorio de la mascarilla en exteriores desde el 24 de diciembre.
Pasadas las Navidades, se puede constatar que ni el toque de queda ni el cierre del ocio nocturno han servido para contener los contagios ni en Cataluña ni en Murcia. Cataluña ha pasado de una incidencia acumulada de 876 casos por cada 100.000 habitantes el 23 de diciembre a 3.155 casos a 7 de enero. Un aumento de más de 2.000 puntos tras haber notificado 276.592 contagios de coronavirus. Madrid, por su parte, ha pasado de una incidencia acumulada de 1.284 casos el 23 de diciembre a 2.388 casos el pasado 7 de enero, tras haber registrado su máximo, 2.667 casos, el 5 de enero. En todo este periodo se han notificado 193.577 contagios en esta autonomía. En paralelo, la incidencia acumulada en Murcia no ha dejado de aumentar aunque de forma más lenta y progresiva: de 1.008 casos a 23 de diciembre a 1.940 el 7 de enero.
Joaquim Boadas de Quintana, secretario general de Federación catalana de asociaciones de actividades de restauración y musicales (FECASARM), la patronal de la hostelería y el ocio nocturno, afirma: “estas son medidas del todo ineficaces que arruinan dos sectores económicos como la hostelería y el ocio nocturno”. “La Justicia no nos dio la razón cuando recurrimos, pero consideramos que las medidas son inconstitucionales, además de contraproducentes porque abocan a la gente al ámbito ilegal. La gente se ha juntado igual y, ¿si beben de la misma botella y comparten cigarrillos, cómo no va a haber más contagios? En el ocio nocturno hay supervisión por parte del empresario y supervisión policial”.
Cataluña contaba a 23 de diciembre con la peor tasa de ocupación de camas UCI por enfermos con covid, 32%, y también la tasa más alta de camas ocupadas con pacientes con esta enfermedad, 8,48%. Boadas de Quintana ha visto con “impotencia y resignación” toda esta situación: “son medidas de cara a la galería totalmente desproporcionadas que evidencian el desconocimiento de los políticos de nuestro sector. Ni siquiera han querido negociar. Se nos ha sacrificado sin audiencia previa”. Hoy por hoy, esta región sigue en cabeza en este indicador, con el 41% de sus UCI ocupadas por pacientes con coronavirus.
FECASARM cuantifica en 1.000 millones de euros las pérdidas soportadas por este sector durante la Navidad, 200 millones de los cuales se atribuyen al ocio nocturno. Solo en la noche de Fin de Año se dejaron de facturar 90 millones de euros. “Los hosteleros han perdido cenas de empresa, cenas de Navidad y Reyes”. Boadas de Quintana denuncia la grave situación que sufren miles de familias en Cataluña que viven de estos sectores y denuncia que estas medidas terminan influyendo en la salud mental de la población, pero también de todos aquellos que pierden su empleo o su dinero.
“Envidia de Madrid”
Boadas asegura sentir “envidia sana de Madrid, donde las cosas se han hecho de forma más coherente, mientras que aquí se han hecho fatal”. No es la primera vez que los empresarios se manifiestan de esta manera para referirse a la gestión de la pandemia de la Comunidad de Madrid, que sigue, además, generando interés internacional.
La patronal reclamará
Fecasarm reclamará al Gobierno central y al Gobierno autonómico catalán la responsabilidad patrimonial por los daños y perjuicios causados a las empresas de la restauración y el ocio nocturno de Cataluña. Boadas de Quintana asegura que muchos de sus asociados lo están haciendo ya a través de la Plataforma de Empresarios Afectados por la covid-19 (PEACOVID-19), ya que “las ayudas aprobadas por la Generalitat no cubren ni el 1% de la pérdidas soportadas”.
