España

La sombra de un trasvase a Cataluña se cierne sobre Aragón 20 años después del no al Plan Hidrológico del PP

En abril de 2005, el Congreso de los Diputados tumbó el proyecto de Aznar. Una década después, en 2016, Cataluña aprobó en el Parlament una moción para rechazar el Plan de la Cuenca del Ebro. Ahora, piden que rieguen con agua del río la comarca del Priorato, dañada por la grave sequía. En Aragón temen que el PSOE lo tenga todo pactado con los independentistas

  • Embalse del Ebro -

El torbellino de la actualidad política en España lleva a nuevas y polémicas decisiones cada semana. Un ritmo vertiginoso que ahora también incluye trasvases. Parece, cuando hablamos de embalses y cesiones de agua, que estemos en los primeros años de este siglo XXI. Pero no, seguimos en 2024. Como bien sabrán, la Generalitat de Cataluña ha solicitado una transferencia de agua procedente de la cuenca del Ebro para regar la comarca tarraconense del Priorato, gravemente afectada por la pertinaz sequía.

En términos de ingeniería, la obra consistiría en construir una tubería que desviase 5 hectómetros cúbicos de agua hasta el Priorato, regando así 5.000 hectáreas de viñedos y olivos catalanes. La petición, como cabía esperar, ha sentado muy mal en Aragón, donde los principales partidos políticos han manifestado su rechazo, especialmente el Partido Popular, con el presidente de la región, Jorge Azcón, a la cabeza.

Azcón se ha mostrado tajante con la posibilidad de que Aragón ceda un solo litro de agua a Cataluña, ya que cree que "quien ataca a Aragón es el Gobierno de Pedro Sánchez" y ha mostrado su temor a que "ceda ante el trasvase" del Ebro proyectado por la Generalitat de Cataluña en la citada comarca.

Del mismo modo, Jorge Azcón ha hecho un llamamiento a Javier Lambán, secretario general del PSOE en Aragón, quien estos días ha medido mucho sus palabras para no crear malestar en Madrid, que es donde parece que se está decidiendo todo el asunto del trasvase a Cataluña. Azcón ha pedido a Lambán que "llame a Ferraz y se lo aclare", expresando sus dudas de que "se lo vayan a coger".

No solo el Partido Popular ha expuesto sus dudas, también Aragón-Teruel Existe, quien ha expresado que "seremos firmes en la oposición al trasvase del Ebro, tras conocerse las noticias sobre un trasvase de agua a Cataluña para crear nuevos regadíos en la zona del Priorato, como se ha anunciado que desde el Gobierno catalán".

En este sentido, han señalado que desde hace más de 40 años la ciencia desaconseja los trasvases entre cuencas y que la Directiva Marco del Agua fija criterios de sostenibilidad para la gestión del agua y que, desde 1974, "los aragoneses nos oponemos al trasvase del agua del Ebro a otras cuencas, como es el caso del anuncio para las cuencas internas de Cataluña".

Con la ley en la mano, este trasvase no sería posible. Desde la Confederación del Ebro también han sido tajantes con esta opción, pues desde el organismo han aclarado que este proyecto de regar el Priorato no estaba incluido en el Plan Hidrológico 2022-2027, sencillamente porque Cataluña no lo planteó.

César Trillo, presidente de los Regantes del Ebro, ha declarado su más absoluta oposición a que se ceda agua de este río a regadíos que se encuentran fuera de la Cuenca Hidrográfica del Ebro. Alberto Izquierdo, secretario general del Partido Aragonés, también se ha sumado a las críticas explicando que "no vamos a permitir un trasvase del Ebro para regar en Cataluña mientras en Aragón los campos se mueren de sed".

Y es que en Aragón hay 50.000 hectáreas de las zonas de la Litera Alta y Monegros esperando el agua divina del Ebro. La diferencia con el Priorato, es que estas áreas sí están incluidas en el Plan Hidrológico actual.

Mientras todo Aragón, políticos y agricultores, claman contra este trasvase, el PSOE aragonés está templando los ánimos, tratando de no ofender a Ferraz. El tema es que en política la hemeroteca no perdona, y el pasado junio los socialistas aragoneses se posicionaron con vehemencia en contra de la propuesta de trasvase del líder nacional de Vox, Santiago Abascal. Incluso quisieron presentar una iniciativa parlamentaria en las Cortes de Aragón contra el trasvase del Ebro.

Darío Villagrasa, secretario de organización del PSOE aragonés, fue el encargado de tratar comunicativamente este asunto. Seis meses después, han plegado velas ante la propuesta de la Generalitat. Una idea que quién sabe si no estaba pactada de antemano en los acuerdos de investidura del presidente Sánchez, viendo la ingente cantidad de cesiones, esta sería una más en la lista.

Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, dejó caer el pasado miércoles en un acto en Murcia que este trasvase del Ebro hacia el Priorato “no es descartable", ya que, "en situaciones de emergencia, haya que tomar medidas extraordinarias”.

Desde Cataluña están dispuestos a hacer lo que sea con tal de lograr la transferencia de agua. Albert Salvador, delegado territorial de la Generalitat en las Tierras del Ebro, ha insistido en la necesidad de llevar a cabo este trasvase, el cual garantizará el riego de 5.000 hectáreas de viñedos y olivos. Incluso, anunció Salvador, estarían dispuestos a asumir los 60 millones de euros que costaría construir la infraestructura necesaria para derivar el agua a su territorio.

Un trasvase 20 años después del no al PHN de Aznar

La polémica por el trasvase al Priorato llega dos décadas después de la derogación del trasvase del Ebro por parte del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. El 21 de abril de 2005, el Congreso de los Diputados aprobó la modificación del Plan Hidrológico Nacional impulsado por José María Aznar y el Gobierno del Partido Popular en 2001.

El epicentro del proyecto pasaba por el mencionado trasvase del Ebro, que pretendía llevar agua desde el río hasta Almería y Barcelona, respectivamente.

Esta fue una de las primeras veces que el PSOE se plegó a los deseos independentistas. El texto salió adelante con 188 votos a favor, 135 en contra y tres abstenciones (de ERC). En 2005, el tripartito estaba vigente en Cataluña, por lo que al PSOE no le quedó otra que aceptar las normas de juego de Iniciativa per Catalunya Verds y Esquerra Republicana.

En 2012 y 2016, de nuevo, el Parlament aprobó sendas mociones contra cualquier trasvase de agua del río Ebro o de sus cuencas propuesto por el entonces Gobierno de Mariano Rajoy. La primera vez, CiU, PSC, ERC, IC-EUiA y Solidaritat. La segunda, apoyándose en que un Ejecutivo en funciones no podía tomar este tipo de determinaciones tan importantes para el conjunto de la ciudadanía.

Sea como fuere, ellos siempre ganan. Cuando no lo han necesitado, no ha habido trasvase posible. Ahora, que sus tierras claman el afecto del líquido elemento, moverán cielo y tierra, forzando al Gobierno de Pedro Sánchez a un trasvase que seque aún más la cuenca del Ebro para beneficio de una minoría. Esto es España.

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