España

La norma del Supremo sitúa a la progresista Polo como presidenta de un nuevo tribunal del 'procés'

El Alto Tribunal ha aprobado también este martes un nuevo sistema de turnos con la intención de evitar que la Sala Segunda se quede sin magistrados suficientes de cara a un posible juicio a Carles Puigdemont

  • Susana Polo (segunda por la izquierda).

La magistrada Susana Polo, de la progresista asociación Juezas y Jueces para la Democracia, será la persona que presida un nuevo tribunal del procés. Así lo establecen las normas internas del Alto Tribunal, que especifican que la magistrada más antigua, en este caso Polo, será la que sustituya a Manuel Marchena al frente de un posible juicio a Carlos Puigdemont por el desafío soberanista catalán.

En la actualidad, la Sala Segunda del Tribunal Supremo solo dispone de dos magistrados que no han tenido contacto con la causa del procés, por la que ya ha sido condenado el exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras a 13 años de cárcel. Estos dos jueces, que en el lenguaje judicial se consideran no contaminados, son Susana Polo y Eduardo de Porres.

Y en este caso, la aplicación de la normativa interna del Supremo establece que si el presidente de una Sala no está disponible, como es el caso de Manuel Marchena, que sí está 'contaminado' al haber presidido el juicio del procés, el magistrado más antiguo deberá ejercer la presidencia de un nuevo tribunal. Por eso, en el caso de un eventual juicio del procés, la más antigua sería Susana Polo, que pasaría a presidir el tribunal, explican a Vozpópuli diferentes fuentes del Tribunal Supremo.

Sistema de turnos

Precisamente, la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo ha aprobado este martes un nuevo sistema de turnos que impedirá que cualquier Sala se quede sin magistrados para conformar un tribunal. Esta iniciativa, que parte de una propuesta del presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, evitará que la Sala de lo Penal se quede sin magistrados para conformar un nuevo tribunal del procés, que tendría que juzgar al expresidente catalán Carles Puigdemont.

Este nuevo sistema, que es equivalente al de la conocida como Sala del 61 (encargada de decidir sobre la recusación de los presidentes de Sala), permitirá incluir en un tribunal a magistrados del resto de jurisdicciones. En concreto, serán elegidos los jueces más antiguos y, en el caso de no ser suficientes, los más modernos en el Tribunal Supremo.

Pero los jueces de otras jurisdicciones no podrán presidir el tribunal, sino que este cargo recaerá en el magistrado más antiguo de la Sala en la que se celebra el juicio. Es decir, este cambio no afectaría a la presidencia de Susana Polo en un eventual tribunal del procés.

Cargos congelados

Esta decisión de la Sala de Gobierno del Supremo se produce en medio de una parálisis del Consejo General del Poder Judicial, que el el 16 de enero anunció que congelaría el nombramiento de cargos judiciales "en la confianza de una pronta renovación de la institución una vez constituidas las Cámaras".

Esta decisión ha impedido que tres nuevos magistrados se incorporen a la Sala de lo Penal, en la que se han jubilado Luciano Varela Castro, Francisco Monterde Ferrer y Alberto G. Jorge Barreiro. Fuentes del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) explican a Vozpópuli que si el PP y el PSOE no se ponen de acuerdo en la renovación del Consejo, se modificará la decisión de congelar los nombramientos, tal y como se anunció el primer día.

Sin embargo, el nuevo sistema de turnos aprobado este martes por la Sala de Gobierno del Supremo hace que no sea tan urgente el reemplazo de los magistrados jubilados, pues ya pueden ser sustituidos por jueces de otras jurisdicciones.

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