Tres candidatos aspiran a sustituir a Juan Saavedra al frente de la Sala Penal del Supremo, una instancia judicial de enorme trascendencia ya que es la encarga de juzgar a los ciudadanos que gozan de la condición de aforados. Es decir, esta es la Sala que se ocupa de los políticos. Junto con la Audiencia Nacional es sin duda el órgano más mediático de la maquinaria de la Justicia. El procedimiento para elegir al titular de esta Sala es muy peculiar. Tiene algo de casting y algo de primarias.
El casting tendrá lugar mañana mismo, cuando los aspirantes desfilen ante la Comisión permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para exponer sus planes y su proyecto. Una especie examen o revisión de contenidos. Y también se trata de una especie de primarias dado que los tres candidatos son miembros de esta misma sala, luego se trata de una competencia entre colegas de la misma adscripción profesional e idéntica procedencia. Estos filtros internos para la selección del titular de la Segunda Salabusa fundamentalmente salvaguarda la transparencia y la pulcritud democrática, según explican fuentes internas.
Tres candidatos en liza
Dos candidatos de perfil conservador y uno de sintonía próxima al PSOE pugnan, con posibilidades algo desiguales, a este cargo, sin duda uno de los más relevantes de la Justicia. El más antiguo y sin duda el de mayor peso político es Cándido Conde-Pumpido, que ocupó la Fiscalía General del Estado durante la etapa de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Se da por hecho que los ocho vocales progresistas de la Sala se inclinarán por su propuesta, aunque su farragoso pasado juega en su contra.
El fiscal del diálogo con ETA
Pumpido fue el fiscal general en los procelosos tiempos de la negociación con ETA y autor de aquella frase sobre que “las togas han de mancharse con el polvo del camino” que quedó para los anales de lo que no debe ser la acción de la Justicia en un país democrático.
Manuel Marchena, también miembro de la carrera fiscal, es posiblemente el favorito de la terna. Es profesor de derecho penal y procesal, ocupó la jefatura técnica de la Fiscalía en los tiempos de Jesús Cardenal, es un experto en temas jurídicos en el mundo de internet y de los medios digitales y despliega una amplia actividad académica tanto en foros, conferencias y publicaciones. Sumamente respetado por sus colegas y enormemente valorado en su sector, Marchena es el aspirante más sólido, ya que se supone que contará con el respaldo de los vocales conservadores del Consejo, que actualmente son mayoría.
La opción de la 'tercera vía'
Como opción de la 'tercera vía' aparece Miguel Colmenero, también fiscal, antiguo dirigente de la Asociación de Fiscales (AF) de carácter conservador. Colmenero gozó de cierta relevancia en los medios como autor del voto particular en la sentencia del famoso 'caso Faisán', en el que se mostró partidario de condenar por delito de colaboración con banda armada a los policías acusados del 'chivatazo'. Finalmente los encausados recibieron condena únicamente por el delito de 'revelación de secretos'.
Esta elección, pese a su carácter técnico, se va a seguir con enorme interés por parte de las fuerzas políticas, entre otras cosas porque la posible rebaja del número de aforados, propuesta por el ministro de Justicia y desmentidas a las pocas horas por la secretaria general de su partido, es asunto de viva actualidad.