El nombre de la calle de Claudio Coello está ligado desde hace cincuenta años al atentado perpetrado por ETA para acabar con la vida de Luis Carrero Blanco, designado por Franco como su sucesor natural en los últimos estertores del régimen. Los terroristas recurrieron a un semisótano para excavar bajo tierra un túnel donde colocarían las bombas, en un punto estratégico por el que circulaba con asiduidad el coche del almirante. Cuatro informes policiales abundan en el material empleado por los etarras, en un sumario de más de 3.000 páginas sobre el magnicidio.
Vozpópuli ha ido desvelando a lo largo de un serial de reportajes elementos clave de la Operación Ogro. El etarra José Miguel Beñarán Ordeñana, alias Argala, y su compinche Pedro Ignacio Pérez Beotegui, alias Wilson, llevaban en Madrid al menos desde 1971. Argala había recorrido un camino errático dentro de la banda terrorista, dando el salto de ETA VI Asamblea a ETA V. Su destino en la capital era una manera de alejarle de su tierra natal y de la capacidad de toma de decisiones dentro de la organización.
Tras descartar algunos de sus objetivos por razones operativas, en septiembre de 1972 recibieron un soplo con los hábitos de Carrero Blanco tras una reunión que se celebró en la cafetería del hotel Mindanao. No era información excepcional -se ceñía a que el almirante iba todos los días a misa en el mismo lugar y a la misma hora-, pero sí les sirvió para ponerlo almirante en el punto de mira.
Durante 15 meses trabajaron en el plan contra Carrero Blanco: la llamada Operación Ogro. Hicieron seguimientos, estudiaron la zona y vieron cuáles eran los puntos donde era más favorable dar el golpe. Inicialmente planteaban el secuestro y así se lo trasladaron a sus jefes de la rama militar. Pero cuando Franco nombró presidente del Gobierno al almirante, con el consecuente refuerzo en su escolta, decidieron el asesinato, saltándose la autorización de sus superiores que se ceñía estrictamente al secuestro.
Red de apoyo a ETA
El comando de ETA encontró apoyo logístico en una red basada en grupúsculos anarquistas y comunistas, amparados por las gestiones de la activista Genoveva Forest. Gracias a ella dispusieron de zulos y almacenes en viviendas ubicadas en Avenida de América, 8; Onésimo Redondo, 38; Fernando Sexto, 27; Virgen de Nuria, 11; Virgen del Val, 19; Alfambra, 5; Avenida. de Lisboa, 14, y en la calle Hogar 68 en Alcorcón.
Sólo faltaban los explosivos. Y los encontrarían en un polvorín de Hernani (Guipúzcoa). El historiador Gaizka Fernández-Soldevilla, investigador del Centro Memorial Víctimas del Terrorismo, detalla que ETA robó más de 3.000 kilos de explosivo de este polvorín, donde también se hicieron con 1.300 detonadores y cientos de metros de mecha.
Además, la banda terrorista había obtenido fondos ingentes gracias a secuestros y robos, lo que permitía sostener la actividad de sus liberados -terroristas cuya única actividad era estar al servicio de la organización y ejecutar sus órdenes-. Ese era el caso de Argala y Wilson, entre otros.
El comando de ETA accedió al semisótano de Claudio Coello en noviembre y, desde entonces, alegando que estaban reformando la vivienda, comenzaron a excavar el agujero. Así esquivaron las quejas de un vecino del edificio que se quejaba del ruido. Y cuando les vieron colocando un cable, los terroristas afirmaron que se trataba de una conexión telefónica.
Bombas para Carrero Blanco
Argala y sus compinches Javier Larreategui, más conocido como Atxulo, y Jesús Zugarramurdi, Kiskur, colocaron los explosivos dentro del túnel. Eran tres cargas de 25 kilos. Para asegurar su objetivo letal instalaron, además, otra bomba de 9,25 kilos en un coche estacionado en la calle, al paso del vehículo oficial de Carrero Blanco.
Es fascinante la cantidad de teorías que hay en torno al uso de explosivos
"Es fascinante la cantidad de teorías que hay en torno al uso de explosivos -afirma el historiador Fernández-Soldevilla en conversación con este diario-. Por un lado hay quien dice que no se investigó, lo que es mentira, porque en el sumario hay cuatro informes sobre este tema. Por otro, que se empleó explosivo C4 de uso militar, apuntando a una supuesta colaboración estadounidense; nada de eso es cierto, era C2 de uso civil que salió del polvorín de Hernani y que se trasladó hasta Madrid".
En las imágenes recogidas en el sumario y a las que ha tenido acceso Vozpópuli no sólo se puede ver el túnel excavado en el semisótano de Claudio Coello, con escombros alrededor debido a la fuerte explosión; también se aprecian algunos elementos que los terroristas pudieron emplear para detonar las cargas, como cables o pilas.
El hallazgo del semisótano sacó de sus dudas a quienes se resistían a ver la intencionalidad terrorista en el episodio, cuando los primeros informes apuntaban a la explosión de gas como una hipótesis plausible. Las bombas dejaron un gran cráter en el suelo, de unos dos metros de profundidad, once de largo y otros ocho de ancho. Un vehículo quedó semihundido en el agua. Las autoridades trasladaron autobombas para succionar todo el líquido y así investigar el fondo del agujero.
¿Cuál era el verdadero propósito de ETA con el magnicidio? Fernández-Soldevilla lo ve del siguiente modo: "Estuvieron a punto de lograr su objetivo principal, que era alimentar su estrategia de acción-reacción; es decir, una represión franquista para que la ciudadanía se pusiera de su lado y ellos figurasen como su mesías salvador". Además, los terroristas lograron atraer la atención de la comunidad internacional debido a la magnitud del golpe.
Un magnicidio que cambió la Historia de España y del que esta semana se han cumplido 50 años. Por esta razón, Vozpópuli ha publicado un serial de reportajes que arrancó este domingo con Los papeles de la CIA sobre el atentado de Carrero Blanco: del escape de gas a vincularlo a un juicio contra CCOO; continuó el lunes con El zulo que ETA construyó en Alcorcón para secuestrar a Carrero Blanco antes de decidir su asesinato; el martes, con Quién fue el 'fantasma' que dio al etarra 'Argala' la información clave para matar a Carrero Blanco; el miércoles, con Las fotografías inéditas del sumario de Carrero Blanco: de los zulos de ETA al coche reventado del almirante; y, el jueves, con La Policía encontró unos uniformes militares en la investigación del atentado contra Carrero Blanco. Este artículo, titulado Dentro del túnel que ETA excavó bajo Claudio Coello: estas son las bombas que mataron a Carrero Blanco, es el último del serial.
Franz Chubert
Argala también voló, Y quienes lo pusieron en órbita no necesitaron ayuditas yanquis.
Orencio
Por la potencia del explosivo y por el olor que deja (no sólo metafórico), el experto reconoce su origen.
PepeGrillo
El C2 es un iniciador de explosivo no un explosivo en si, es como un petardo gordo.