La Unión Europea sigue metiendo presión a la agricultura nacional. Tras cuajar un año 2023 para el olvido, el gremio augura una leve mejoría de cara al próximo año, una cábala amparada en la esperanza y en las ayudas del Plan Estratégico de la PAC. Unas subvenciones destinadas a salvaguardar la vida de los campos para tratar de hacer frente a los agravios generados por la sequía sufrida durante el mes de abril, que devastó al sector, dejando en estado crítico a los profesionales y a las cosechas.
La reforma de la PAC 2023-2027 de la Unión Europea era la última bala en la recámara, el empujón que necesitaba la agricultura y la ganadería para volver a sus años dorados. Nada más lejos de la realidad. El 31 de agosto de 2022 la Comisión Europea aprobó el Plan Estratégico de la PAC de España, siendo uno de los primeros Estados miembros en lograr la aprobación del plan. En menos de un año, la entidad europea aprobó la primera modificación, que está empezando a tener sus primeros efectos en las ayudas.
Se han recibido multitud de quejas de agricultores y ganaderos notificando que no están recibiendo el anticipo que tanto la Unión Europea, como Luis Planas prometieron a los trabajadores del campo para hacer frente a los gastos y la renovación de equipo que se realizará en la próxima cosecha.
Es tal la gravedad del asunto que ASAJA-Andalucía ha comunicado a la Consejería de Agricultura que tomen cartas en el asunto de manera urgente para tratar de agilizar al máximo los pagos e incluir con la mayor rapidez que permita la burocracia todos aquellos expedientes que, pese a haber cumplido la normativa vigente, no han cobrado en esta primera remesa.
Una situación que tachan de inaceptable y que en vez de ofrecer una ayuda eficaz, lo que provoca son procesos cada vez más complejos y que, lejos de ser eficaces, generan quebraderos constantes de cabeza. Sobre todo a la hora de recibir la subvención, la cual la mayoría de agricultores y ganaderos la han incluido en sus cuentas para hacer frente a los gastos de 2024. Y es que lejos de favorecer, el nuevo PAC de la Unión Europea paraliza y retrasa la posibilidad de acceder a los anticipos.
La Unión Europea recorta cerca de 500 millones de euros las ayuda de la PAC
La cuarta semana de octubre se había señalado como fecha clave para el devenir del mundo agrícola; sin embargo, el varapalo ha sido desmesurado, en especial para Andalucía. Tal y como indica ASAJA en un comunicado en su página web "el Plan Estratégico de la PAC del ministro Planas castiga a los agricultores y ganaderos andaluces con un recorte drástico y arbitrario de las ayudas de la nueva PAC".
"Desde el pasado 16 de octubre, fecha en la que se abrió el plazo para el pago del anticipo de hasta el 70% de las ayudas de la PAC correspondientes al ejercicio de 2023, los agricultores y ganaderos que están percibiendo el anticipo están constatando ya una reducción de sus ayudas que oscila, con carácter general, entre el 20% y el 40% respecto a las que venían percibiendo en la anterior PAC, lo que eleva hasta los 500 millones de euros las pérdidas que están sufriendo los agricultores y ganaderos andaluces en el periodo 2023-2027", explica ASAJA.
Una reducción que tiene como principal protagonista la Unión Europea. La entidad lleva meses 'ahogando' al sector, que lejos facilitarles el camino, siguen penalizando al gremio con sus estrictas normativas. Una realidad que los datos avalan. Desde el pasado 16 de octubre, fecha en la que se abrió el plazo para el pago anticipado de hasta el 70% de las ayudas de la PAC, los trabajadores se han percatado de una reducción considerable de la cuantía.
La subvención se ha recortado en torno al 20-40% respecto a la anterior PAC de la Unión Europea. Una modificación que "eleva hasta los 500 millones de euros las pérdidas que están sufriendo los agricultores y ganaderos andaluces en el periodo 2023-2027".
Hecho que ha desembocado en una recesión de la agricultura y ganadería. Asaja ha aseverado que "la nueva PAC de la Unión Europea está provocando que 750.000 ha. de secano, pierdan el 30% de sus ayudas, que 700.000 ha. de olivar sufran una merma de más del 25% de las ayudas percibidas hasta el pasado ejercicio, y que todos los agricultores del regadío andaluz vean reducidas sus ayudas entre un 30% y un 40%".
La cuestión no se queda ahí, sino que también se ha abierto un nuevo frente. El quid de la cuestión ya no radica en la reducción de la cuantía, ya que el principal factor de descontento son los nuevos procedimientos de control y verificación del nuevo concepto creado por la Unión Europea y aprobado por el Ministerio de Agricultura de 'agricultor activo'.
"El cada vez más complejo y menos entendible sistema de controles impuesto por las distintas administraciones, lejos de favorecer al agricultor y al ganadero, paraliza y retrasa la posibilidad de poder acceder a estos anticipos, tal y como se está constatando en estos días", puntualiza ASAJA.
Un paradigma teñido de color de negro y que genera incertidumbre en el sector. Unas ayudas de la Unión Europea que no llegan a buen puerto, unas cosechas mermadas por las pésimas condiciones climatológicas del 2023, unos campos que se vacían sin tener mano de obra... Una tormenta perfecta que los agricultores y ganaderos observan sin poder de reacción y con la esperanza de revertir el panorama lo antes posible.
