No está siendo sencilla para España la negociación de los fondos comunitarios para el ambicioso Corredor Mediterráneo, destinado a crear un eje ferroviario para el transporte de mercancías desde Algeciras a la frontera francesa que obliga a la implantación del ancho de vía estándar europeo. Y no lo es porque los negociadores españoles chocan una y otra vez con las suceptibilidades de nuestros socios del norte, incluidos los poderosos eurodiputados alemanes, que tienen mucho que decir sobre la financiación de una infraestrutura que necesitará una inyección de entre 40.000 y 50.000 millones de euros. Es hablar de trenes españoles y los alemanes, filandeses y holandeses, entre otros, se ponen hasta tal punto de los nervios que han reclamado de sus homólogos los datos de ocupación de nuestros AVE y sobre las auténticas necesidades de España.
El Consejo de Ministros de Transporte de la UE aprobó el pasado mes de junio el marco de financiación general para el Corredor, incluido dentro del proyecto de las redes transeuropeas, pero necesita el visto bueno del Parlamento Europeo y ahí es donde están surgiendo los problemas a la hora de negociar con los eurodiputados. Y no es para menos. España es el primer país de la OCDE en kilómetros de vía de alta velocidad y el segundo del mundo sólo por detrás de China, pero los niveles de ocupación, incluso de las líneas más rentables están a años luz de las que tienen otros países de nuestro entorno.
Vozpópuli publicaba en mayo un informe del Real Automóvil Club de Cataluña (RACC) con datos de Renfe, Adif y Fomento que revelaba que la media de ocupación del AVE a Sevilla es de 14.000 pasajeros por kilómetro y a Barcelona de 9.000. Unos datos ciertamente raquíticos al lado de la línea París-Lyon, con 59.000 viajeros o de la que cubre el trayecto Colonia-Fráncfort, con 51.000. El mismo informe destacaba los viajeros por kilómetro entre Osaka y Tokio, que alcanzan la friolera de 235.000, pero Japón no es buen país de comparación.
Fomento quiere dar entrada al capital privado, pero el grueso depende de los fondos de la UE para una infraestructura que necesitará entre 40.000 y 50.000 millones
A pesar de las dificultades, la ministra de Fomento, Ana Pastor, ha insitido una y otra vez en que la apuesta por el Corredor Mediterráneo "es firme e inequívoca". De hecho, los Presupuestos Generales para este año destinaron a esta infraestructura 1.342 millones de euros. Se quiere dar entrada también a capital privado, pero el grueso de la infraestructura corre a cuenta de los fondos comunitarios de la Unión. Se negocia en este sentido cuál debe ser el porcentaje de gasto que corra a cuenta del presupuesto de las Redes Transeuropeas (RTE) y cuál de los respectivos estados, pero miemtras tanto, escudriñan la viabilidad de nuestos AVE.
Los populares llevan meses intentando encandilar a los socios comunitarios respecto a Corredor Mediterráneo. Este mes de marzo reunieron en Palma de Mallorca al buró del Grupo del Partido Popular Europeo con quien se abordó, entre otras cuestiones, la interconectividad de Europa "con el fin de asegurar la libre circulación de personas y de bienes en un mercado único". Se insistió mucho en la importancia del Corredor, infraestructura calificada de "prioritaria". Este eje de mercancías unirá la frontera francesa con Barcelona, Tarragona, Valencia, Cartagena y Almería, desde donde continuará por el interior hasta Granada, para llegar después a Algeciras.