El comisario Carlos Salamanca era capaz de gastarse casi 500 euros en una mariscada. Conducía coches de alta gama como un Porsche Cayenne valorado en 52.000 euros. Llegó a prestar medio millón de euros a un amigo íntimo (al que le cobró intereses) y además tenía suerte: le tocaron 800.000 euros en la lotería y una noche ganó 18.000 euros en el casino de Torrelodones de Madrid. Hoy, este mando policial es uno de los principales investigados del caso Villarejo, tiene las cuentas embargadas por el juez y dice que vive de lo que le paga su hija.
El comisario Salamanca ha aportado a la Audiencia Nacional el registro de dos cuentas bancarias a su nombre a las que ha tenido acceso Vozpópuli. En ellas se aprecia el nivel de vida que llevó durante años este comisario del Aeropuerto de Barajas. Según las entradas y salidas gastó un total de 2.043 euros en ocho visitas a la Marisquería Portobello entre 2005 y 2010. También figuran gastos de hasta 637 euros en la casa Lottusse.
Eran los buenos tiempos para este comisario sobre el que la Unidad de Asuntos Internos ya ha trasladado al juez sus sospechas por el hecho de que no necesitase durante tres años el dinero de sus cuentas bancarias. En un informe al que tuvo acceso este periódico, los investigadores consideran que en los años 2012 y 2013 este comisario dispuso “de una fuente de financiación ajena a los ingresos declarados por sus actividades profesionales”.
18.000 euros en la ruleta
Carlos Salamanca, excomisario del Aeropuerto de Barajas, fue detenido en noviembre de 2017 considerado como una de las dos patas de la operación Tándem en la que también fue arrestado el excomsiario José Manuel Villarejo. Actualmente en libertad provisional, sigue investigado en el marco en la pieza conocida como King por sus labores de intermediación para conseguir visados a ciudadanos guineanos clientes de Villarejo.
Desde entonces, su situación ha empeorado a juzgar por las explicaciones que ofrece en una serie de escritos remitidos esta semana al juzgado. Con ellos trata de contrarrestar las conclusiones de Asuntos Internos por las que tuvo que ir a declarar el pasado 12 julio ante el juez Manuel García Castellón. “La investigación patrimonial llega a conclusiones sesgadas por obviar el contexto económico y patrimonial inmediatamente anterior”, dice Salamanca.
Asegura que el cálculo de las cantidades abonadas que hace la Policía es incorrecto y que el origen de su dinero es lícito. Se refiere a algunos episodios de su pasado como el reparto de la herencia de su madre o cuando en otoño de 2006 visitó el casino de Torrelodones y jugando a la ruleta fue agraciado con dos premios de 9.000 euros. Según sostiene, eso le permitió “nutrir las cantidades de dinero en efectivo de las que disponía en su domicilio y lugar de trabajo”. Ya en el pasado le tocó la lotería.
Descontarse el IVA
Si admite en cambio Salamanca que permitía que familiares y amigos diesen sus datos personales para figurar como tomador del seguro de sus respectivos coches porque como miembro del Cuerpo Nacional de Policía recibía un descuento especial en el precio de la póliza de seguro. El comisario dice que en febrero de 2012 compró un coche Toyota Rav4 por 25.900 euros. Añade que, como en otras ocasiones, lo puso a nombre de una de las empresas de Villarejo "con vistas a deducirse y descontar el IVA".
Además también pone de excusa su seguridad y la de su familia “ya que así se dificultaba la averiguación de su domicilio. Conviene recordar el especial recelo de un miembro del Cuerpo de la Policía como es Carlos Salamanca Vilches en un contexto de país en que, sólo recientemente, la amenaza terrorista ha dejado de ser un problema especialmente palpable”.
Cuando el mando compró ese coche, ETA ya había decretado el cese definitivo de sus atentados el año anterior. En 2013 Salamanca vendió el vehículo para comprarse otro, un Range Rover Evoque valorado en casi 47.000 euros que también puso a nombre de una empresa de Villarejo. Según dice el comisario, actualmente en labores de Extranjería, ya no maneja esas cantidades. Tanto como que ha utilizado a su hija para burlar el embargo de sus cuentas bancarias dictado por el juez.
Lo explica en otro escrito donde dice que en 2014 realizó un préstamo con garantía hipotecaria de 500.000 euros a “amigo íntimo”. Ese dinero era parte del premio de la lotería que le había tocado, un total de 800.000 euros en las navidades de 2012. Pactaron una devolución a diez años en plazos semestrales, pero desde su arresto tiene las cuentas embargadas. Por ese motivo y para no incumplir el contrato, su amigo se lo manda otras cuentas como la de su hija. Salamanca dice que así aprovecha para “satisfacer sus deudas” con ella ha sido su hija "la que se ha ocupado de cubrir sus gastos cotidianos” desde su detención.