Un auxiliar de seguridad acusado de haber expulsado e insultado a una pareja homosexual que estaba besándose en un centro comercial en 2017 ha admitido este viernes en el juicio que había un "código rosa" que se utilizaba entre los miembros de seguridad para advertir de la presencia de parejas gays.
La Audiencia Provincial de Madrid ha juzgado este viernes a dos vigilantes de seguridad que echaron presuntamente de un centro comercial de Fuenlabrada (Madrid) a dos chicos que estaban en actitud cariñosa sin cometer ninguna infracción.
La Fiscalía ha solicitado para Iván G.A., y Francisco M.S.M, 18 meses de prisión por un delito de odio cometido el 4 de abril 2017 en el centro comercial Plaza de la Estación. También pide para ellos 3.600 euros de multa e inhabilitación durante cinco años para profesión u oficios educativos en ámbitos docentes o deportivos.
"Código rosa"
En el caso de que se desestime el delito de odio, el ministerio público pide que sean condenados a 12 meses de prisión por un delito contra la integridad moral. Los letrados de la defensa piden la absolución de ambos.
Ivan G.A., el auxiliar de vigilancia acusado, ha explicado que un matrimonio se le acercó para decirle que dos personas "estaban besándose y magreándose en actitud inadecuada" y le exigió que avisase a sus superiores. Una vez se acercó a los jóvenes, Iván G.A., ha narrado que tan solo les llamó la atención, ante lo que ellos le recriminaron "si tenía algún problema con los gays".
El auxiliar ha afirmado que utilizó la expresión "código rosa" para avisar a sus superiores. Este código, en palabras del acusado, "se utiliza para hablar de dos personas del mismo sexo".
Pero ha negado que les cogiese del brazo para expulsarles del centro de ocio y ha afirmado que "en ningún momento se rió de ellos". Asimismo, ha declarado que "hubiese actuado igual con una pareja heterosexual" pero que, sin embargo, no existe ningún código para ellos.
Por su parte, Francisco M.S.M, el vigilante de seguridad también acusado, ha relatado que él se encontraba en el cuarto de las cámaras y que observó como compañero se paró ante la pareja y que los chicos no tuvieron, que no gestos violentos hacia su compañero, tal y como ha apuntado el primer acusado.
Cuando el auxiliar le dijo que había expulsado a la pareja del centro comercial, éste le recriminó que eso no era su trabajo. Ha recalcado que "en ningún momento" autorizó a Iván G.A., a echarlos.
Ha declarado además como testigo el jefe de Seguridad del centro, que ha apuntado que "jamás ha utilizado esos códigos" y que no sabía que su equipo lo hacía. "Lo correcto es dar descripciones de ropa", ha dicho tras condenar la actitud de sus empleados.
Las víctimas han relatado que en ningún momento se "magrearon", algo que corrobora las imágenes de las cámaras de seguridad que se han proyectado, y han subrayado la humillación que sintieron cuando el vigilante los sacó del establecimiento y dijo: "Ya he sacado a los dos sujetos".