España

¿Por qué Villarejo sale de prisión antes de tiempo si jueces y fiscales creen que se puede fugar?

El comisario Villarejo sale de prisión tres años y cuatro meses después. Cuando entró, el presidente del Gobierno era Mariano Rajoy, Fernando Torres aún jugaba en el Atlético de Madrid

  • El excomisario José Villarejo, a su salida de prisión. -

El comisario Villarejo sale de prisión tres años y cuatro meses después. Cuando entró, el presidente del Gobierno era Mariano Rajoy, Fernando Torres aún jugaba en el Atlético de Madrid y Cristiano Ronaldo lo hacía en el Bernabéu mientras las salas de cine estrenaban La Liga de la Justicia, basada en el cómic de DC. Algunas cosas han pasado desde entonces hasta este miércoles, cuando el polémico mando ha recuperado la libertad de forma provisional

Su figura se ha popularizado en este tiempo a base de protagonizar investigaciones judiciales, desde los audios de Corinna sobre las cuentas en Suiza del rey emérito hasta ejercer de espía para varias de las empresas más importantes de España. Aún le quedaban ocho meses para cumplir el máximo de cuatro años que se puede estar en prisión sin una condena firme, pero ha sido excarcelado a pesar de que los jueces y los fiscales creen que se puede fugar o volver a delinquir.  

No hay una única razón que explique la decisión, sino que han influido distintos factores que han beneficiado al polémico mando y han marcado un fracaso colectivo de la Justicia española en general y la Audiencia Nacional en particular : los plazos establecidos por la ley, el atasco en los juzgados, el cambio de estrategia de la Fiscalía a última hora, la magnitud de la causa en la que se le investiga... De entrada, ha fracasado el plan inicial de los fiscales anticorrupción. Desde el primer momento fueron conscientes de que el tiempo jugaba en su contra y por eso decidieron trocear la investigación en multitud de piezas separadas.

Piezas separadas

Cada vez que los investigadores tenían clara una trama a partir de los documentos y grabaciones incautados al excomisario, abrían un procedimiento. En el caso Villarejo, también conocido como la operación Tándem hay una pieza principal de la que luego emanan hasta una treintena de subtramas: el BBVA, el espionaje a Bárcenas, el presunto apuñalamiento a una doctora... La idea era facilitar a los jueces un juicio pronto, asegurar una condena y poder seguir investigando con tiempo entre la cantidad ingente de documentación sin riesgo de que el principal acusado, Villarejo, se fugase o destruyera pruebas. 

Todo marchaba según lo previsto y los investigadores llegaron a culminar tres de esas piezas separadas: Land, Iron y Pintor. El juez del caso, Manuel García Castellón, las dio por terminadas y marcó a todos sus implicados el camino del banquillo de los acusados. Pero el 10 de febrero, los jueces que se encargarán de juzgar los hechos decidieron unir las tres causas en una y dejar en libertad al comisario Villarejo, el único encarcelado. Lo hicieron conscientes de que seguiría preso por el resto de investigaciones. Pero la decisión adoptada por la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal Audiencia Nacional abrió la puerta de la prisión al comisario jubilado y un enfrentamiento con la Fiscalía anticorrupción.

Desde el ministerio público protestaron con un escrito el 15 de febrero en el que acusaban al tribunal de haberles chafado la estrategia. Se quejaban de que al decretar la libertad de Villarejo en las causas por las que iba a ser juzgado hacía que desapareciese la urgencia que la ley establece para buscar fecha a los juicios cuando hay presos. La respuesta de los tres jueces que juzgarán a Villarejo se produjo este martes y  también ha sido enérgica. Acusan a los fiscales de pretender "marcar la agenda" al tribunal. 

Sin salas suficientes en la Audiencia Nacional

Aclaran que con preso o sin preso, no podrían haber sentado al comisario en el banquillo hasta finales de octubre o principios de noviembre. Alegan que la Audiencia Nacional tiene los recursos que tiene, que no hay salas suficientes, que ya hay otros juicios con preso pendientes y que además todavía arrastran el colapso de fechas provocado por el confinamiento durante la pandemia. La Fiscalía también protestaba porque el tribunal abrió en enero un plazo para que todas las partes personadas opinasen sobre las pruebas que se iban a usar en el juicio retrasando así todo el proceso. 

Son muchas, decenas, las defensas, acusaciones populares y acusaciones particulares que intervendrán y la Fiscalía critica que la decisión de los jueces lo retrasó todo un poco más cuando eso es algo que se podría haber solventado en las cuestiones previas el primer día del juicio. Desde la Sala de lo Penal contestan que si no estaban de acuerdo con esa decisión la podían haber recurrido y no lo hicieron.

Finalmente la fecha del juicio se ha fijado para la tercera semana de diciembre. Villarejo fue detenido el 3 de noviembre de 2017. El polémico comisario cumplía sus cuatro años en prisión preventiva en noviembre de este año por lo que se daba el caso de que podría acudir a su juicio por su propio pie y no en un furgón de la Guardia Civil desde la cárcel madrileña de Estremera como pretendían los fiscales. El detonante definitivo para su salida ha sido el escrito presentado este miércoles por la Fiscalía anticorrupción. 

En apenas dos semanas han pasado de recurrir en súplica el mantenimiento en prisión para Villarejo a defender su puesta en libertad de forma inmediata y su presunción de inocencia: “El mantenimiento de una situación de carácter excepcional que afecta  directamente al derecho a la libertad, cuando la medida cautelar ya no resulta materialmente idónea para garantizar la sujeción del investigado al procedimiento pudiera convertirse en una pena anticipada y comprometer la presunción de inocencia”.    

Lo que no dicen en su escrito pero confirman a Vozpópuli fuentes fiscales es la cara B de esa decisión, que explica mejor el giro de la Fiscalía: prefieren guardarse esos ocho meses que le quedan a Villarejo para agotar los cuatro años y usarlos más adelante para pedir su reingreso tras una posible condena de la Audiencia Nacional. Recuerdan estas fuentes que una pena no es firme hasta que no la ratifica el Tribunal Supremo. En ese sentido, prefieren no agotar estos ocho meses y evitar así que el excomisario espere a que su condena adquiera firmeza en libertad, con tiempo suficiente para pensar en fugarse. Entre las tres piezas, la Fiscalía pide para él en torno a cien años de cárcel.

El temor ante el riesgo de fuga lo comparten en mayor o menor medida tanto los fiscales como el juez Manuel García Castellón y los magistrados del tribunal que van a juzgar a Villarejo. El juez instructor recoge en el auto que decreta su libertad las razones de este temor tal y como las expone la Fiscalía: su familia también está investigada, en su casa hallaron mucho dinero en metálico, documentación con identidades falsas, pasaportes en blanco por rellenar, destacan su facilidad para trasladarse a otros países, su red de contactos, o el dinero que tiene en el extranjero.

Además de eso, temen que Villarejo pueda volver a delinquir. Apuntan a que una de las 30 piezas separadas (en concreto la número 29) tiene que ver con cómo desde la celda dirigió una trama que buscaba vender documentos sensibles aprovechando las salidas de presos de su confianza. Ahora tendrá que someterse a las condiciones que le ha impuesto la Audiencia Nacional que pasan por acudir a firmar todos los días a su comisaría más cercana, entregar el pasaporte y comunicar cualquier cambio de domicilio. También tiene prohibido salir de España. 

Riesgo de fuga de Villarejo

A pesar del evidente riesgo de fuga, las medidas cautelares solicitadas por Anticorrupción y aceptadas por el juez no han ido más allá. Fuentes jurídicas consultadas por Vozpópuli afirman que medidas más drásticas como aplicar una pulsera telemática no están contempladas expresamente para el caso de presos preventivos sin condena firme que salen de prisión. Sí se podría haber pedido una fianza económica, que perdería Villarejo en caso de fugarse.

Villarejo ha salido de la cárcel de Estremera minutos antes de las 19 horas del miércoles 3 de marzo de 2021. “Las cloacas no generan mierda, la limpian”, ha dicho a los medios de comunicación presentes en la puerta. Coincide con la actitud que ha mantenido durante este tiempo de reclusión, muy lejos de mostrar un perfil bajo. Afirma no tener nada que perder y su disposición a ofrecer todo tipo de detalles sobre sus actividades pasadas.  

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