Ramón Tamames dice que eso de que la vida es corta es un cuento. "Es larga, muy larga", afirma, al tiempo que recuerda que, cuando él nació, Adolf Hitler acababa de ser nombrado canciller de Alemania tras ganar las elecciones. El economista y expolítico cumple 90 años y afronta su "última vuelta del camino", como escribiera su maestro Pío Baroja. Cicerón defendía que toda vida filosófica es una reflexión sobre la muerte, y como bien apunta el joven filósofo Miguel Antón Moreno, "aprender a morir no es sino aprender a vivir, a vivir bien, incluso sabiendo que la vida es limitada y finita".
Y eso es precisamente a lo que se ha dedicado Ramón Tamames estos noventa años; a vivir bien. A exprimir la existencia de tal manera que le ha dado tiempo a pisar la cárcel con el franquismo, a escribir más de 70 libros, a colaborar en la elaboración de la Constitución española y a liderar una moción de censura contra Pedro Sánchez con el grupo parlamentario Vox. Nadie de la formación que lidera Santiago Abascal ha estado presente en el cumpleaños de Ramón Tamames pese a haber transcurrido solo 7 meses desde la moción de censura.
Entre las 150 personas que abarrotaron el restaurante Jai Alai no se encontraban ni el presidente de Vox ni Iván Espinosa de los Monteros -portavoz parlamentario cuando se celebró la moción- ni nadie de la cúpula del partido. Notable ausencia si tenemos en cuenta la aventura en la que se embarcaron Tamames y Vox hace poco más de medio año para cantar las cuarenta al presidente Pedro Sánchez. Una aventura que muchos no entendieron y que otros calificaron de éxito.
La familia Tamames eligió el Jai Alai para la celebración cumpleañera, todo un clásico madrileño por el que se han negociado asuntos políticos desde la Transición hasta hoy, y donde Alfredo Di Stefano y Paco Gento se metían entre pecho y espalda una chuleta y una ensalada antes de los partidos en el Santiago Bernabéu.
La fiesta de Tamames contó con la asistencia de no pocos ilustres. Por ejemplo, Fernando Suárez, una de las personas que más trabajó por la instauración de la democracia en España y el único ministro de Francisco Franco que queda vivo -llevó la cartera de Trabajo-. A sus noventa años -es tres meses más mayor que Tamames- fue capaz de subir con soltura las escaleras del restaurante hasta la primera planta. Allí descubrió que había ascensor y optó por echar mano de la tecnología para alcanzar la segunda, donde tenía lugar el almuerzo.
También estuvieron presentes Fernando Martínez de Irujo, aristócrata y abogado, hijo de la duquesa de Alba; Antonio Garrido Lestache; Jaime Lamo de Espinosa, que fue ministro de Agricultura con Adolfo Suárez y de Presidencia con Leopoldo Calvo-Sotelo; Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional y fundador de Ciudadanos; Carlos del Álamo, consejero de Medio Ambiente en la etapa de Manuel Fraga como presidente de Galicia; el exembajador de Corea del Sur Gonzalo Ortiz; Luis Peral, exsenador y consejero de Educación con Esperanza Aguirre; José Luis Mazuelas, de la Sociedad de Pensamiento Lúdico; y Felipe Debasa, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, entre muchos otros.
Como maestro de ceremonias ejerció Juan Tamames, que a sus 88 años está en plena forma. Dice su hermano mayor que el secreto de la longevidad radica en aquella máxima cervantina de Don Quijote: "Sancho, come poco y cena más poco, porque toda salud del cuerpo pasa por la oficina del estómago".
De la Transición a Barack Obama
El hermano 'pequeño' fue llamando uno a uno a los destacados integrantes de la mesa presidencial que acompañaban a Ramón Tamames para que ofreciesen unas breves palabras en honor del homenajeado. Lamo de Espinosa elogió las conversaciones que mantuvieron en la Transición -hoy tan denostada por cierta clase política- y su capacidad para llegar a consensos. También destacó que "siempre le han gustado los temas agrónomos", algo de lo que también ha dado fe el catedrático Francisco Aldecoa, sentado en mi mesa. Hay hasta pinos en la vivienda de Tamames -un octavo piso del Paseo de la Castellana-.
Su hermano Juan ha recordado que en los bombardeos de Madrid durante la guerra civil acogían en el sótano de su casa a vecinos que buscaban refugiarse de los proyectiles. Interrumpió su discurso refiriéndose a los años 50, cuando Ramón Tamames decidió dejar Medicina para estudiar Derecho. Sin duda, entre las intervenciones más aplaudidas se encontró la de Carmen Prieto-Castro, esposa de Tamames desde 1960. La mujer del economista afirmó que cuando empezaron a salir contaba "con varios pretendientes" pero se decantó por él. "Aquello fue el comienzo de una bonita amistad", deslizó, emulando a Humphrey Bogart en 'Casablanca'. La reina de España, Sofía, le llegó a preguntar en una ocasión: "¿Tú no te aburrirás con Ramón?". A lo que respondió: "No, señora. Tendré otros problemas con él, pero no el aburrimiento".
Felipe Debasa ha destacado de él que es un "trapero del tiempo", como diría Baroja, mientras que José Ignacio Rodrigo, del Colegio de Médicos de Madrid, ha recordado que fue atendido por vía postal el mismísimo Barack Obama cuando apenas era un candidato a las primarias de los demócratas. Al parecer, Ramón Tamames le propuso hablar de la necesidad de implantar una moneda universal.
Los discursos se alternaban con la llegada de viandas. El menú consistió en croquetas, chistorras y revuelto de pisto con bacalao como entrantes; salmón a la plancha con verduras y carrillera de ternera en salsa como principales; y tarta milhojas con helado de vainilla de postre.
El discurso de Tamames
El momento de Ramón Tamames llegó justo antes de que sirvieran la carne. Al comienzo de su discurso lanzó una pullita al presidente Sánchez por sus interminables intervenciones en la moción de censura: "Hay que decirle al presidente del Gobierno que ha empleado una hora y cuarenta minutos para un blablabla en el que no ha contestado a ninguna pregunta".
Tamames ha recordado que antes cumplir 80 años era prácticamente un milagro, como bien apuntó Santiago Ramón y Cajal. En la mitad de su treintena, el economista fue a ver una película italiana con Marcelo Mastroiani titulada 'La vida empieza a los 40 años', de la que salió "más que optimista: me queda mucho recorrido, pensé entonces".
Ahora, 90 "primaveras, otoños, estíos e inviernos", todo le "sigue pareciendo que tiene un mayor o menor interés, lejos de la idea de lo que algunos llaman pasar a mejor vida". Tamames se considera un "viejo joven" como "Clint Eastwood", "Ratzinger cuando se retiró en el Vaticano para seguir pensando y escribiendo" o "Ernst Jünger", que vivió 103 años "de envidiable lucidez".
Tamames no se engaña, "no voy a decir que la vida empieza a los 90 años". En el capítulo de agradecimientos destacan sus dos maestros: Pío Baroja e Isaac Asimov. También ha citado a Thomas Mann y su 'montaña mágica', así como a Luis Miguel Dominguín, "uno de los mayores y más inteligentes artistas que ha tenido España, y de quien aprendí mucho de su maestría para algunas suertes de la vida". Dominguín fue amigo del padre de Tamames, y gracias a él conoció a Ava Gardner.
Para finalizar ha recordado aquellas palabras de Miguel de Unamuno, "me duele España", y ha mostrado su preocupación por la situación política, animando a los jóvenes a que "no dejen destruir la España constitucional de la Transición de 1978, que está en grave peligro en estos días". En toda su andadura, Ramón Tamames dice que no ha encontrado a Dios, pero que ya lo "intuye".
El 'cumpleaños feliz' versión Tamames
A Ramón Tamames no se le canta el cumpleaños feliz. El intelectual detesta esa costumbre anglosajona, y en su lugar ha inventado su propia canción de cumpleaños, cuya letra facilita a este periódico Juan Tamames:
"Esta mañana temprano,
Cantaban las codornices,
Y en su canto me decían,
Que las pases muy felices
Ramón, Ramón, Ramoncito
Que en el día de tu cumpleaños,
Las pases muy felices.
Chinpún".
Pontevedresa
Ramón Tamames, un hombre ilustre uno de los protagonistas con más categoría de la Historia de España, lo tiene todo, buena facha, inteligencia, sentido del humor, ha sido estimulante verle en la Moción de Censura, su gran discurso, su forma de poner en solfa con toda elegancia a la banda Frankestein, sin un insulto, con gracia e inteligencia. Le deseo una vida larga y feliz y felicitarle porque tiene toda una larga historia de amor con su esposa, alguna vez la ví por la Residencia de Profesores, donde vivía el que hoy sigue siendo mi marido. Eso es un auténtico tesoro una larga vida el común, una familia, una continuidad en las tres generaciones siguientes, mi aprecio.
Ojeador
Bastante tiene Abascal en casa, como para ir de cumpleaños. Le quedan -desgraciadamente- dos guardias a Vox, como partido influyente.
NormaDin
Ramón Tamames es un maestro. Muy bien cumplidos, don Ramón.
bread2g
Señor redactor....sabe usted las razones por la que Vox no ha asistido?. No saben que hacer los mamporreros peperos para intentar hacer daño a Vox.
fanayana
asco de artículo con tal de hacer daño a vox.
Botiflash
Un madriles afortunado en la vida y en la Corte...sinceramente envidiable...lo del Buchadé no tiene nombre, que se lo afeen, con mucho tiento, los padrinos que lo llevaron en andas a la moción de censura...
eddo
debería explicar a los lectores como era de amigo de Arturo "el astuto", y que decía en TV3 a las reivindicaciones indepes. Debería incidir que el y de Carreras estuvieron en la elaboración de la actual constitución sin tener idea de derecho constitucional, lo dijo Carreras donde escribe ahora para auto alabarse el y a Tamames. Todo empieza en esa redacción, por eso estamos como estamos. Tamames solo hizo caso a Abascal por dinero que no reconocerán los implicados. Mando editar su discurso de moción de censura, Tamames, cuando esta en los archivos del congreso gratis. Fueron sus palabras solo postureo propio de un personaje narcisista hasta el extremo, un oportunista sin ética y mortal que intento aprovecharse de lo que pudo y los que le votaron. Intento crear a su alrededor una cohorte de necesitados de su sombra haciendo veladas en su amplio piso durante años y años. Hasta Losantos lo reconoce. Esa es la transición que el ayudo a crear, un cambalache de amiguitos de alta cuna y baja cama. Muy comunista de día, de noche hizo de todo y nadie le dijo ni mu.
Maltrecho
VOX buscaba un candidato imparcial, no un amiguete. Y le exhibieron como alguien lucido de un espectro distinto que también veía la necesidad de cambiar del gobierno. Seguro que les agradece que le dejaran disfrutar de su momento. Podemos recordar ahora la cantidad de maldades perpetradas desde cada moción de censura. Donde el PP perdió la oportunidad de manifestarse en contra de la deriva y aprovechó la oportunidad de atacar al único partido que hace oposición.