España

Vox se cansa del juego del PP: "Borja Sémper ha hecho el canelo"

Estupefacción en Vox con la intervención del diputado popular Borja Sémper, que utilizó el vasco en parte de su discurso. Vox ya ha registrado una propuesta para reformar el reglamento del Senado y que "al menos en una cámara" se hable solo español

  • Borja Semper con Santiago Abascal en la sesión constitutiva de las Cortes Generales / -

PP y Vox se parecen cada vez más a dos examigos. Primero, se evitan. Luego, chocan, y terminan por no soportarse. Cada sesión en el Congreso ensancha la trinchera que separa a los dos partidos de derechas del arco parlamentario. Este martes, el diputado popular Borja Sémper fue la mecha que prendió un nuevo gesto de repulsa en su 'amigo' Santiago Abascal. El parlamentario del PP habló en euskera en parte de su discurso, cuando un día antes dijo que hablaría en castellano. "Lo que no vamos a hacer es el canelo", aseveró Sémper un día antes de su intervención. En Vox siguen sin dar crédito a la actuación del PP, y fuentes de la cúpula lanzan un dardo contra parlamentario: "Borja Sémper ha hecho el canelo".

Santiago Abascal miraba su teléfono móvil con semblante distraído durante el discurso del popular hasta que introdujo el vasco. El líder de Vox fue el primero en levantarse y marchar, seguido de los diputados Pepa Millán y José María Figaredo. A continuación, el resto de diputados de Vox marcharon dejando a Sémper con la palabra en la boca, mirando al horizonte desde la tribuna.

"Sémper ha hecho lo que dijo que no iba a hacer ayer, el canelo. El PP tiene miedo a que les digan que están en contra de las lenguas regionales", manifiestan desde la dirección de Vox. El movimiento de Abascal fue tan rápido que una parte importante de diputados de Vox no fue consciente de lo que ocurría hasta unos instantes después, mirándose con extrañeza sin saber muy bien qué ocurría.

"No estaba previsto que nos volviéramos a ir. Nos ha pillado desprevenidos. La postura del PP es imposible de entender. Críticas algo y terminas haciendo lo mismo", lamenta un diputado de Vox en declaraciones a este medio. "Hoy hemos hecho gimnasia", bromeaba otro al término de la sesión.

Quien más alzó la voz ante lo que ocurrió ayer en el Congreso fue Figaredo, que denunció que se tramitase de urgencia la modificación del reglamento para introducir las lenguas cooficiales en la Cámara Baja mientras en la pasada legislatura se pospuso en más de 40 ocasiones la tramitación de la Ley ELA. "Será que los pacientes de ELA pueden esperar", aseveró el diputado de Vox.

Vox quiere que el PP se retrate en el Senado

Al término de la sesión, Vox anunció un golpe de efecto que pone al PP contra las cuerdas. Los de Abascal han registrado en el Senado una propuesta para que el único idioma que pueda utilizarse en la Cámara Alta sea el castellano. Abascal alega que la "mayoría golpista del Congreso es una minoría en el Senado. Esperamos que el PP apoye una iniciativa también en esa cámara para que al menos haya una cámara en España en la que todos los españoles puedan entenderse y todos los españoles que quieran verlo puedan comprender qué dicen sus representantes”.

Vox pone al PP en un difícil brete. Feijóo tiene mayoría en el Senado y puede cambiar el reglamento a placer. De oponerse, los populares tendrán que explicar por qué están en contra de que se hablen las lenguas cooficiales en el Congreso pero sí quieren que se haga en el Senado. El PP, por el momento, mantiene silencio sobre su posición sobre la propuesta de Vox.

Los senadores de VOX piden que se modifique el apartado 3 del artículo 20 del reglamento, quedando redactado en los siguientes términos: “Los Senadores están obligados a utilizar el español en el ejercicio de su actividad parlamentaria, tanto en sus intervenciones orales como en los escritos que presenten en la Cámara”.

Todo apunta a que se avecina un nuevo pulso parlamentario entre PP y Vox. En el Congreso, ambos partidos siguen a la gresca desde el 23-J, mientras que han llegado a pactos en todas las regiones autonómicas donde sumaban para gobernar (salvo Canarias y Cantabria). En una semana, se presenta Feijóo a la investidura como presidente, lo que parece la crónica de una muerte anunciada. De momento, el líder popular sigue sin los apoyos necesarios, y alejado de su principal socio.

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