Andalucía

Yolanda Díaz apunta a los comicios andaluces como cita clave para el impulso de su proyecto

Se ven marginados de un proyecto del que Podemos se siente una pieza fundamental aunque son conscientes de que la vicepresidenta segunda es su tabla de salvación teniendo en cuenta que son un partido en claro retroceso

  • La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz -

Aunque Yolanda Díaz se ha desvinculado de la coalición de izquierdas Por Andalucía que concurre a las elecciones andaluzas y de la suerte que corra, la vicepresidenta segunda se ha involucrado para que el pacto saliera adelante y, por tanto, el resultado que consigan el 19 de junio condicionará su proyecto electoral. La ministra de Trabajo empezará finalmente ese proceso de escucha con la sociedad civil para ver si se decide a promover una candidatura a las elecciones de 2023 después de los comicios andaluces, que servirán de ensayo para sus planes de unir a la izquierda en una propuesta transversal y sin siglas.

Tanto Izquierda Unida como Podemos consideran que esta alianza sí es el primer paso de lo que puede ser la candidatura de Yolanda Díaz, que no se decidirá a dar el paso hasta concluir ese proceso de interlocución con la ciudadanía, que durará unos seis meses. Entre otras cosas, esta alianza electoral sí sería un primer tanteo de la propuesta de la ministra porque ésta ha jugado un papel clave para que saliera adelante y que lo hiciera con 'su candidata', Inmaculada Nieto, y la de IU, imponiéndose al aspirante que quería Podemos, Juan Antonio Delgado.

Un papel mínimo

Si bien los morados se han quedado técnicamente fuera de la coalición junto a Alianza Verde por no registrarse a tiempo, están en el acuerdo y en las listas. Falta todavía por concretar muchos detalles de la campaña, pero todo apunta a que Díaz, igual que hizo en las elecciones de Castilla y León de febrero, tendrá un papel mínimo y, según fuentes de la coalición, no creen que participe en más de un acto electoral y quizá otro en la precampaña.

Ella, mientras tanto, va tomando alguna iniciativa por su cuenta como registrar la marca "Sumar" para organizar todo ese "proceso de escucha" y lo ha hecho no solo sin hablar previamente con Podemos sino que tampoco se lo ha explicado después y esto ha molestado a los morados. Se ven marginados de un proyecto del que Podemos se siente una pieza fundamental aunque son conscientes de que la vicepresidenta segunda es su tabla de salvación teniendo en cuenta que son un partido en claro retroceso y con unas siglas devaluadas.

En este contexto, Díaz mantiene la distancia con los morados y lo hace ostensible al no compartir ninguna información con ellos y mantener divergencias evidentes con esta formación dentro del Gobierno de coalición. Este alejamiento se ha trasladado a Andalucía, donde el primer ensayo de unir fuerzas no ha empezado con buen pie debido al pulso entre Podemos e IU, con Díaz en la sombra, sobre las condiciones y el liderazgo de la coalición y que luego se enredó al registrarse en la Junta Electoral fuera de plazo.

En medio de este choque se ha metido además Pablo Iglesias, que sigue teniendo mucha influencia en el alma de Podemos, criticando a la ministra, a quien él designó como su sucesora y con la que lleva meses sin hablarse, por marcar el paso de la coalición en Andalucía. Todas estas piedras en el camino de las andaluzas ponen de relieve que tampoco será fácil entenderse para poner en marcha esa candidatura transversal que competirá con el PSOE en las próximas generales y así lo reconocen desde el partido de Ione Belarra, que saben que habrá lio, sobre todo por las listas y las cuotas de poder.

Antes de llegar a ese punto, el prototipo de lo que puede ser la propuesta de confluencia de Díaz se someterá a este primer examen el 19 de junio en una comunidad autónoma que por ser la más poblada de España marca el peso que puede tener cada partido a nivel nacional. Quedan veinte días para los comicios autonómicos y según diferentes sondeos publicados en los últimos días, Por Andalucía obtendría en torno al 8,9 por ciento de los votos y Adelante Andalucía, de Teresa Rodríguez, con quien no ha sido posible el encaje tras la ruptura en 2020, un 3,9 por ciento.

Cuando Adelante Andalucía se presentó en las elecciones del 2 de diciembre de 2018 consiguió el 16,18 por ciento de los sufragios y 17 escaños y entonces esa operación electoral la integraban Podemos, Izquierda Unida-Los Verdes, los Anticapitalistas de Rodríguez, Izquierda Andalucista, Primavera Andaluza y Defender Andalucía.

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