Cada día que pasa sin que Pedro Sánchez tenga una cita con Yolanda Díaz, la vicepresidenta segunda se enfada más. El presidente del Gobierno desprecia a su socia desde que le pidió una reunión urgente del comité de seguimiento de la coalición por el incremento del gasto en Defensa. Los morados apostaron a que se produciría un encuentro privado entre ambos que no llega. Y, por eso, la 'dama roja' sacó este jueves la artillería contra el líder socialista a cuenta del fraude de los ERE, un tema muy sensible para la ministra de Trabajo.
La vicepresidenta fue la voz dura contra los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Y atacó con contundencia el comportamiento de ambos exdirigentes socialistas, a quienes el Tribunal Supremo confirmó la sentencia por delitos de prevaricación y malversación de caudales públicos. El razonamiento que hace Díaz, según las fuentes consultadas, es que al menos una fuerza de la izquierda "debe ser contundente contra la corrupción".
En el cuartel electoral de la vicepresidenta segunda sabían que los socialistas se pondrían de perfil para valorar la condena. El propio Sánchez salió en defensa de ambos cuando dijo que "pagan justos por pecadores". El PSOE no quiere remover heridas dentro de la federación socialista más importante, que se encuentra en un momento convulso tras el batacazo en los comicios autonómicos del 19 de junio que otorgaron al PP la primera mayoría absoluta de su historia al Sur de Despeñaperros.
Un "proyecto de país" sin corrupción
La vicepresidenta, además, se encuentra inmersa en las "escuchas" a la ciudadanía, la herramienta disfrazada de asamblea del 15-M, con la que está impulsando Sumar, su proyecto político. Por eso, tiene que lanzar un mensaje contundente contra la corrupción. En el "proyecto de país" que elucubre no pueden caber medias tintas contra la corrupción. Es más, Díaz sigue empeñada en alejarse de la etiqueta de "la izquierda a la izquierda del PSOE" después de que el 'giro social' de Sánchez con las medidas para paliar los efectos económicos de la guerra desarmaran políticamente el espacio en el que Díaz quiere crecer.
Lo cierto es que los recelos entre Unidas Podemos y el PSOE siguen más vivos que nunca. Muestra de ello fue el feo de los socialistas a sus socios, que se negaron a juntar a su recién elegido portavoz parlamentario, Patxi López, con su homólogo morado, Pablo Echenique, para dar cuenta de la proposición de ley que arma el hachazo de 7.000 millones a la banca y a las energéticas.
El sector socialista del Gobierno no quería ni una sola filtración. Ese es el motivo por el que a los morados nos les llegó nada, según reconocen fuentes gubernamentales, de lo que se estaba preparando en la cocina monclovita antes del debate del estado de la nación. El auge del proyecto político de Díaz impedía al PSOE compartir con ella el 'giro social' que llevaba tanto tiempo exigiendo. Los socialistas no podían armar a la adversaria enseñándole las armas con las que iba a atacar el 10,2% de inflación que asola España.
Los frentes de Díaz
Pero Sánchez hizo algo más. Y es que Podemos, que se atribuyó el giro social de Sánchez, salió en parte reforzado por el presidente no solo ante el electorado progresista, sino también ante la propia Yolanda Díaz, con quien los morados mantienen una guerra fría por la línea política de Sumar y por la posición de su cúpula en el futuro frente amplio. Eso sí, Díaz tiene otros problemas internos.
Con el desembarco de Lilith Verstrynge en el Ministerio de Derechos Sociales como flamante secretaria de Estado de Agenda 2030, los morados han logrado fusionar la formación con la acción gubernamental. Pero también hacen algo más: eliminar del engranaje del poder una pieza de la que no se fían. Como ya hicieron con la ex jefa de gabinete de Irene Montero, destacada dirigente de Izquierda Unida en Andalucía, Amanda Meyer. Y este golpe deja tocada a Yolanda Díaz, ya que pierde a uno de sus más fieles colaboradores en Moncloa, Enrique Santiago. Un misil que no escuece menos pese a "estar cantado" tras la guerra con Izquierda Unida en Andalucía.
En verdad, Díaz no quiere perderse en historias internas. La 'dama roja' dijo en una entrevista en Radio Nacional de España que no piensa distraerse y que solo va a trabajar para seguir 'sumando'. Es más, insinuó que Santiago tendrá un peso fundamental en su futuro proyecto político. Y es que el líder del PCE, partido al que pertenece Díaz, fue el único gran dirigente de la izquierda que se sentó en el estreno de Sumar, en Matadero. Todo un bofetón al ego de Podemos que aún duele en la sede de Francisco Villaespesa.
Fran2
Sra. Díaz, otro brindis al sol, ¿no se cansa? ¿Ud. cree que la gente la cree? Ni los suyos (si es que tiene) ni los otros