El lujo, como tantas otras cosas en la vida, puede ser entendido desde distintos puntos de vista. Puede asimilarse a la suntuosidad, a la opulencia…pero también puede entenderse como algo mucho más discreto y refinado, el esmero por el detalle y la exquisitez y la búsqueda de la perfección. Si lo toman en este último sentido, les aseguro que La Nava del Barranco es sencillamente lujo en estado puro.
La Nava del Barranco no es un hotel ni una casa rural. Es una casa particular situada en una impresionante finca de 7.000 hectáreas que tiene la característica de que puede alquilarse. Con una capacidad de hasta 30 personas, La Nava se alquila para grupos de a partir de seis personas y siempre se alquila para un único grupo.
Aunque la finca en la que se sitúa es una finca de caza no es imprescindible ir a La Nava con esa finalidad. Quads, paseos a caballo, en bicicleta, tiro al plato, safari fotográfico entre venados, gamos, conejos y perdices, miles de perdices… o simplemente dedicarse a todas las posibilidades que la residencia ofrece (gimnasio, spa, biblioteca, sala de cine…) hacen de la estancia en La Nava del Barranco una experiencia difícil de igualar.
El servicio de La Nava -al más puro estilo Downton Abbey- recibe al visitante impecablemente uniformado y con la única premisa de satisfacer al visitante. Esa aparente distancia que se aprecia en el momento de llegar va cambiando según pasan las horas y transformándose en una cercanía -sin perder evidentemente el respeto- que realza más si cabe la experiencia.
Sus habitaciones disponen de todo lo que puedan requerir; exquisita decoración, hilo musical, aire acondicionado, internet, cuarto de baño exterior con bañera y ducha, ammenities de L´Occitane…
La Nava del Barranco se sitúa en la provincia de Ciudad Real, junto a la pequeña localidad de Castellar de Santiago. Dispone de aeropuerto privado y entre sus clientes cuenta con miembros de las principales casas reales así como con el sector corporativo al más alto nivel.