El enoturismo es una gran actividad para conocer de cerca el funcionamiento de las bodegas, descubrir cómo se elabora el vino y pasar un buen día en el campo rodeados de naturaleza.
Numerosas bodegas en nuestro país abren sus puertas al público con propuestas divertidas y originales, por supuesto guardando todas las precauciones sanitarias necesarias. Y hay entre lo que elegir, desde paseos en calesa a maridajes de vino y chocolate, recorrido por tabancos jerezanos… siempre por supuesto con la cata de distintas etiquetas.
Hemos seleccionado cinco destinos únicos, en diferentes zonas de España, donde disfrutar del vino y su entorno sin cortapisas. A pesar del calor, el verano es una de las mejores épocas para visitar las viñas, ya cuajadas de uva y con las cepas en todo su esplendor a punto para la vendimia otoñal. De la tierra a la copa en una sola jornada.
Vinos y oro
Fuentes del Silencio, enclavada en el Valle del Jamuz, al sur de la provincia de León, ofrece un atractivo programa de enoturismo para esta temporada. Una bodega que forma parte de la Asociación Grandes Pagos de España y busca mantener su patrimonio: viñedos centenarios (algunos prefiloxéricos) y unos suelos calificados como “auroterroir”, ya que contiene aún trazas de oro de cuando en sus tierras se encontraba la mina de este metal precioso más importante del Imperio Romano.
Para este verano proponen un recorrido en 4x4 por los viñedos más antiguos, ya históricos, y catar en plena viña una de sus etiquetas más representativas. La excursión se cierra con un paseo por la bodega, explicación de la elaboración de vinos y un aperitivo con productos de la zona en el que no faltará una buena copa. El recorrido dura dos horas, con reserva previa imprescindible y mínimo dos personas, al precio de 45 euros cada uno.
Como sugerencia, no estaría nada mal rematar la faena en el restaurante El Capricho, situado en el pueblo de Jiménez de Jamuz, famoso por sus excelentes carnes
Pero hay más. Gracias a su situación, también ofrecen buscar oro en las orillas del río Jamuz, asentado en tierras aúreas: botas de goma y batea para encontrar alguna pepita del preciado metal (¡igual hay suerte!). Incluye cata de varios vinos con picoteo de delicatessen de la comarca. El precio es de 70 euros por persona y es imprescindible que el Jamuz baje caudaloso, lo que no siempre ocurre. Toda la información sobre enoturismo está en su web y en los teléfonos 987 688 861 y 682 624 328. Y una sugerencia: no estaría nada mal rematar la faena en el restaurante El Capricho de Jaimuz, famoso por sus excelentes carnes.
En el corazón de Ribera del Duero
Cepa 21, perteneciente a Emilio Moro, es una de las bodegas líderes en la zona. Ubicada en Castrillo de Duero (Valladolid), para este verano, dentro de sus actividades de enoturismo, propone recorrer los viñedos en bicicleta eléctrica y disfrutar de un picnic al aire libre con cata de tres vinos distintos acompañados de un buen refrigerio (40 euros por persona). Después, un recorrido por la modernísima bodega, desde las salas de elaboración a la nave de barricas y el embotellado.
Si eres de esos gourmets que no pierden la oportunidad de descubrir algo único puedes optar por la ‘Cata de chocolate con estrella’ (35 euros). Y no cualquiera, sino el de Casa Cacao, del obrador de las hermanos Roca en Gerona. El chef pastelero ha elaborado unos bombones especiales para esta cata, que se realiza con tres referencias de la bodega. Y por supuesto un didáctico recorrido para disfrutar de las fases de elaboración de sus vinos, desde sus cultivos a la crianza.
Los amantes de la uva tempranillo, pueden escoger un monográfico sobre ella con explicación del terroir y sus cepas centenarias, visita a bodega y cata aromática de todos sus vinos que finaliza con degustación de tapas. Su precio es de 45 euros. Tienes toda la información en la sección de Enoturismo de su web www.cepa21.com . Imprescindible reservar.
Jerez y sus vinos
En el Marco de Jerez las posibilidades son muy amplias. ¿Una manzanilla?, no hay nada como degustarla en su cuna, Sanlúcar de Barrameda. Descubre todos sus misterios de elaboración y conoce también el Parque Nacional de Doñana, sus distintos ecosistemas en un microbús todo-terreno. Para llegar se cruza su “río grande”, el Guadalquivir, en una réplica del Real Fernando, el primitivo transbordador.
Los aventureros pueden elegir una ruta en 4x4 para adentrarte a lo largo de un recorrido por la campiña jerezana de blancas tierras albarizas, conocer su historia y los orígenes de esa forma tan especial de elaboración- crianza biodinámica- que tienen en estas tierras en dos bodegas diferentes a elegir. Como colofón, un aperitivo con cata en los dos casos. Desde 55 euros por persona.
Uno de los rasgos más característicos de Jerez son sus tabancos, esas tabernas tradicionales que son parte de su historia, con degustación de copa y tapa típica (55 euros). En la página web encontrarás otras opciones de enoturismo, desde la visita a Santa Petronila, la explotación vitícola más antigua de Jerez ( 1722) y se mantiene igual, al impresionante recorrido llamado “Jerez y el Caballo” o descubrir los blancos y tintos de aquella tierra con comida en un restaurante gastronómico mediante un menú maridado.
Burbujas con historia
Este es el año en que por primera vez se abren las puertas de Juvé& Camps al público. También es un año especial porque esta bodega familiar cumple 100 años y, para celebrarlo, propone una experiencia Premium a grupos reducidos y a particulares. En su Ruta Gran Reserva, los asistentes podrán observar al detalle el degüelle artesanal del cava o hacer una cata entre las rimas- pupitres inclinados- donde envejecen las botellas- de una etiqueta Gran Reserva.
Una actividad de enoturismo en la que se descubre paso a paso el proceso de elaboración de este tradicional espumoso. No falta una propuesta enogastronómica a partir de la armonía de tres de los mejores cavas de la bodega con una variedad de productos artesanales del Penedés. El precio es de 45 euros y, por seguridad, los grupos son de 6 personas como máximo.
Esencia de Rioja
En plena tierra riojana se encuentra Bodegas Sonsierra, una cooperativa de 240 viticultores y 430 hectáreas de viñedo, en la subzona de Rioja Alta. Un recorrido espectacular por una parte de la finca que ha permanecido exactamente igual que hace 100 años y en las que el 95% del viñedo son cepas viejas, con producciones en terrazas. Como afirma Cristina Hernando, Responsable de Enoturismo, es “un viaje al pasado con vinos del presente”.
La bodega mantiene dos modalidades: Momentos y Momentos& Paisajes Sonsierra. En la primera, se visitan las bodegas y se catan tres vinos premium; en la segunda, además se da un paseo en calesa por los viñedos y se hace una parada en los chozos o ‘guardaviñas’ para hacer una degustación. El teléfono de contacto es 941334031.
Cinco experiencias muy distintas entre sí que te ayudarán a comprender mejor el universo del vino a la vez que disfrutas del campo y la naturaleza.
Nota: Ninguno de los establecimientos mencionados se han seleccionado por algún motivo comercial, su elección es una decisión únicamente de calidad y periodística. Los precios son meramente orientativos.