La alta gastronomía y los destinos de lujo no entienden de calor o frío. El fin de la temporada estival no es sinónimo de dejar de disfrutar de los mejores destinos o tragos, y a medida que se acerca la Navidad, hacer una escapada es el mejor plan para disfrutar junto a familia y amigos. Situados en plena urbe o alejados del ruido, de estilo limpio y minimalista o algo más clásico y recargado, algunos hoteles sobresalen por el resto, propuesta Michelín incluída.
La guía roja premia a los mejores restaurantes del país, como también otorga llaves a los mejores alojamientos de España. Combinar lo mejor de cada casa es el pase seguro al éxito: los mejores lugares para desconectar y disfrutar de algunas de las más destacadas propuestas gastronómicas. Así, hay cinco ubicaciones destacadas por la Guía Michelín: San Sebastián, Valladolid, Madrid, Cáceres y Barcelona.
Hotel Akelarre, en San Sebastián
A 10 minutos del corazón de San Sebastián, con vistas a la costa vasco-francesa y con el mar Cantábrico a sus pies, el hotel Akelarre huele a salitre, acaricia la brisa marina y sabe a la propuesta del chef Pedro Subijana. Su cocina ha sido premiada con tres estrellas Michelín, y la guía roja habla de él como “un icono de la restauración” y “uno de los padres de la Nueva Cocina Vasca”. En la carta del espacio, dos menús de 350 euros cada uno. Bogavante marinado con ensalada líquida de hierbas del huerto y Txangurro, Talo y Cuajada son las propuestas que abren cada una de estas propuestas. Mientras, a 16 grados de temperatura su bodega guarda más de 700 vinos de todo el mundo dispuestos a hacer las delicias de los huéspedes.
Al igual que la propuesta gastronómica, el hotel busca la excelencia desde el exterior e interior de sus instalaciones. Los colores vivos de sus increíbles amaneceres y atardeceres destacan con los tonos limpios y neutros predominantes de la construcción, siempre con el azúl como hilo conductor entre sus diferentes estancias. En búsqueda siempre de la calma y descanso de sus huéspedes, las líneas limpias y el minimalismo son sus estandartes. Sus vistas al mar y grandes cristaleras son el mayor atractivo de sus exclusivas habitaciones, 800 metros cuadrados de spa y librerías y zonas de descanso.
Hotel Abadía Retuerta LeDomaine, en Valladolid
El romanticismo, la tradición y el bienestar se encuentran a tan solo dos horas de la capital. Valladolid alberga una de las mayores joyas al hablar de hoteles y gastronomía: el Hotel Abadía Retuerta LeDomaine. Premiado con cinco estrellas, el espectáculo comienza mucho antes de entrar a su interior. Rodeado de viñedos, la finca se encuentra junto al río Duero y cuenta con 700 hectáreas en plena Milla de Oro. La cocina de autor, el arte, el silencio, y en definitiva la esencia de una abadía del siglo XII son los fuertes del lugar. Tan solo cuenta con 27 habitaciones y 3 suites con vistas a un mar de viñedos, y para comer, todo va de la mano de Marc Segarra, chef que firma la propuesta de su restaurante, Refectorio.
Creatividad y tradición se dan la mano en los platos del catalán, que dan como resultado un homenaje a la tierra de Ribera de Duero. Con una estrella Michelín, dos Soles Repsol y una estrella verde Michelín, Refectorio ofrece propuestas como su rape asado en hoja de parra con alboronía o pichón de tierra de campos con pan ácimo. De postre, castañas del bierzo, tarta de calabaza o cítricos, miel y azafrán, elaboraciones siempre adaptadas a cada temporada, y con elementos de la mano de productores de la zona. Como no podía ser de otra manera, el lugar cuenta con los mejores tragos y vinos, además de una bodega de más de 30 años de historia y su propia Denominación de Origen Protegida.
Mandarín Oriental Ritz, en Madrid
Situado en el Triángulo del Arte madrileño, en pleno corazón de la capital, se alza un palacio de la ‘belle époque’ que concentra todas las miradas. Mandarín Oriental Ritz, más conocido como el hotel Ritz entre los madrileños, es todo un clásico. Estrellas y famosos de todas las partes del mundo lo han escogido para pasar sus días en España. Con una suite presidencial de dos dormitorios, suite real y varias propuestas más a disposición de sus selectos clientes, mezcla el estilo clásico con el contemporáneo.
Además de destacar por sus impecables instalaciones, la propuesta gastronómica del hotel es de estrella Michelín: concretamente cuenta con dos de ellas, y llegan de la mano del afamado chef Quique Dacosta en el restaurante Deessa. La magia ocurre en el salón Alfonso XIII, en tonos blancos, crema y dorados, con esculturas, espejos y una imponente lámpara en el centro del espacio. Actualmente es posible disfrutar de tres menús: “Histórico”, “Contemporáneo” y “Chronos”, de 240 euros los dos primeros y 120 euros este último, sin incluir las bebidas. De la misma forma, para acompañar cada una de las propuestas es posible escoger el mejor de los maridajes, que pueden ir desde los 150 hasta los 550 euros.
Hotel Atrio, en Cáceres
A diferencia de las anteriores propuestas vascas y vallisoletanas, el Hotel Atrio se encuentra en plena urbe. Situado en el corazón histórico de Cáceres, sus dueños José Polo y Toño Pérez apuestan por el clásico 'menos es más' y la sofisticación para alcanzar el máximo lujo. El hotel cuenta con cinco estrellas y es de lo más exclusivo: tan sólo tiene catorce habitaciones decoradas de forma sencilla. Los arquitectos Emilio Tuñón y Luis Mansilla han sido los encargados de diseñar y reinterpretar sus espacios, con una propuesta gastronómica de tres estrellas Michelín.
El menú llega de la mano de Toño Pérez, en busca de una cocina franca en la misma ciudad que le vió nacer. Tras pasar por Arzak o El Bulli, entre otros, el cocinero emprendió su andadura en Atrio con Juan González al frente de sus cocinas. Ahora, la guía roja habla de su menú como “una cocina de altísimo nivel técnico y tintes creativos”. Su menú cuesta 255 euros, y cuenta con propuestas como su bollo de tinta, con calamar y guiso de oreja, ganache de yuzu, yogur, hinojo y corteza de cerdo, o un crujiente de tapioca emulsión de salmón y cochifrito.
Mandarín Oriental, en Barcelona
De estilo urbano y moderno, la arquitecta y diseñadora Patricia Urquiola es la autora de cada rincón del Mandarin Oriental, en el antiguo Banco Hispano-Americano. Passeig de Gràcia es una de las zonas más emblemáticas de Barcelona, al igual que lo es este edificio de mediados del siglo XX. Su pasarela colgante, paredes texturizadas y propuesta gastronómica son algunas de sus señas de identidad, además de su spa.
Raül Balm es el encargado de conducir junto a su madre Carme Ruscalleda, el restaurante Moments de Mandarín Oriental, y ganador de dos estrellas Michelín. Los tonos ámbar y dorado decoran su comedor, y una gran cristalera permite ver todo lo que ocurre en el corazón de la cocina. Con la tradición catalana como bandera y la puesta en valor de los productos mediterráneos, y ahora es el mejor momento para visitarlo: su propuesta gastronómica hace un recorrido por sus quince años de trayectoria. El menú cuesta 215 euros, con un maridaje que puede ir desde los 195 hasta los 1050 euros, este último con los nueve mejores vinos de 2009.