Diez años después de dejar el Gobierno, la exministra socialista dio un paso al frente para colaborar con Pedro Sánchez porque le resultaba "muy difícil de entender" que le hubieran "quitado" de Ferraz. Ahora, defiende el poder del carnet de militante y reprocha a los expresidentes que no hayan cuidado su posición como "patrimonio común" que son de todos los socialistas