El PP no quiere que este martes se repita en el Congreso el "espectáculo" vivido durante la moción de censura de Podemos a Cristina Cifuentes el pasado jueves en la Asamblea de Madrid. Hubo "exceso de pirotecnia", reconocen fuentes populares a Vozpópuli por más que den ganadora a la presidenta madrileña, y el ruido siempre beneficia a Pablo Iglesias y los suyos.
Hay que dar bajonazo a la moción y Cifuentes hizo bien no interviniendo, dicen, pero se llegó a lo "intolerable" en los usos parlamentarios con esas interpelaciones desde la tribuna, por parte del consejero de Presidencia madrileño, Ángel Garrido, a Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón -entre el público-; las alusiones de arrido a la "puesta de largo de la señorita Lorena Ruiz-Huerta" e incluso la marcha de todos los diputados populares después de que Ramón Espinar les acusara de ser "complices de los que robaban".
Hasta el reiterado recurso de la presidenta de la Comunidad de Madrid a mirar su móvil y twittear desde el mismo para ningunear a la candidata morada, Lorena Ruiz-Huerta mientras estaba hablando desde la tribuna, se les antoja excesivo a muchos en Moncloa y en Génova.
Y recuerdan que Iglesias no es un recién llegado como Ruiz-Huerta, es un lider consolidado y va a buscar el cuerpo a cuerpo. Y Rajoy está ahora en situación política de debilidad por más que haya logrado aprobar los Presupuestos 2017: declarará el día 26 de julio en la Audiencia Nacional por el 'caso Gürtel', julio va a ser un calvario de comparecencias de ex tesoreros en la Comisión de investigación y, por si fuera poco, el Tribunal Constitucional acaba de tumbar la amnistía fiscal de Cristóbal Montoro (2012).
Si en medio de ese panorama el PP responde a la investidura fallida de antemano de Pablo Iglesias con el "modelo Cifuentes" podría hasta reforzarle en el liderazgo opositor frente a un PSOE todavía en estado de provisionalidad; y salir Rajoy más aislado parlamentariamente, con Ciudadanos, PNV y los diputados canarios que le apoyan el presupuesto, no queriendo asociarse a la negociación del objetivo de déficit 2018 por miedo precisamente a esa imagen bronquista.
Inicialmente, el presidente del Gobierno no tiene previsto intervenir -tampoco lo hicieron Adolfo Suárez (1980) y Felipe González (1987) más que para réplicas muy concretas-, pero en las últimas horas algunas fuentes populares ya no descartan esa réplica presidencial "al final" del debate de la moción de censura, antes de la votación.
El viernes, el portavoz del Grupo Popular, Rafael Hernando, dejó caer que Rajoy es "un gran parlamentario" y podría intervenir, como cualquier miembro del Gobierno puede en cualquier momento y sin límite de tiempo. De hecho, los ministros están "avisados hace tiempo", admiten fuentes gubernamentales, de que no solo la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, puede salir a la tribuna a responder al líder morado, sino que todos deben prepararse la censura para darle réplica si Rajoy lo estima oportuno.