Internacional

ACNUR alerta de que la situación de los escolares refugiados será "catastrófica" si no se actúa de inmediato

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados hace un llamamiento a los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil para evitar una "generación perdida" de niños sin educación

  • ACNUR alerta de que la situación de los escolares refugiados será "catastrófica" si no se actúa de inmediato

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha alertado de que la situación escolar de millones de jóvenes refugiados será "catastrófica" por culpa de la pandemia de coronavirus si la comunidad internacional no actúa "de inmediato".

En su último informe, titulado 'Uniendo fuerzas por la educación de las personas refugiadas', ACNUR ha recordado que la mitad de los niños refugiados en el mundo no están escolarizados, una situación ya de por sí grave que se ha visto acrecentada por las terribles consecuencias sociales y económicas que ha traído consigo la pandemia.

Así y aunque ACNUR reconoce que la covid-19 ha tenido un impacto en la educación de niños y niñas de todos los países, el estudio muestra que los niños refugiados se han visto particularmente afectados, pues "muchos" de ellos "probablemente no tendrán la oportunidad de retomar sus estudios", por diversos motivos, ya sea por el cierre de sus escuelas, las dificultades económicas para matricularse en ellas o para adquirir el material escolar.

"La mitad de los niños refugiados del mundo no estaban escolarizados previamente a esta situación", ha dicho el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Filippo Grandi, quien ha propuesto "un mayor respaldo internacional" a estas personas y a sus comunidades para poder proteger los avances que se han logrado en los últimos años.

"Después de todo lo que han soportado, no podemos robarles su futuro negándoles hoy una educación", ha afirmado. Los datos de este último informe se basan en las estadísticas de doce países que acogen a más de la mitad de los niños y niñas refugiados en el mundo.

Aunque la tasa de matriculación en enseñanza primaria es del 77 por ciento, sólo el 31 por ciento se matricula en secundaria, mientras que tan solo el 3 por ciento de los jóvenes refugiados accede a enseñanza superior, principalmente por el precio de las matriculaciones.

ACNUR ha explicado que si bien estas cifras están por debajo de la media mundial, también reflejan un avance, pues el aumento de las matriculaciones en enseñanza secundaria aumentaron un 2 por ciento en el último año. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 amenaza ahora con malograr este y otros avances cruciales.

Las niñas, las más vulnerables

La amenaza que pesa sobre la escolarización de los más pequeños es especialmente preocupante cuando se trata de las niñas, ha dicho ACNUR, puesto que "ya tenían un menor acceso a la educación" con respecto a sus compañeros antes de que estallase la crisis sanitaria.

Citando los datos del Fondo Malala, ACNUR ha estimado que la mitad de todas las niñas refugiadas que cursan estudios de secundaria no regresarán a clase cuando las escuelas reabran este mes de septiembre.

"Me preocupa especialmente el impacto en las niñas y jóvenes refugiadas. La comunidad internacional simplemente no puede permitirse el lujo de no brindarles las oportunidades que se derivan de la educación", ha dicho Grandi.

Los niños refugiados también han tenido que hacer frente a los problemas que supone no disponer de la tecnología y las herramientas necesarias para continuar con las clases de manera telemática.

Como bien recuerda Naciones Unidas, el 85 por ciento de las personas refugiadas que viven en países en desarrollo o menos desarrollados, no disponen de acceso a telefonía móvil, ordenadores, conexión a internet, o incluso aparatos de radio.

Ejemplos internacionales

ACNUR también ha destacado el trabajo de algunos gobiernos durante la pandemia para poder hacer más accesible el derecho a la educación de estos sectores más desfavorecidos.

El informe muestra como buenos ejemplos del trabajo que se ha hecho hasta ahora a países como Ecuador e Irán, que han legislado para que los niños refugiados puedan seguir yendo a clase; Egipto, con sus innovaciones tecnológicas en materia educativa; o en Jordania donde se ha facilitado el aprendizaje vía telemática.

El informe hace un llamamiento a los gobiernos, al sector privado, a la sociedad civil, además de otros actores clave, para que unan fuerzas y eviten lo que el estudio ha vaticinada como "una generación perdida" de niños refugiados privados de educación.

Sin embargo, los más pequeños no sólo han tenido que hacer frente a los riesgos que suponen la enfermedad de la COVID-19, el estudio de ACNUR también ha recordado como en los últimos años, han aumentado los ataques la región africana del Sahel, obligando al cierre de más de 2.500 escuelas, poniendo así en riesgo el acceso a la educación para 350.000 estudiantes.

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