La llegada de los talibán al poder en Afganistán va a tener consecuencias a nivel político y social, siendo las mujeres y los niños los más perjudicados por su ascenso. Pero la situación de pandemia en la que nos hayamos a nivel mundial también implica que su asalto al poder tenga incidencia directa en la lucha contra el coronavirus. Y es que, con los talibanes al mando, Afganistán ya tiene todos los ingredientes necesarios para ser el caldo de cultivo perfecto de cara a la aparición de una nueva variante.
Los talibán rechazan la vacunación porque consideran que es un instrumento de control de los Estados Unidos. A lo largo de los últimos años, han boicoteado la vacunación contra la poliomelitis en diferentes regiones del país, lo que ha provocado que Afganistán sea de los pocos países donde esta enfermedad no está aún erradicada.
En este sentido, los talibán desafían las propias consignas de las madrasas (escuelas superiores de estudios islámicos), que defiende la vacunación ya que el Islam pide a los padres que protejan a sus hijos de las enfermedades.
Esta actitud reaccionaria pondrá freno a la única herramienta que permitiría al país confrontar a la covid-19, ya que su infraestructura sanitaria es de las más deficientes del mundo. El ritmo de vacunación contra la covid en el país es, ya de por sí, lento. Antes de la llegada de los talibanes al poder solo había vacunados un 2% de los afganos, y con pauta completa menos del 1%.
Rafael Vilasanjuan, director de Análisis y Desarrollo de Instituto de Salud Global Barcelona (ISG Barcelona), explica a Vozpópuli que "los talibán son bastante resistentes a vacunar, aunque han evolucionado. El problema es el sistema de salud de Afganistán, es precario y veremos a ver cómo pueden gestionarlo. Afganistán va a depender del mecanismo Covax en el mejor de lo casos o de las vacunas que puedan llegar de India".
Condiciones para la aparición de nuevas variantes
La falta de vacunación se une a la escasa salubridad, medidas higiénicas y de Salud Pública que imperan en el país, lo que le convierte en un lugar con las condiciones idóneas para el surgimiento de una nueva cepa. La variante Delta, que desde hace meses golpea Europa y de la que se han infectado también personas vacunadas, surgió en India en unas condiciones similares: poco porcentaje de la población vacunada, mala situación higiénica y sin medidas de Salud Pública.
"Parece claro que las nuevas variantes surgirán en países del tercer mundo donde las vacunas no han llegado", asevera Juan Antonio Sanz, especialista en Salud Pública del Hospital de Laredo y miembro de la Sociedad Española de Medicina Preventiva (Sempsph). "El porcentaje de población completamente vacunada es del 6 por mil en Afganistán. La llegada de los talibanes no da lugar a mucho optimismo. No eran favorables a vacunas como la polio, una vacuna poco en entredicho. Probablemente nos vamos a encontrar un frenazo aún mayor, especialmente en la vacunación de mujeres", continúa.
Las nuevas variantes surgirán en países del tercer mundo donde las vacunas no han llegadoJuan Antonio Sanz, especialista en Salud Pública
Las medidas preventivas frente a la covid son inexistentes: "Si ya en el primer mundo cuesta que la gente lleve mascarillas, imagínate en los países en vías de desarrollo". El desarrollo de nuevas variantes podría dar lugar a una cepa resistente a la vacuna que obligase a todo el mundo a empezar de cero la lucha contra el coronavirus. Sería como volver a marzo de 2020.
Afganistán: una sanidad bajo mínimos
Los recursos sanitarios de Afganistán son limitadísimos. Según el Banco Mundial, es el cuarto país con menos médicos del mundo, solo 0,3 cada 1.000 habitantes, y el quinto en enfermeras, con 0,2 cada 1.000. En cuanto a camas de hospital, dispone solo de 0,4 por cada 1.000 habitantes (España tiene 3).
Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España, advierte de que los contagios están creciendo en el país. "Se hizo un cribado y más de un 30% de las pruebas dieron positivo. Algo muy preocupante si se tiene en cuenta que no hay más de 2.000 concentradores de oxígeno en todo el país y 1.000 camas para pacientes covid en hospitales".
La carestía de vacunas es anterior a la llegada de los talibanes, algo que Beltrán atribuye a la "no exención temporal de las patentes". Según un anuncio del Banco Mundial, Afganistán debería haber tenido desde junio presupuesto suficiente para vacunar al 40% de la población. Esta financiación procedía en un 50% del Mecanismo Covax y la otra mitad de fondos del Banco Mundial y del Fondo Fiduciario para la Reconstrucción de Afganistán.
"Solo puede esperarse, con esta situación, que empeore la situación sanitaria en Afganistán. Los talibán han seguido atacando lugares sanitarios porque se atiende a mujeres. Han atacado hospitales maternos y no permiten que las mujeres sean atendidas por hombres en los centros sanitarios. El 45% de ataques a civiles el pasado año fueron de los talibán", subraya Beltrán.
El 45% de ataques a civiles el pasado año fueron de los talibánEsteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España.
En estos momentos, "lo que nos preocupa fundamentalmente es que Afganistán se convierta en una ratonera para las personas que tienen miedo de las represalias de los talibán. Es importante que se abran las fronteras de los países vecinos y que las potencias occidentales mantengan abierto el aeropuerto de Kabul".
Fracaso de Covax
Tanto Sanz, como Beltrán, consideran que se ha evidenciado el fracaso del mecanismo Covax ideado por las Naciones Unidas (ONU) para que los países ricos cedan vacunas a los pobres. "El mecanismo es profundamente imperfecto", se lamenta Beltrán. Sanz añade que "no parece que vaya a funcionar. Las farmacéuticas están para ganar dinero y los países desarrollados ya están siendo presionados para poner la tercera dosis antes que dar ayuda a terceros países".